Marina Dal Poggetto: “La luna de miel de Milei no es para siempre”
La exsubgerente de Análisis Macroeconómico del Banco Central de Argentina, una de las economistas más escuchadas de la plaza, cree que el traspié de la llamada “ley ómnibus” de esta semana es un duro revés para el mandatario trasandino. “El caudal político de Milei podría caer y la pregunta es cómo reaccionará frente a eso (...) y qué tan pragmático será”, sostiene la experta.
Se trata de una de las economistas argentinas más escuchadas en el mundo político y económico transandino. Marina Dal Poggetto, directora ejecutiva de la consultora Eco Go, exsubgerente de Análisis Macroeconómico del Banco Central de Argentina y exjefa de Asesores de la Secretaría de Política Económica del Ministerio de Economía, analiza en profundidad el delicado momento por el que atraviesa el actual gobierno trasandino, a dos meses de la llegada de Javier Milei al poder.
En lo que fue una semana especialmente compleja para el libertario, el miércoles pasado la denominada “ley ómnibus”, proyecto de transformaciones estrella de Javier Milei, entrampó su camino legislativo y regresará a comisión después de que se frustrara la aprobación en la Cámara de Diputados por diferencias clave entre el oficialismo y la oposición. De esta forma, el gobierno optó por “levantar” la iniciativa, anular el triunfo que había obtenido con la aprobación de la idea de legislar y asumir una derrota dolorosa. El proyecto, que ya había sido reducido de más de 600 artículos a alrededor de 300, incluye reformas económicas, administrativas, penales y medioambientales.
Durante sus primeros dos meses, además, Milei ha lanzado un robusto plan de estabilización y un Decreto de Necesidad y Urgencia (DNU), el que busca desregular la economía transandina.
La también máster en Políticas Públicas de la Universidad Torcuato Di Tella y coautora del libro Tiempo perdido, donde analiza la serie de fracasos económicos de los últimos gobiernos argentinos, recuerda el difícil escenario económico que recibió Milei. “En 2023 Argentina entró en un nuevo régimen inflacionario, con una suba en los precios del 211% y una economía estancada desde 2012″, sostiene.
La economista cree que para que un programa de gobierno funcione, debe fundarse sobre tres vértices: un programa de estabilización, un programa de reformas que aumente la productividad sistémica y asegure la consolidación fiscal duradera, y gobernabilidad. “Cuando hablo de gobernabilidad me refiero a tres dimensiones: la que no te ‘prenda fuego la calle’, la que te permita pasar por el Congreso las reformas en un país federal, y la que alargue el horizonte de las decisiones, es decir, que el gobierno que venga no dé vuelta lo que hizo el anterior. Algo así como lo que hizo la Concertación en Chile”, reflexiona Dal Poggetto.
¿Cuál es su evaluación de los primeros dos meses de Milei en el poder? ¿Ha sido tal cual lo imaginaba?
-Lejos del mensaje de campaña, Milei avanzó en un programa de “shock controlado”, mucho más parecido al que uno imaginaba, aunque con una distribución de los costos mucho más regresiva. En simultáneo, avanzó con dos paquetes de medidas sin ordenamiento de prioridades: un Decreto de Necesidad y Urgencia (DNU) con 440 artículos que, entre otros, incluyó una reforma laboral, y un proyecto de Ley con 667 artículos, con un flojo manejo parlamentario para un gobierno que sólo tiene 38 diputados y 7 senadores.
Hoy la reforma laboral está frenada por amparos, a la espera de que la Corte Suprema de Justicia la expida, luego de que se trabara su discusión en particular en el Congreso. Previamente, ya habían sacado todo el capítulo fiscal, y quedaba sólo la mitad de los artículos del proyecto original, el resto había sido quitado por el lobby empresario/sindical sin ninguna lógica económica detrás.
Para un gobierno con debilidad de origen el problema es que no tiene un ordenamiento político, ni un establecimiento de prioridades en la negociación. Sus negociaciones en el Congreso se han ido empiojando (complicando), pese a que ganó hace solo dos meses y la imagen de Milei sigue siendo alta.
El gobierno ha tenido un manejo parlamentario con errores y ha apelado a la victimización. Ha acusado de traidores a los que no votan.
La narrativa que lo sostiene
¿Eso quiere decir que estamos frente a un Milei más débil políticamente hoy?
-El mayor caudal político está el día que se asume y, en la medida que se va avanzando, el caudal político tiende a caer. Milei tiene una narrativa y construye una expectativa que hace sentido para mucha gente, donde dice que la inflación del 25,5% en diciembre es un éxito frente a la hiperinflación plantada. Dice que si le dan 35 años seremos Alemania, pero el problema es que nadie tiene 35 años en democracia.
El caudal político de Milei podría caer y la pregunta es cómo reaccionará frente a eso. Una posibilidad es que se vuelva a fojas cero y mande de nuevo los proyectos al Congreso, con las prioridades establecidas para negociar; la otra, es que avance en una batalla campal con los gobernadores y se lance a un plebiscito. El problema es que en Argentina un plebiscito llamado por el Poder Ejecutivo no es vinculante, por lo cual se entra a una zona de mayor debilidad política. La gran pregunta es qué tan pragmático será Milei.
¿Y cuánto tiempo tiene Milei para sostener esa narrativa?
-Nadie lo sabe. Los niveles de licuación de los ingresos de las personas han sido muy violentos. El ajuste que iba a pagar la “casta” lo está pagando la clase media y baja. Aún falta que suban las tarifas de gas, electricidad y transporte. Pero el fuerte de Milei es la falta de credibilidad del sistema político en Argentina en general: del mundo político, los sindicalistas, de los movimientos sociales, de los empresarios. De todas formas, para la magnitud del ajuste que está viviendo Argentina, está todo bastante calmado. Las protestas en la calle aún son tímidas y el paro de la CGT (Confederación General del Trabajo) duró solo un día.
¿A qué se debe esa timidez de las protestas en la calle?
-Mi sensación es que todavía están midiendo al gobierno. Además, Milei sostiene una narrativa en que dice que por fin vamos a ponerle fin a años de populismo y peronismo. Sin embargo, lo que pasó con la “ley ómnibus” esta semana es un revés político.
Hoy hay que mirar seis cosas en Argentina. La primera es cuán rápida será la caída de la inflación. Lo segundo es ver qué es lo que pasa con los aumentos salariales. También es importante monitorear cuál es la reacción social a un ajuste que es muy inflacionario, que ‘muerde’ los presupuestos de las familias, es muy recesivo e impulsa el desempleo.
Asimismo, se debe observar si el Banco Central sigue comprando dólares. El quinto punto es lo fiscal y es probable que el gobierno logre un superávit financiero en los primeros meses, para lo cual armarán una narrativa desde el punto de vista de la dinámica del programa económico. El último punto es el panorama político, es decir, qué pasa con el DNU y el proyecto de “ley ómnibus”, el cual tuvo un revés y volvió a fojas cero por un error parlamentario.
¿Cuál es la salida para este proyecto? ¿Plebiscito, como ha insinuado el gobierno?
-El plebiscito no es vinculante y es escalar; es la antipolítica. Es una salida arriesgada.
¿Cuáles son los escenarios macroeconómicos que vaticina para el primer año de Milei? La recesión y la inflación seguirán golpeando a Argentina...
-El mejor escenario posible es que la inflación, que el año pasado arrancó en 6% mensual y terminó en 25% mensual, arranque este año en el 20% o el 21% mensual en enero, que es el dato que se está esperando para ese mes, y termine el año en la zona del 5% mensual. En ese escenario la economía va a caer en torno a 3,5% (5% si se normaliza por la cosecha). Es decir, un escenario muy recesivo, especialmente en los primeros meses. Eso requiere que no se tenga un nuevo salto del tipo de cambio, que haya una sintonía muy fina en el manejo del esquema actual, y que no exista un nuevo revés político, entre otros.
Frente a este año complejo en lo económico y de fuerte ajuste, ¿hasta cuándo la población argentina resistirá la inestabilidad?
-Un proceso de ajuste permanente es intolerable. Argentina viene de un proceso de ajuste desde 2018 y el país no crece desde 2012 en adelante. Milei tiene la ventaja que llegó con un discurso de que el ajuste lo iba a hacer la ‘casta política’ y no la gente. Pero ahora la que lo está pagando también es la gente. Argentina busca soluciones fáciles a problemas complejos. El empresariado argentino está acostumbrado a operar en este esquema macroeconómico perverso.
¿El gran desafío de Milei hoy es mejorar su gestión política y gobernabilidad?
-Es lo que debería hacer, pero lo que está haciendo Milei es manejar la narrativa. La pregunta es si el manejo de la narrativa respecto de lo que le dejaron y lo que está consiguiendo alcanza o no para sostener ese caudal político. La luna de miel de Milei no es para siempre.
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