Profesor de la Universidad de Columbia y asesor del World Economic Forum, Xavier Sala i Martín y guerra comercial: "Es un grandísimo error por todas partes. El presidente de EEUU se volvió loco"
El economista español cuestiona la respuesta de Europa y China al proteccionismo de Trump. "Todos se disparan un tiro en los pies", indica.Sobre la cuarta revolución industrial, su especialidad, destaca como encara el desafío Beijing, asegurando que los otros gobiernos no lo entienden.
El comportamiento de todos los involucrados en la guerra comercial es irracional, de acuerdo al economista de la Universidad de Columbia Xavier Sala i Martín, a quien le preocupa una escalada considerando que el proteccionismo ha llegado a ser un antecedente de conflictos bélicos.
Sala i Martín participará este jueves de la IX Conferencia anual del BCI, donde abordará los desafíos que presenta el avance tecnológico, asegurando que los gobiernos del mundo todavía no entienden la magnitud del cambio en curso.
¿Qué le parece que EEUU, que impulsó por años el libre comercio, hoy esté al frente de la ola proteccionista?
-Es un grandísimo error por todas partes. El presidente de EEUU se volvió loco. No entiende que los aranceles van a afectar a los consumidores de su país. Si tu subes el acero con un impuesto para los extranjeros, esto hace que las empresas norteamericanas que producen acero ganen más mercado, pero el problema es que el costo del acero sube y esto hace que las compañías que producen autos o clavos obviamente suban los precios, lo que perjudica a dichas firmas, pero también al consumidor que tiene que comprar esos productos.
¿No tiene sentido la crítica que hace Donald Trump de un comercio injusto?
-No sé si está loco o los puestos de trabajo que se ganan son en los estados donde él tiene intereses político, como Pensilvania o Ohio, mientras que los que pagan son los de California y Nueva York, que son Estados más demócratas.
Hasta el momento, los demás han respondido con medidas del mismo calibre. ¿Tienen alternativas?
-No deberían hacer nada. Lo más chocante es que el proteccionismo es malo para EEUU, pero van los europeos y los chinos y hacen lo mismo. Todos se disparan un tiro en los pies.
Si en Europa o China le pones un impuesto a los jeans estadounidenses, ¿no ven que lo que hacen es perjudicar a sus propios ciudadanos? Con esas respuestas el que sale perjudicado no es Trump, son los europeos y los chinos.
¿Qué tan grave es esta confrontación comercial para la actividad económica mundial?
-Dado el comportamiento irracional, tanto el de Trump, como el de los europeos y los chinos, no sé dónde acabaremos. Si se acota a la situación actual no pasará nada grave, el problema es que esto puede escalar y romper el comercio mundial. No es lo que está pasando, pero dada la actitud no es descartable.
Puede llegar a ser un problema enormemente preocupante, sobre todo porque la última vez que pasó esto fue a fines del siglo XIX y principios del XX, cuando había un mundo globalizado y de pronto pasó una cosa parecida que terminó en la Primera Guerra Mundial. Tengamos cuidado, porque si la historia se repite los antecedentes no son los mejores.
A diez años de la crisis financiera, ¿cree que podemos estar cerca de un nuevo episodio de esta naturaleza?
-Las crisis son muy difíciles de predecir. The Economist hizo un estudio sobre las predicciones del FMI, que tienen economistas por metro cuadrado, y concluyó que sus proyecciones eran acertadas cuando todo iba bien, cuando la carretera era recta, no así cuando había una curva en el camino, es decir, desde el año 2000 han habido alrededor de 200 crisis en todo el mundo y el Fondo no predijo ninguna.
Hoy podemos mirar y decir que hay muchos países que están endeudados y que cuando suban los tipos de interés van a sufrir y enfrentarán el riesgo de que el capital salga corriendo en cualquier momento. Eso puede pasar, pero nada de eso predice una nueva crisis.
De todas maneras, ¿se siente optimista o pesimista?
-Como no podemos predecir las crisis, mi optimismo tiene límites. Es seguro que va a venir una crisis, no sabemos a qué países va a afectar, cuándo ocurrirá ni qué profundidad tendrá. No hemos aprendido a evitar las crisis del mismo modo que los médicos no han logrado evitar las enfermedades.
¿Estamos mejor preparados para ese shock en relación a 10 años?
- La crisis financiera y del euro nos dejó lecciones. Sabemos que la austeridad va a alargar necesariamente la crisis; que el no poder devaluar algunas monedas, sobre todo en la periferia europea, ha sido perjudicial; que los países que no tienen déficit andan mejor que los que tienen y que lo primero que hay que hacer ante una crisis es poner la tasa de interés en cero.
Hoy en día, esto último es un peligro, porque en las grandes economías del mundo aún las tasas de interés están muy bajas. Si viniera una crisis, no tendríamos margen.
Viene a Chile a dar una charla sobre la cuarta revolución industrial. ¿Cuáles son los principales desafíos?
- Ningún gobierno, excepto China, entiende cuál es la magnitud de todo esto y cómo lo pueden enfrentar. Ni siquiera han regulado la modificación genética, todos parecen de acuerdo en que se use para prevenir el cáncer de mama, pero qué se va a hacer cuando se quiera utilizar para hacer más inteligentes a los hijos.
En EEUU quedó claro que no entienden nada cuando Mark Zuckerberg dio su testimonio en el Senado y recién comprendían que con la inteligencia artificial de Facebook él puede saber por quién vas a votar o con cuál chica te vas a quedar.
¿Por qué hace una diferencia con China?
-Porque su gobierno entiende lo que está pasando y actúa. Todo lo que puede predecir Zuckerberg también lo puede predecir el gobierno chino. Ellos, por ejemplo, implementaron algo que se llama "seguridad total", con lo cual pueden prever quién cometerá un crimen. O en el mismo caso de la modificación genética, dónde los occidentales hemos decidido no entrar, pero ¿qué vamos a hacer cuando en China estén naciendo niños más inteligentes? Tiene que haber un debate mundial para ver dónde vamos. Los únicos que lo han enfrentado son los chinos.
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