Rodrigo Vergara: “La oposición debe evitar la tentación de imprimir una derrota al gobierno en sus reformas y el oficialismo también debe ceder”
El expresidente del Banco Central y actual investigador del CEP, cree que es el momento adecuado para llegar a un pacto amplio en las reformas tributaria y de pensiones, y pide al Ejecutivo y a la oposición salir de sus posiciones originales. “Siento que el gobierno quiere llegar a acuerdo, pero tiene el problema de las dos almas en su coalición. El Presidente en algún momento deberá definirse. Me parece que las últimas señales van en la dirección de los acuerdos. En particular, el discurso del Presidente en Enade es muy positivo”, afirma.
Para Rodrigo Vergara Montes, el país tiene una oportunidad histórica para empezar a cerrar temas que han generado incertidumbre y daño al crecimiento. El expresidente del Banco Central y actual investigador senior del Centro de Estudios Públicos (CEP), cree que tanto el gobierno como la oposición deben extremar sus esfuerzos para lograr un acuerdo lo más amplio posible en materia tributaria y previsional, y aceptar los costos que hay que pagar por avanzar en estos cambios.
“La oposición debe evitar la tentación de imprimir una derrota al gobierno en sus reformas y el oficialismo también debe ceder. Estos temas que han estado abiertos tanto tiempo, producen incertidumbre. Hoy es un buen momento para cerrarlos bien, con una propuesta intermedia. Eso daría tranquilidad a los agentes económicos”, afirma el además director del Banco Santander Chile y asesor de empresas.
Sin embargo, el economista también se interna en la disyuntiva de cómo acelerar el alicaído crecimiento de largo plazo de la economía chilena y reconoce que el “anémico” tranco de la actividad es su gran preocupación en la actualidad.
¿Qué define mejor el momento de la economía chilena: el estancamiento, la estanflación o un ajuste que ha demorado más de lo esperado?
La economía chilena está estancada, aunque también es cierto que ha tenido un ajuste más lento de lo esperado. El ministro de Hacienda dice que lo peor ha pasado, pero hay que tener cuidado con eso. Efectivamente, los tres primeros trimestres desestacionalizados del año pasado fueron negativos y el último cuarto fue marginalmente positivo. El primer trimestre de este año, a su vez, debiera ser un poco más alto, pero hay que tener cuidado, porque estamos en medio de un ajuste importante y no me atrevería aún a sacar cuentas alegres. El ajuste no ha concluido y todavía es posible que tengamos cifras de crecimiento bajas por un tiempo. No veo claro que estemos empezando un proceso de recuperación. Eso podría cambiar en los próximos meses, pero en este momento no lo podemos decir.
Es decir, es un poco riesgoso por parte de Mario Marcel señalar que lo peor ha pasado…
Siempre es riesgoso decirlo. Diría que todavía queda un poco de agua que pasar bajo el puente antes que podamos decir eso. Ojalá que así sea y que tengamos una recuperación de la economía en la segunda parte del año, pero no está claro que la economía esté acelerándose.
¿Puede haber un riesgo de sobreajuste de la economía si no hay una sintonía fina del Banco Central en cuanto al momento para empezar a bajar las tasas esta vez?
Este riesgo de actuar temprano o tarde siempre lo tiene el Banco Central, particularmente en tiempos de ajuste como el que tenemos. Chile hoy tiene una tasa de política monetaria altísima. Estamos con tasas reales del 6% y eso es muy alto. Pero entiendo al Banco Central cuando dice hay que mantenerla a ese nivel porque la inflación aún es muy alta.
Estimo que en los próximos meses habrá bajas importantes de inflación. Probablemente en mayo tengamos inflación de un dígito en 12 meses y va a seguir cayendo. Un relajamiento monetario debe venir antes que la inflación llegue a la meta y es evidente que el Banco Central lo tiene claro.
El riesgo de llegar tarde o actuar demasiado temprano siempre existe para el Banco Central. El Banco Central tiene que estar muy fino y atento para que no se produzca ni un sobreajuste ni tampoco un relajamiento apresurado.
Una de las conclusiones del último Ipom del Banco Central es que la economía tendrá un mediocre crecimiento durante los próximos años. Sin embargo, el ministro Marcel ha dicho que el crecimiento “no está escrito en piedra”. ¿Cuál es su visión?
Mi gran preocupación hoy es el anémico crecimiento de largo plazo o potencial de la economía chilena, el que ha ido bajando persistentemente en las últimas décadas y que está apenas por sobre el 2%. El crecimiento potencial de Chile ha sido muy pobre desde hace un buen rato. Tenemos una inversión débil, una productividad que no crece y un ahorro que cae. No se ve que se estén dando las políticas y tendencias para levantar el crecimiento del país en forma relevante. No estamos viendo hoy los motores que impulsen el crecimiento potencial de Chile.
¿Cree que el mundo político no le ha tomado el peso a este problema de crecimiento que tiene la economía?
Hay una parte del mundo político que sí lo ha hecho, pero Apruebo Dignidad, que es la coalición del Presidente Boric, no le ha tomado el peso al tema del crecimiento. Con el paso del tiempo, han empezado a darse cuenta de que es importante.
“Dar vuelta la página”
¿Qué tipo de reforma tributaria debería consensuarse en este nuevo intento del gobierno?
Hablaría mejor de una reforma fiscal y que tenga varios elementos. Es importante saber cuántos nuevos recursos se necesitan, especialmente teniendo en cuenta los nuevos ingresos del litio. También hay que tener un esfuerzo en racionalización del gasto; me parece que como señal es muy importante, aunque no sea mucho.
La carga que afecta al capital en Chile es relativamente alta si se compara a nivel internacional. Es por eso que hay que tener mucho cuidado con elementos como el impuesto a la riqueza y a las utilidades retenidas, especialmente si estamos preocupados del crecimiento y la inversión. Creo que es posible aumentar la base tributaria del impuesto a la renta personal, insistir en combatir la evasión, impuestos verdes y bajar las exenciones. Ojalá se pueda llegar a un acuerdo, aunque es claro que será una reforma menos ambiciosa que la reforma que se propuso inicialmente.
¿Menos ambiciosa en qué sentido?
En términos de recaudación tiene que ser menos ambiciosa que la original. Estimo que se puede llegar a un acuerdo que sea más amplio; un pacto fiscal en que se aumente la recaudación, racionalice el gasto y logre un acuerdo para que el tema tributario no sea tocado por algún tiempo.
¿Y la reforma de pensiones podría lograr un acuerdo como el que proyecta para la reforma tributaria?
Para el gobierno es muy importante avanzar en sus reformas. Al final del día, si no se logran las reformas, siempre el culpable va a ser el gobierno. Siento que el gobierno sabe eso y quiere llegar a acuerdo, pero tiene el problema de las dos almas en su coalición. El Presidente en algún momento deberá definirse. En todo caso, me parece que las últimas señales van en la dirección de los acuerdos. En particular, el discurso del Presidente en Enade esta semana es muy positivo. Sin embargo, eso de las dos almas del gobierno queda claro cuando esa misma noche anuncia la Estrategia Nacional del Litio, con el Estado con participación mayoritaria.
Para la oposición, a su vez, puede ser tentador dejar al gobierno sin sus reformas, pero hay que tener cuidado. Puede ser una ganancia de corto plazo, pero no en el largo plazo. Es un buen momento de la oposición para llegar a un acuerdo. El péndulo se ha movido en su dirección y debe estar abierta a lograr ciertos acuerdos. Además, me parece que acuerdos amplios son buenos para Chile.
Si pretendo que mi postura se acepte en un 100%, no hay posibilidad de llegar a acuerdo, hay que ceder. En pensiones, por ejemplo, si pretendo que los 6 puntos extra vayan todos a cotización individual no hay ninguna posibilidad de acuerdo. Si, por otro lado, pretendo insistir con las cuentas nocionales, tampoco habrá acuerdo.
Es decir, tanto el gobierno como la oposición deben extremar sus esfuerzos para llegar a acuerdos en este momento en las reformas tributaria y de pensiones...
Así es. Un acuerdo en estas materias tranquiliza los ánimos, mejora el ambiente político. Hay que dar vuelta la página. La oposición debe evitar la tentación de imprimir una derrota al gobierno en sus reformas y el oficialismo también debe ceder. Estos temas que han estado abiertos tanto tiempo producen incertidumbre. Hoy es un buen momento para cerrarlos bien, con una propuesta intermedia. Eso daría tranquilidad a los agentes económicos.
A poco más de un año del inicio del gobierno de Gabriel Boric, ¿cómo evalúa su administración en términos económicos y políticos?
Ha habido un claro déficit político, con fuertes cambios de opinión motivados por la realidad, pero que dificultan la credibilidad. Ha habido muchas tensiones internas, inmovilismo. Sin embargo, también destacaría el manejo fiscal del ministro de Hacienda, Mario Marcel, y del gobierno en general. En términos macro, política monetaria y política fiscal, ha habido un buen comportamiento.
En muchos sectores políticos se habla que una buena Constitución es normalmente “fome” y “sin estridencia”. ¿Cuáles son sus expectativas con el nuevo proceso?
Estoy de acuerdo. Uno de los grandes errores de la experiencia constituyente pasada fue la estridencia, también sus costos desbocados. Las constituciones en los países exitosos son marcos generales y no son particularmente entretenidas. Espero que se llegue a un acuerdo y que también este tema se cierre.
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