Sebastián Edwards: “Chile se ha transformado en un polvorín y nadie quiere reconocerlo”

Sebastian Edwards
Sebastián Edwards: “Chile se ha transformado en un polvorín y nadie quiere reconocerlo”. Foto: Andres Perez

El economista analiza la decisión de la Fed de bajar la tasa de interés en medio punto y estima que Trump es más peligroso para la economía de Estados Unidos que Kamwala Harris. “Para mí, los mayores riesgos globales son geopolíticos”, opina. También cree que el actual gobierno en Chile va a dejar un país “que arrastra los pies” y afirma que el mayor desafío hoy es mantener la paz social.


La agenda de Sebastián Edwards sigue intensa en Estados Unidos. Acaba de llegar desde Perú, donde pudo constatar el avance económico del país sudamericano y el “empuje” de su clase empresarial, y está comenzando a volcar buena parte de su energía en un nuevo libro que relata la historia del gobierno de la Unidad Popular (UP), el que saldrá en inglés durante el año 2026.

“Es una historia exhaustiva, donde he rastreado los archivos, las correspondencias, y he entrevistado a prácticamente todos y todas los sobrevivientes del gobierno, incluso (Jacques)Chonchol (exministro de Agricultura de Salvador Allende) y (José) Cademartori (exministro de Economía de la UP), que ya han fallecido. El título preliminar y de trabajo es ‘Salvador Allende y el fin del socialismo’”, adelanta el economista de la Universidad de California (UCLA).

El argumento del libro, según Edwards, es que el prinicipio del fin del socialismo real en el mundo como opción política se inicia con la caída de Allende. “Las raíces de la caída del muro (de Berlín) y la desintegración de la Unión Soviética, entre otros acontecimientos, pueden encontrarse en el fracaso y la derrota de la Unidad Popular”, añade el economista, quien acaba de terminar el capítulo sobre la propuesta de nueva Constitución que quiso impulsar el exPresidente Allende.

“Este era más radical de lo que sugirió la primera Convención Constituyente en 2022. No tanto respecto al tema plurinacional o el mediambiente, ni siquiera respecto al tema de género, sino más radical en el tema económico, donde había 20 ó 25 sectores que estaban constitucionalmente reservados para el Estado”, describe Edwards.

En medio de este demandante trabajo, el profesor de la UCLA, hoy radicado en Estados Unidos, analiza la decisión de la Reserva Federal de bajar en 50 puntos base la tasa de intrés esta semana y enumera los riesgos que hoy enfrentan el mundo yChile.

¿Cuál es el análisis que hace sobre la baja de 50 puntos base que decretó esta semana la Reserva Federal de Estados Unidos y del mensaje entregado por el organismo al mercado?

-Fue, sin dudas, una decisión agresiva, pero correcta. El mensaje es simple y contundente. El FOMC (Comité Federal de Mercado Abierto de la Reserva Federal) está convencido de que la inflación está bien anclada y que el mercado laboral tiene menos estrecheces que hace unos meses. Además, seguirá monitoreando los datos en el mercado financiero, en el del trabajo y en los precios.

Tras esta decisión, ¿cuál es la ruta de baja de tasas de la Reserva Federal para lo que queda del año y en 2025? ¿Cuándo se alcanzará la tasa de interés neutral? ¿En qué nivel quedará?

-Si las tendencias se mantienen como en los últimos meses, podremos ver una rebaja de un cuarto de punto en noviembre, seguida por otro medio punto en diciembre. Si este calendario se cumple, terminaríamos el año con un 4,25%. Es una tasa aún alta, pero con tendencias a la baja.

Por otro lado, una pregunta que obsesiona a los expertos es cuál es la “tasa neutral” de política monetaria. Esta se define como la tasa que prevalece si tanto la inflación como el desempleo están en su meta u objetivo. Nuestro análisis en UCLA (Universidad de California) sugiere que, en esta época de post pandemia y post estallido inflacionario, la tasa neutral es del 3%. Esto es un punto porcentual por encima de la meta de inflación.

La pregunta, entonces, es cuándo podemos esperar esa tasa neutral. Si no hay sorpresas importantes, eso podría suceder a mediados del 2025. Pero ¡ojo! eso supone que no haya sorpresas en lo político, en las guerras, en lo financiero y en los precios. Desafortunadamente, el mundo moderno está lleno de sorpresas.

¿Cómo se comportará la inflación y la política monetaria en Estados Unidos teniendo en cuenta las propuestas, especialmente fiscales, de los actuales candidatos a la presidencia estadounidense?

-Ambos candidatos han presentado programas con aumentos de la deuda, y eso no es sano. Pero si bien ambos lo han hecho, las propuestas de Donald Trump son más peligrosas. Con un nivel de endeudamiento de 35 trillones de dólares, hay muy poco espacio para política fiscal expansiva. Al contrario, se requiere “recoger cañuela”.

Una pregunta importante en esta coyuntura es cuál será la tasa de interés del “bono largo”, de 10 años. Ese es el que determina cuánto se debe pagar anualmente en intereses. Y eso tiene que ver con cuán empinada vaya a estar la “curva de rendimiento”, o diferencia de tasas cortas y largas. ¿Cuál será, a mediados del 2025, la tasa de los bonos del Tesoro de 10 años? Nuestra proyección es de aproximadamente 3,5% en julio-agosto 2025. Esta es una curva de rendimiento menos empinada que lo histórico.

¿Tiene temores sobre los programas de gobierno de los candidadatos a la Casa Blanca Kamala Harris y Donald Trump? ¿Cuál de ellos debiera ser menos nocivo para la economía estadounidense y mundial?

-Hay riesgos en ambos casos, pero Donald Trump es mucho más peligroso. Las principales preocupaciones con el republicano son el proteccionismo, el rápido aumento de déficit a niveles que se traducirán en una rebaja de la calificación de la deuda por parte de las agencias, y su afán por entrometerse en las decisiones de la Reserva Federal. Desde Nixon, hace más de 50 años, que no hemos visto que el Presidente intente disminuir la independencia de la Fed (Reserva Federal).

Por el lado de Kamala Harris los mayores peligros son las intromisiones en el funcionamiento de los mercados –ya anunció que controlaría los precios de algunos abarrotes y alimentos-, y un aumento en las miles de regulaciones de todo tipo, que ya son asfixiantes.

¿Estados Unidos también es afectado por la “permisología”? ¿La situación es tan seria como en Chile?

-Aquí también hay marañas de regulaciones y permisos, pero no al nivel chileno. Aquí hay dos cuestiones importantes que considerar: la primera es que la Corte Suprema ha dictado una serie de fallos tendientes a desregular o, más concretamente, a reducir el poder arbitrario del “estado administrativo”.

Una de las decisiones más importantes fue anular la llamada “Doctrina Chevron”, que le daba enorme poder a las agencias reguladoras para interpretar el alcance de la legislación. Eso terminó, y se espera que la Corte continúe desmantelando el formidable poder de los reguladores.

Lo segundo es que Donald Trump anunció que si llega a la presidencia nombrará a Elon Musk a cargo de un plan de desregulación. Si eso sucede podemos estar seguros de que habrá todo tipo de iniciativas creativas y, desde luego, un tanto demenciales.

Riesgos mundiales y Chile

¿Cuáles son los principales riesgos para la economía mundial en los próximos años? ¿El crecimiento de China está entre ellos?

-Cualquier persona medianamente informada y razonable sabía, desde hace mucho tiempo, que el crecimiento chino iba a caer a niveles más moderados, del orden de 4,5% al 5,5% anual. Y si no es una sorpresa, no es un riesgo. Además, la base del crecimiento es mucho mayor que hace 15 años. Una economía con un PIB de 20 trillones de dólares, que crece al 5%, contribuye más a la expansión de la demanda global que una de 5 trillones de dólares creciendo al 10%.

Para mí, los mayores riesgos globales son geopolíticos. La explosión de miles de beepers en el Líbano y la prolongación de la guerra en Gaza son muy preocupantes. Ucrania sigue siendo una tragedia humanitaria con amplias repercusiones territoriales. Y no debemos olvidar el tema de Taiwán. Habiendo dicho lo anterior, en casi todos los países uno de los mayores puntos de tensión tendrá que ver con la migración.

¿Cuál es el panorama para los países emergentes, incluido Chile?

-Depende qué tipo de emergente estemos hablando. Los que producen commodities, como Chile, están en mejor pie que los que dependen de manufactura liviana. Los problemas de Chile son “Made in Chile”. El entorno no será de lo mejor, pero no debemos echarle la culpa de nuestro pobrísimo desempeño. Este se debe a malas políticas, poco entendimiento de cómo funcionan las economías modernas y abulia de parte de las autoridades.

¿Cuál es su proyección para el crecimiento de Chile en 2025, en un año marcado por las elecciones? ¿El gobierno se despedirá con un país recuperado y estabilizado?

-No lo sé. Pero si me obligaran a opinar, diría que este gobierno va a dejar un país que arrastra los pies.

¿Cuál será el gran desafío para el próximo gobierno en Chile?

-Parto de la base de que, como indican las encuestas, la próxima presidenta será Evelyn Matthei. Como todo el mundo sabe, sus desafíos son múltiples y, como bien dijo Daniel Mansuy, no está claro que la derecha se esté preparando adecuadamente para gobernar. Entre esa multitud de desafíos, el más importante es, sin duda, mantener la paz social. Desafortunadamente Chile se ha transformado en un polvorín, y nadie quiere reconocerlo.P

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