El nuevo escenario para la renta fija local durante este 2018

Por Luis Flores. Deben contemplarse elementos coyunturales, efectos de cambios normativos o incluso el efecto del nuevo gobierno en el comportamiento de los retornos esperados.




Son múltiples las variables que se monitorean para hacer un análisis del mercado de la renta fija local. Por un lado deben analizarse los flujos a través de variables como las emisiones corporativas, las bancarias y las de gobierno. Por otro, las expectativas inflacionarias, las políticas monetarias y fiscales, el comportamiento del tipo de cambio y la situación macro externa. También deben contemplarse elementos coyunturales, efectos de cambios normativos o incluso el efecto que el nuevo gobierno tendría en el comportamiento de los retornos esperados para esta clase de activo.

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Sin embargo, las expectativas para el 2018 en este ámbito de análisis podrían ser y verse aún más complejas. Si miramos desde afuera hacia adentro, vemos entre tres y cuatro alzas de tasas en EE.UU. , y un gobierno que ha dado al mercado mejores expectativas en torno al crecimiento, elemento central que debería mejorar las condiciones inflacionarias en el mediano plazo, lo que es la base para las decisiones de política monetaria. En el plano local, con la llegada de la administración Piñera se espera que la política fiscal esté orientada a una mayor eficiencia en el uso de los recursos más que a un aumento del gasto fiscal. Esta eficiencia vendría por un aumento en la inversión público-privada en concesiones y licitaciones de grandes proyectos de infraestructura.

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La coyuntura, en tanto, nos entrega dos variables más. La primera, dada por los nuevos límites de inversión de los fondos de pensiones, que implicarán un aumento en activos alternativos. Como clase de activo de reemplazo, el mayor perjudicado será la renta fija local, provocando flujos vendedores a medida que los fondos vayan incorporando en sus carteras activos alternativos. Aunque esta tendencia será paulatina debería ser fuertemente monitoreada dado los montos involucrados.

En segundo lugar, está la consolidación de lo que pasó el 2017, con nuevos emisores corporativos colocando bonos el 2018, lo que empieza a dejar atrás la época en que las emisiones bancarias llenaban la agenda de este tipo de operaciones, pasando a una nueva era más sana, donde las compañías participan directamente del mercado de capitales. Con todas estas variables en juego, será sin duda un entretenido 2018.

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*El autor es director ejecutivo de Tanner Investments.

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