Profesionales de la sustentabilidad: todavía queda mucho por aprender




"Conversar en Chile con 10 personas que realmente sepan de estos temas no es fácil". Lo dice Hernán Blanco, ingeniero civil, experto en temas de sustentabilidad y líder de proceso del proyecto MAPS (plataforma que desde el ministerio de Medio Ambiente evalúa los escenarios que Chile enfrenta para disminuir su huella de carbono).

No es exactamente lo que uno podría pensar. Desde que las personas decidieron manifestarse públicamente por temas medio ambientales, como los cisnes de Valdivia, hasta el más reciente caso de Barrick con el cierre de Pascua Lama, no sólo se ve un aumento de participación ciudadana. También el número de empresas consultoras en estos temas ha crecido.

Blanco también lo nota. Pero aun así, su diagnóstico es que faltan muchos profesionales en Chile hoy para cumplir con la demanda que supone la mirada de la sustentabilidad y que avanza en el mundo de los negocios. "Han salido muchas empresas, consultoras y en distintos ámbitos. Si comparo ahora con hace 15 años, en ese momento había cero empresas que se dedicaban a esos temas o muy poco. Hoy hay varias y desde distintos focos de atención y, como en todo, algunos son más serios y experimentados que otros".

Macarena Candia, periodista y socia de la cooperativa dedicada a la responsabilidad social, ejeRSer, hizo un conteo de instituciones dedicadas al tema en 2010. "Alrededor de 15 organizaciones se dedicaban a la RSE. Ahí involucro empresas que hacen asesorías, reportes de RSE. A esa fecha había 18 diplomados o cursos que contenían módulos o que eran dedicados a la RSE. Y, alrededor de 20 instancias de reconocimientos (premios o rankings)", cuenta.

"Hay muchas empresas de comunicaciones que hacen estrategias y que pueden hacer asesorías para un trabajo puntual. Pero creo que esto pasó más allá de contratar una asesoría. Tiene que ver con un cambio de mirada y la formación de los equipos directivos y de cómo plantean los planes estratégicos y de gestión del negocio en sí y de manera permanente. No es marginal el tema, porque tal como pasó con Agrosuper, no considerar a tus grupos interesados puede significar el cierre de una faena", sigue Macarena.

Y no sólo en términos geográficos. También hay otros públicos interesados que pueden recibir el impacto negativo y también positivo de un negocio. Pero sólo a partir de la seguidilla de situaciones en que la comunidad/ciudadanía/clientes, se han manifestado públicamente, es que se están empezando a ver cambios más profundos en la manera de comunicarse con ellos.

"No hay un cambio de mirada, sino que las organizaciones reaccionaron frente a demandas que hacen las distintas comunidades debido a los impactos negativos en este caso, que han sido producidos por distintas empresas. Se dieron cuenta y reaccionaron", agrega Macarena.

"Habría que ver si ese cambio realmente obedece a evitar los conflictos y poder hacer tu negocio o hay una preocupación más de fondo, más social y entendida como un valor para la empresa y como una posibilidad de hacer un negocio que es más inclusivo o más sustentable", agrega Henrán Blanco.

Para el ingeniero el punto de inflexión fue el conflicto de los cisnes con Arauco. "Lo que pasó ahí produjo un cambio súper visible en las empresas en términos de su organización interna. Especialmente en términos de crear, aquellas empresas que no lo tenían, gerencias, departamentos y divisiones encargadas de medio ambiente y relaciones con la comunidad".

Blanco también cree que quienes han sido más proactivas, en este movimiento hacia la sustentabilidad, las empresas extranjeras que llegaban aquí con políticas que debían implementar por orden de sus casas matrices. "El ejemplo típico son las empresas mineras que llegan a fines de los 80 y comienzos de los 90, que empiezan a hacer estudios de impacto ambiental, cuando en Chile no había una institucionalidad", agrega Blanco.

El cambio va. Es lento y hay todavía bastante inexperiencia. De manera que la posibilidad de hacer un trabajo inconsistente todavía es alta. "Están los que venden un servicio integral y los que venden el cuento. Y tampoco las empresas saben tanto como para poder filtrar", dice Macarena. A lo que Hernán Blanco agrega que cuando un tema como este se pone de moda, también hay riesgos como buscar soluciones que "den rédito rápido, un lavado de imagen. Pero estos son temas que no son dos más dos son cuatro. No está la metodología lista llegar y ocupar".

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