Vikram Pandit: "No me arrepiento de nada de lo que hice en Citigroup"




No ha dado una entrevista en casi dos años desde que fue expulsado como director ejecutivo de Citigroup. En un banco que solía ser el más grande del mundo, y cuyas operaciones están en 100 países, esto fue sorprendente. Quizás esto explica por qué tanto Citi como Vikram Pandit han mantenido su separación de manera amigable.

Pandit ha aparecido en público sólo de manera ocasional desde entonces, y ha estado trabajando en una variedad de proyectos.

Liberado de Citi, Pandit ha tenido 18 meses para planear su próxima movida. “Es lindo no tener una compulsión o presión de tiempo para imaginarse lo que uno quiere hacer. He estado en otras transiciones anteriormente y cada vez la gente ha dicho ‘Tómate tu tiempo para pensar lo que quieres hacer’ Y esta es primera vez que tengo tiempo.

Y ¿habrá decidido? “Creo que sí”, sostiene. “Un gran número de gente que creció en las últimas dos, tres, cuatro décadas, ha estado en un mundo muy diferente, un mundo de crecimiento predecible, un mundo con la capacidad de financiarte a ti mismo, donde podrías realmente poner el pie delante de otros. La gente ahora se cuestiona cuál es el nuevo modelo sustentable de crecimiento. Y eso es cierto para los países y para las empresas”.

Al mismo tiempo, Pandit proclama que, en gran parte gracias a la tecnología, “nunca había sido tan fácil empezar tu propio negocio”.

Luego se refiere a las virtudes de algo que llama “SMAC stack”, algo que, asegura, “se refiere a la facilidad para entrar a los negocios hoy en día y se refiere a Socia media, Mobility, Applications y Cloud”.

“La información es el plástico de esta generación. No veo que los modelos de negocios sean realmente exitosos hasta que se obtiene esta”.

Pandit tiene habilidad para los grandes conceptos y un lenguaje de gestión y es difícil bajarlo a la tierra. Lo presiono en busca de ejemplos. “Hay grandes empresas de automóviles que dicen ‘¿Dónde está el crecimiento?’ y, por otra parte, está el SMAC stack que ha creado Uber. Lo interesante es que esas capacidades intangibles están dentro de las empresas automotrices para hacer que ocurra”

Ha estado invirtiendo en una serie de empresas que cree que representan ideas innovadoras que podrían transformarlas en la próxima Uber, la repentinamente ubicua aplicación para pedir taxis. Al mismo tiempo, es presidente de una consultora llamada The Greatest Good -junto con Steven Levitt, co autor del popular libro Freakonomics-.

Finalmente entramos al tema de Citi. El ex ejecutivo dice que está orgulloso de su papel en “cinco extraordinarios años para la empresa”. Entre 2007 y 2012, bajo su mandato, Citi se convirtió en el mayor rescate bancario en Estados Unidos, con el gobierno inyectándole US$45 mil millones para mantenerlo a flote y, en cierto punto, incluso considerando una nacionalización directa.

Pandit se hizo cargo en diciembre de 2007, con la crisis financiera ya presente. Su predecesor fue Chuck Prince, quien dijo la tristemente célebre frase “mientras la música esté sonando, tienes que pararte y bailar”. Cuando la música paró, Citi estaba en el suelo. Pandit heredó un banco que había hecho malas apuestas en el mercado hipotecario. Luchando por la sobrevivencia de la empresa, recortó 100 mil empleos, más de un cuarto de la fuerza laboral.

Hoy prefiere concentrarse en otras partes de la limpieza que orquestó, como haberse deshecho de US$180 mil millones de activos principalmente tóxicos. “Es una de las mayores reestructuraciones en la historia empresarial. El banco tenía una fortaleza financiera enorme y restablecimos la rentabilidad más rápido de lo que cualquiera pensó. Me siento muy bien por haber establecido el rumbo. No me arrepiento de nada de lo que hice en Citigroup”.

Pero para el directorio la recuperación no era lo suficientemente rápida. El 15 de octubre de 2012, en un conference call con analistas, Pandit anunció mejores resultados. Más tarde ese día, fue informado por el presidente, Mike O’Neill, de que había perdido su confianza.

Al mismo tiempo, Pandit y la empresa eligieron decir que había renunciado de manera voluntaria, y sigue manteniendo esa versión hoy. “Era hora de un cambio. El vuelco ya se había hecho. La transformación iba bien. Creo que era hora”, dice antes de agregar: “Ahora pienso que lo repentino probablemente no le cayó bien a nadie, pero ya pasó”.

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© The Financial Times Ltd, 2011.

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