Guillermo Larraín (DC): “Necesitamos que la gente, al día siguiente de tener la Constitución aprobada, diga ‘hay un cambio’”

Guillermo Larraín
Guillermo Larraín, candidato constituyente en el distrito 12

El economista DC que compite en la Lista del Apruebo asegura que en su distrito, el 12, se inició el estallido social: “Está muy encarnado el malestar chileno. Aquí está el desempleo, aquí están las personas que no tienen la oportunidad de trabajo, aquí están las mujeres que les pegan en la casa, aquí está el hacinamiento”, comenta.


Quien fue superintendente de AFP en el gobierno de Ricardo Lagos y superintendente de Valores y Seguros durante el primer gobierno de Bachelet muestra el libro que publicó en 2013 junto a Fernando Atria, José Miguel Benavente, Javier Couso y Alfredo Joignant: El Otro Modelo. Luego busca entre sus cosas y trae una pila de papeles, “este otro libro va a salir ahora, de hecho me mandan la maqueta el lunes. Son 400 páginas y se llama La Estabilidad del Contrato Social”. Explica que sobre esta “base conceptual” dialoga con los vecinos del distrito: “Yo comparto la teoría y recibo de vuelta toneladas de práctica”.

¿Qué lo diferencia de la Lista Vamos por Chile y de Apruebo Dignidad?

En principio estamos todos por los derechos sociales. No va a ser ahí donde haya tanta diferencia, las diferencias surgen cuando entramos al detalle. En cada derecho social debe permitirse que haya privados proveyéndolos. Pero Chile Vamos, dice, `ya privados, pero que tengan fin de lucro´. Lo que yo digo es que el lucro degenera la relación entre proveedor y ciudadano. ¿Qué es lo que dice Aruebo Dignidad? Que no tiene que haber sector privado, tiene que hacerlo todo el Estado. Tú puedes dar una una pelea enorme en derechos, pero si no solucionaste cómo esos derechos van a encontrar recursos y formas institucionales específicas, no llegaste muy lejos.

Como economista y tras todo lo que ha pasado en Chile estos últimos meses, ¿cree que sigue siendo válido el principio de subsidiariedad?

Los constituyentes debemos discutir en torno a la creación de empresas públicas, a las compras públicas del Estado, a la fijación de aranceles. En el fondo discutir el rol del Estado en la economía. El principio de subsidiariedad, básicamente dice que todo lo que el sector privado puede hacer, que no lo haga el sector público. Desde ahí el sector público es un personaje que va con una escoba barriendo todo los desechos que genera el mercado. Lo que yo digo es que en materia de estrategia productiva hay que buscar una forma distinta de relación entre el Estado y el sector privado, donde el Estado juegue un rol de coordinación más fuerte que lo que hace hoy día.

¿Está de acuerdo con el fin del Tribunal Constitucional? ¿Qué institución podría velar por la constitucionalidad de las leyes?

Es absolutamente necesario que el Tribunal Constitucional deje de tener lo que se llama el control preventivo, que es la interferencia que hace el Tribunal en el proceso democrático. Tiene que haber un control de constitucionalidad interno al Congreso, por ejemplo en la Comisión de Constitución. Creo que el Tribunal Constitucional es mejor que desaparezca. Tiene que haber una autoridad superior que haga la interpretación de la Constitución. La pregunta es si tiene que ser un tribunal separado o tiene que ser una sala especializada de la Corte Suprema, por supuesto en la medida que eliminemos los abogados integrantes -designados por el Gobierno-.

Ha propuesto un semi presidencialismo, ¿es posible en Chile?

Yo diría más que posible es necesario. Acá no existe ni una mayoría, el presidente no tiene mayoría. Si tienes un Congreso bloqueado, el país no va a ningún lado y eso es lo que la gente siente, que nadie está tomando decisiones, nadie gobierna. Tenemos que tomarnos en serio de que esta fue una crisis grande. Si no es por la pandemia no sé dónde hubiera terminado el estallido social. Tú tienes que resetear el poder político. Necesitamos que la gente al día siguiente de tener la Constitución aprobada, diga hay un cambio. La gracia que tiene optar por un régimen semi presidencial o parlamentario, es que te permite dejar de lado la discusión del régimen electoral y eso es súper bueno porque cambiarlo sería muy complicado. Para que nuestro presidencialismo vuelva a existir, sobretodo en la versión de presidencialismo no atenuada, tú necesitarías un nuevo binominal para que se fuerce que hayan dos coaliciones, eso no te va a aceptar nadie. En cambio, el semi presidencialismo puede coexistir con un montón de partidos chicos, porque tú lo que vas a necesitar es que haya capacidad de armar alianzas entre todos esos partidos y que todo ellos te sumen mayorías. Es perfectamente factible y no es necesario cambiar el régimen electoral.

¿Deberían darse mayores atribuciones al parlamento? ¿Cuáles?

Me gusta el modelo francés acá. Centraliza la decisión del gasto público en el Poder Ejecutivo, tiene que haber alguien que sea responsable de la billetera fiscal. Pero le entrega al Parlamento la posibilidad de cambiar la composición de ese gasto. En el régimen actual el Gobierno dice `esta es la plata que hay´, y además decide de qué forma se va a gastar. Lo que yo digo es, va a haber un gobierno que va a decir `esta es la plata que hay´, pero luego cuánto voy a dedicarle a salud o otras materias, es algo que donde el Parlamento debería tener la facultad de incidir.

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