Western a la chilena

Tierra Quemada (1968) fue la primera película argumental a color realizada en el país y estuvo inspirada en el western norteamericano para reflejar la vida del campo chileno: rivalidades entre familias por territorios, huasos armados hasta los dientes y romances imposibles fueron parte del guion. Esta es la historia de una cinta que por años estuvo perdida y que en octubre volverá a ser estrenada.


Una persecución en los cerros de Huechuraba es registrada a lo lejos por las cámaras. Allá van un grupo de huasos a caballos armados hasta los dientes y gritándose improperios. El problema es que la calidad de la imagen no permite reconocer cuáles son los bandos en disputa ni el motivo del enfrentamiento. De fondo suena la canción Jinetes en el Viento, compuesta especialmente para la película.

En medio de la carrera, Anselmo Valladares -el líder de uno de los grupos- se detiene y le avisa al resto que se va a quedar para atender a uno de sus compañeros que fue alcanzado por una bala. El disparo, sin embargo, nunca se ve en pantalla. El hombre examina al herido, le dice que se calme y empieza a beber agua de un estero mientras el otro jinete se retuerce del dolor. De pronto, la escena cambia abruptamente. Ahora se ve una hacienda en el campo y a una joven mujer buscando a gritos a su hijo que está perdido. Anselmo aparece y coquetea con ella.

Así empieza Tierra Quemada, la primera película argumental a color estrenada en Chile a fines de los 60. Y, también, la primera obra inspirada en el western norteamericano, el género de moda en Hollywood por ese entonces.

"Cuando tuve la idea de filmar Tierra Quemada, originariamente pensé que debíamos insistir en un tema que fuera netamente nuestro. En un filme que mostrara lo que somos en realidad..., sin subterfugios de ninguna clase", contaba su director, Alejo Álvarez, a la revista Ecran durante la semana de estreno.

La película, estrenada el 26 de agosto de 1968, cuenta la historia de "los Valladares" y "los Vilches", dos familias enfrentadas a muerte por un codiciado terreno en el campo. Ambos clanes se detestan y se persiguen mutuamente. Las peleas a balazos, los heridos y los muertos son una constante en los 105 minutos que dura el filme.

Como una clásica película de vaqueros, pero a la chilena: en vez de desierto, indios y pistoleros, la acción transcurre en el valle central y es protagonizada por huasos terratenientes que bailan cueca, toman chicha y participan de la ceremonia religiosa de los cuasimodos.

Además de la historia central, Tierra Quemada contaba con otros conflictos clásicos de las películas de esos años. Al estilo de Romeo y Julieta, hay un romance prohibido entre hijos de ambos clanes que se desata en medio de la disputa por las tierras y que va a terminar en tragedia.

La película fue producida por Emelco, una empresa de origen argentino que tuvo a su cargo la mayoría de las obras audiovisuales que se estrenaron en Chile a principios del siglo XX. Ellos fueron pioneros en experimentar con obras audiovisuales a color. Primero con documentales institucionales y publicidad, para luego aventurarse con Tierra Quemada, el primer largometraje de ese tipo.

La propuesta fue ambiciosa desde el inicio. Aunque no hay un registro de los costos, se estima que la película debió haber implicado un desembolso de dinero importante, al ser la primera película de esas características.

Emelco contrató a Alejo Álvarez Angelini, un experimentado director que destacaba por obras que siempre buscaban reflejar la realidad del campo chileno.

Para asegurar el éxito de Tierra Quemada, la producción contrató a varios actores muy conocidos en la época, además de artistas populares. Entre otros, actuaron el premio nacional de Artes Pepe Rojas, la miss Chile Amalia Galaz y el cantante Pedro Messone. Aparte de dirigir y escribir el guion, Alejo Álvarez asumió el papel protagónico de la película.

"Yo estaba en la Serena actuando en una gira. De pronto, don Alejo Álvarez apareció detrás del escenario, se presenta y me dice: 'Nos interesa mucho que aparezcas, es una película del campo chileno, sus costumbres, su gente y los problemas que deben enfrentar. Necesitamos que sea usted uno de los personajes'", recuerda Messone, quien aceptó la propuesta sin pensarlo.

En ese momento, Messone era un exitoso cantante folclórico y su debut en el cine era una buena opción para seguir aumentando su popularidad.

"Era un gran desafío. Con algo así te proyectas distinto, te arrancas un poco del cantante con guitarra. Pasas a ser un artista que se proyecta en otro escenario", explica el cantante.

En la película, Messone interpreta las canciones El Casorio y El Solitario. Su personaje era el de Miguel Valladares, quien se enamoraba de una mujer del clan rival y que casi al final de la película muere apuñalado por la espalda.

Imagen-WhatsApp-Image-2018-04-19-at-19.09.jpg

En un país que aún no estaba acostumbrado a las grandes producciones, durante el rodaje varias cosas funcionaron de manera que hoy parecen increíbles. Por ejemplo, el actor Juan Pérez Berrocal se lesionó gravemente la espalda, porque no había un doble de riesgo. Su personaje debía caerse del caballo por una persecución. La caída fue real, Pérez se fracturó la espalda y la escena fue grabada de igual manera y aparece en la película. Los actores debían llegar a Limache por sus propios medios, la producción no facilitaba transporte ni pagaba los pasajes de bus.

Las duras críticas

El estreno de Tierra Quemada fue el 26 de agosto de 1968 en el antiguo cine Astor, que quedaba en calle Huérfanos. Para la ocasión los actores llegaron en carruajes que eran tirados por caballos y que salían desde el cerro Santa Lucía. El primer largometraje a color en la historia del país era un evento de gala y fue ampliamente difundido por la prensa de la época.

Pese a las grandes expectativas, los críticos de la época fueron muy duros, calificando la película como un experimento fallido y tratando duramente a Alejo Álvarez.

"Tierra Quemada es, desgraciadamente, la utilización sin la seriedad suficiente de los cuantiosos fondos dispuestos para esta industria, que también es un arte y no una manera de ganar dinero rápidamente", escribió El Siglo durante la semana de estreno.

La idea del director era que la obra fuera capaz de mezclar tres géneros: la acción, la comedia y el drama. Sin embargo, los resultados no fueron buenos. Varias de las escenas parecían sobreactuadas y en las balaceras sobraban varios litros de pintura roja. Así era el western a la chilena.

"La interpretación es, asimismo, deficiente. Se tiende a un estilo añejo y subrayado de actuación teatral, en boga hace 30 o 40 años. El propio Alejo Álvarez, de tener sentido autocrítico, no se habría adjudicado el papel del jovencito", comentaba la crítica especializada de Revista Ercilla.

El Mercurio fue un poco más positivo:"La aparición de una primera película chilena en color no puede ser más promisoria para el futuro del cine nacional, tanto más cuanto se anuncian otras dos igualmente coloreadas. Tampoco hay nada improvisado en el asunto. La película se hizo con cuidado, se procuró mostrar un paisaje hermoso y auténtico de nuestros campos y aun ofrecer aspectos folclóricos".

Pese a los comentarios, Tierra Quemada fue un éxito de taquilla entre el público chileno. En sus tres semanas en las salas, la película llevó 117 mil espectadores. Pocos días después se estrenó Tres Tristes Tigres, de Raúl Ruiz, que fue bien recibida por la crítica y ahora es una obra de culto, pero que apenas llevó 17 mil personas al cine durante la época.

"Nos estaba criticando gente que estaba aprendiendo a ser críticos. Eso es lo que me molestaba. Criticar al cine chileno que estaba empezando como si fuera el cine norteamericano era un error", dice Pedro Messone.

Su director, Alejo Álvarez, nunca se hizo problemas con la clara vocación popular de su película y la mala recepción de la crítica: "Lo que sí me importa es la respuesta del público, que ha sido excelente (…). Yo hago cine porque me gusta, no solo por ganar dinero. Si fuera por eso, vendiendo churros me iría mucho mejor", señaló el director en una entrevista consignada por el sitio web CineChile.cl.

Buscando la Tierra Quemada

Una de las pocas copias que existe de Tierra Quemada estaba en una antigua bodega de un teatro en Valparaíso, acumulando polvo, moho y excremento de ratón. En enero de este año, el director del Festival de Cine Recobrado, Jaime Córdova, encontró esas cintas mientras buscaba otra cosas. De inmediato surgió la idea de restaurar la cinta para volver a estrenarla en cines. "Consideramos fundamental reparar la película para poder verla una vez más y poder mensurar los esfuerzos de estos pioneros del cine nacional", comenta Córdova.

Pese a ser una película clave en la historia del cine chileno, las copias de Tierra Quemada estuvieron perdidas por varios años, transformándose en una especie de mito entre cinéfilos y coleccionistas. Después de salir de cartelera, los productores no se preocupaban de guardar en buenas condiciones las copias de las películas. Por eso se perdieron varias obras de esa época, entre ellas Tierra Quemada.

Alejo Álvarez murió el año 2002 y nunca dio mayores pistas al respecto. Tras su muerte, varias personas buscaron sin éxito una copia del histórico western chileno.

El primero en tener éxito fue Patricio Olivares, funcionario de la PDI que hace casi 10 años empezó a buscar la película debido a que había sido filmada en la casa de sus abuelos y deseaba ver cómo era el lugar durante la década del 60.

Entonces, empezó a investigar hasta llegar a una copia de mala calidad que estaba en el último canal de televisión que había exhibido la obra. Un funcionario de dicho canal le pasó la copia, pidiéndole a cambio que nunca revelara su identidad.

"Sé que Sandro Angelini -hijo de Alejo Álvarez- tiene copia de las cintas originales. Él me dice que las tienen en un cajón ahí guardadas, son los masters originales. Pero no quiere que salgan a la luz", cuenta Olivares.

Sin tener estudios formales de cine, Olivares restauró las cintas que le habían facilitado y las transformó en un DVD que nunca ha comercializado. La calidad, sin embargo, no es óptima. El sonido está desfasado y algunas escenas están cortadas. Pese a todo, era el mejor registro que se conocía de Tierra Quemada hasta el hallazgo de Jaime Córdova en Valparaíso.

La película terminó este mes de ser restaurada. El proceso incluyó la utilización de un alcohol especial para limpiar las cintas y la revisión de cada imagen para comprobar el estado de las escenas. Ahora, volverá a ser estrenada a finales de octubre en el Festival de Cine Recobrado de Valparaíso.

De esa manera, el clásico western chileno revivirá en los cines, justo cuando se cumplen 50 años de su estreno.

Comenta

Por favor, inicia sesión en La Tercera para acceder a los comentarios.