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El océano de Bahamas.

Caribe diferente

Más allá de Cancún, Varadero o Punta Cana, existe un Caribe que suena lejano pero que no lo está. Vuelos con conexiones más directas, mejores precios que antes, hotelería al alcance y atractivos diferentes a los tradicionales están captando cada vez a más visitantes chilenos. Aquí, por qué Aruba, Bahamas y Puerto Rico se están poniendo de moda.


Bahamas, la multifacética

Bahamas no es sólo una isla, sino un archipiélago compuesto por más de 700 islas (apenas 24 habitadas) y unos 2.000 cayos. Ubicadas al centro del Caribe, un poco más abajo de Miami y por sobre Cuba, parte de su territorio es cruzado por el trópico de Cáncer.

Al igual que a Aruba, llegar a Bahamas tampoco requiere de tantos esfuerzos y eso pocos lo saben. De hecho, hay gente que, desde Florida, Estados Unidos, va a Bahamas por el día, en ferry que sale por la mañana y regresa por la tarde para alcanzar a cenar en la Collins Ave, aunque lo ideal es quedarse varios días. Otros van en vuelos cortos desde Miami; o desde Ciudad de Panamá en apenas tres horas hasta Nassau sin necesidad de visa a Estados Unidos, lo que significa poco más de ocho horas de vuelo desde Santiago.

Bahamas fue colonia inglesa por años (hasta 1973), y hoy es un potente destino turístico con una gigantesca cantidad de atractivos. Playas que suelen ser catalogadas con aquellos lugares comunes como "paradisíacas", por el color de sus aguas, sus arenas blancas y su temperatura realmente tibia. Una cocina local donde los productos del mar son protagonistas. Gran cantidad de deportes acuáticos -surf, buceo, kayaking, entre otros-; y una noche animadísima, con espectáculos nocturnos, discotecas, bares y numerosos casinos de juego.

Este archipiélago del Caribe también entrega postales únicas, que difícilmente se observarán en otros lugares, como islotes llenos de palmeras en los que habitan coloridos flamencos, playas de arenas totalmente rosadas o sitios en los que se puede nadar junto a juguetones cerditos. Esto último es posible en Las Exumas, un archipiélago de más de 300 islas, específicamente en el cayo Major's Spot, habitado por unos cerdos nadadores que deleitan a los visitantes. Sobre su origen hay muchas versiones. Desde que aparecieron tras el naufragio de un barco hasta que fueron llevados por piratas que no alcanzaron a comérselos. La verdad es que son muy amistosos: no bien escuchan el motor de las embarcaciones, saben que les viene comida y se acercan nadando felices a los turistas.

Nassau, la capital, ofrece innumerables planes: disfrutar de las aguas poco profundas del Caribe, nadar con delfines, visitar el zoológico Ardastra y el parque acuático Aquaventure, con más de 40 hectáreas y donde los niños son los protagonistas. Los que gozan comprando, visitar Bay Street o Marina Village y encontrar las marcas de lujo libres de impuestos puede ser una verdadera adicción.

En todo el archipiélago hay 16 islas que albergan la oferta hotelera, con complejos lujosos y enormes como Atlantis, uno de los más grandes del Caribe, resorts all inclusive, villas, hoteles boutiques, pero también numerosos hoteles más sencillos. En Bahamas hay alternativas para diversos bolsillos.

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Surf en Aruba.[/caption]

Aruba, la fresca

Ubicada 24 kilómetros al norte de la costa venezolana, hasta hace un tiempo a los chilenos Aruba nos sonaba a un destino distante, desconocido y sumamente exótico. Lo cierto es que las distancias se han reducido poderosamente, gracias a conexiones más directas y eficientes que permiten estar en esta isla en ocho horas y no en 15 como antes. Escalas desde Bogotá o Ciudad de Panamá acortaron tiempo y evitaron, además, la obligación de contar con visa si se pasaba por Estados Unidos, como antes. Por ello, Aruba se está haciendo cada vez menos desconocida -sólo hasta octubre, este año han viajado 10.000 chilenos- y, por lo mismo, no tan exótico. Lo que no quiere decir que por ello no sea menos atractiva.

Quizás una de las primeras cosas que haya que advertir o, más bien, aclarar, es que Aruba -autoproclamada la Isla Feliz- no es la foto habitual del Caribe soñado que muchos viajeros proyectan. Si bien cuenta con playas realmente espectaculares, de colores surrealistas y aguas cálidas, su paisaje es más bien seco y semidesértico, carente de esos interminables cocotales que suelen verse en las más populares Cancún o Punta Cana. Para graficarlo con simpleza: un paisaje muy similar al de nuestro Norte Chico. Sólo unas pocas playas tienen algunas palmeras introducidas.

A su favor hay varias cosas que decir: la isla se encuentra en un lugar privilegiado, fuera del cinturón de huracanes; comparada con sus vecinos es de una frescura envidiable ya que se caracteriza por contar con una brisa constante que aliviará a los más acalorados que no soportan la humedad y que hace que los 27°C que tiene como temperatura promedio sean muy gratos.

La mayoría de la hotelería aquí no es del tipo "todo incluido"; es decir, todo está pensado para que el visitante salga, recorra y explore y no se quede el día encerrado. Aunque sí existen algunos resorts all inclusive, son los menos. El resto, de las más diversas categorías: desde hostales a medianos y superlujosos hoteles, buscan que sus pasajeros realicen distintas actividades para disfrutar en pareja, con amigos o con los niños en esta isla de 110.000 habitantes y que es más pequeña que Rapa Nui. Una es un tour gastronómico: existen más de 200 restaurantes que, además, replican la cocina y tradiciones de más de 96 nacionalidades presentes aquí. Por eso, la cocina local ha desarrollado una variada influencia europea, sudamericana, asiática y caribeña.

Panoramas ineludibles son visitar la playa de Eagle Beach, la tercera más linda del mundo según Tripadvisor. Para quienes viajan con niños, recomendable es Palm Island, una playa que cuenta con un gran parque acuático y donde hay paseos en botes banana y muchas actividades acuáticas. Además, entre las diversiones más populares de Aruba se encuentra el submarino Atlantis y el Parque Nacional Arikok.

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Una vista de Castillo del Morro, en Puerto Rico.[/caption]

Puerto Rico, renace

Puerto Rico tiene prácticamente la misma superficie que la isla de Chiloé (9.100 km2) pero bastante más habitantes: 3.500.000 frente a los 170.000 que viven en nuestra isla austral. Ubicado al noreste del Caribe, mucho más cerca de República Dominicana y Cuba que de Florida, es un Estado libre asociado a Estados Unidos. Esto, en términos generales, significa ciudadanía, moneda y defensa comunes con los estadounidenses: así, los llamados "boricuas" cuentan con los mismos derechos y hasta deben realizar el servicio militar. Eso sí, pueden elegir a su propio gobernador, pero como no son un Estado incorporado, no pueden votar en las presidenciales.

Al caminar por las adoquinadas calles del Viejo San Juan -declarado Patrimonio de la Humanidad por la Unesco-, entre sus coloridas fachadas coloniales uno perfectamente podría sentirse en Santo Domingo o en La Habana. Sin embargo, estamos es una isla caribeña que tiene un pasado mestizo, pero con un presente gringo. Se habla español e inglés, pero todos usan el spanglish, hasta en los letreros de los comercios. Junto a un moderno local de Walgreens, uno puede toparse con un restaurante de cocina criolla, que suele mezclar ingredientes de los primeros habitantes, los taínos, con toques españoles y africanos y donde las preparaciones fritas son protagonistas: alcapurrias, bacalaos fritos, chicharrones de pollo, mofongos (plátano, ajo y chicharrones), pasteles fritos y un largo etcétera llenan de olores las calles.

En esta isla tropical hallará kilómetros de playas de arenas blancas, montañas, valles y una gran cantidad de maravillas naturales. En la capital, San Juan, caminar lentamente por el adoquinado Paseo de la Princesa entrega unas vistas estupendas del mar Caribe. O recorrer el castillo San Felipe del Morro, imponente estructura de gruesos muros, para observar sus torres y cúpulas, los cañones en desuso, subir lentamente –o bajar– las escalinatas interminables y rampas no sólo es remontarse a un pasado brutal y lleno de conflictos, sino que, principalmente, es entender la historia de una ciudad que estando bajo el mando de los españoles, fue codiciada por holandeses, ingleses y estadounidenses. Un vistazo por su muelle permite comprobar el constante flujo de barcos y cruceros, ya que Puerto Rico es uno de los destinos más recurrentes de los cruceros que navegan por el Caribe. Por ello, es común ver grupos de turistas que se mueven apurados, llenos de bloqueador, para ver en pocas horas lo que un viajero debería visitar en al menos un par de días.

Hace un año la isla sufrió con dos gigantescos huracanes que azotaron a buena parte del territorio: Irma y María. Hoy, Puerto Rico se recupera y, de hecho, ha aumentado el número de visitantes en un 13 por ciento con respecto a antes de los tornados. La Fortaleza, la Destilería Bacardí, el mercado de Santurce, entre otros, fueron recuperados y están abiertos al público. La apertura del nuevo Dorado Beach (de Ritz Carlton) se suma a 133 opciones de alojamiento abiertas, cerca de 4.000 restaurantes y 16 casinos de juego. Acaban de iniciarse las operaciones de una nueva terminal de lanchas que une a la isla grande con las islas de Vieques y Culebra, donde -según varios rankings internacionales- están dos de las playas más lindas del mundo.

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