Diego Cortés Peña (Chañaral 2)
En Chañaral de Aceituno la fauna marina es rica y abundante. Foto: Diego Cortés Peña

Cinco destinos outdoor imperdibles en Chile

Hay algunas travesías icónicas en el país que no se pueden dejar de realizar. Por eso, en Ladera Sur elegimos cinco destinos de la guía Chile Outdoor de Chiletur Copec 2020, creada por nosotros, para que te animes a descubrir los rincones más impresionantes del país.


Circuito Ruta de las Misiones

La historia de los antiguos pueblos andinos de Arica y Parinacota se ve reflejada en sus más de 30 iglesias centenarias, las cuales constituyen uno de los hitos más significativos del paisaje cultural de la región. Localidades como Codpa, Belén, Putre y Visviri componen el recorrido en donde puedes encontrar servicios de comida y alojamiento.

Es recomendable comenzar el circuito desde Arica hacia Codpa y aclimatarse un día debido a la altitud. Cinco km al oeste, bordeando el río, puedes apreciar los viñedos más antiguos de Chile y petroglifos que te transportarán a otra época. Desde Codpa está la opción de recorrer pueblos como Esquiña y Pachica, insertos en la fotogénica quebrada de Camarones.

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Foto: Pablo Valenzuela Vaillant

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Al día siguiente, la próxima parada, ubicada a 3.240 metros, se llama Belén. Este pueblo nació en 1625 y es la única localidad del altiplano andino fundada por conquistadores españoles. El tercer día puedes visitar Socoroma, destacado por sus cultivos de orégano, para luego dirigirse a Putre y pasar la noche con vista al volcán Tarapacá. Ya en el cuarto día puedes subir hasta el Parque Nacional Lauca para disfrutar las vistas del lago más alto del mundo: el Chungará, con 4.517 metros de altitud, y darte un baño en las cálidas aguas de las Termas las Cuevas, antes de volver a Arica.

Ahora bien, si tu intención es combinar más naturaleza con la cultura, puedes extender tu camino hacia el Monumento Natural Salar de Surire, al cual se accede por la Ruta A-235.

Chañaral de Aceituno

Este rincón del Norte Chico de Chile, en la comuna de Freirina de la Región de Atacama, es frecuentado por miles de personas al año para hacer avistamiento de la increíble diversidad de fauna marina que poseen sus costas. Diferentes especies de ballenas, delfines nariz de botella, lobos de mar, pingüinos, entre otros, son la principal atracción de las cercanías de esta caleta de pescadores. La opción más cierta de ver ballenas es en los alrededores de la Isla Chañaral, perteneciente a la Reserva Nacional Pingüino de Humboldt, declarada como un hotspot de biodiversidad en la Tierra.

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Chañaral de Aceituno es reconocido por el turismo de avistamiento de ballenas. Foto: Diego Cortés Peña.

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En la temporada de octubre a mayo, más concretamente entre enero y febrero, cetáceos como la ballena azul, la jorobada, la minke y la fin atraviesan las costas del sector. Es posible tomar embarcaciones que rodean el perímetro de la Isla Chañaral y lograr tener una experiencia junto a estos gigantes del océano por aproximadamente dos horas. En temporada alta los viajes salen de forma diaria desde las caletas San Agustín y Los Corrales. ¡Pero ojo! No te achaques si la temporada estival se te pasó. Durante todo el año, Chañaral de Aceituno ofrece el contacto con la naturaleza, acompañado de la gastronomía marina típica de la zona.

Para llegar desde el sur, primero debes pasar por la ciudad de La Serena. Luego hay que dirigirse a la localidad de Punta de Choros, para finalmente tomar los últimos 25 km del recorrido hacia el norte que te dejarán en tu destino. Si vienes desde el norte del país, tendrás que llegar a la ciudad de Vallenar. Después, bajando por la Ruta 5 hay que pasar por la localidad de Domeyko. Desde allí toma la Ruta C-500 durante 80 km en dirección a la costa y llegarás a Chañaral de Aceituno.

Isla Robinson Crusoe

Ubicada en la Región de Valparaíso, 670 km al oeste del continente, la Isla Robinson Crusoe es la más grande del Archipiélago de Juan Fernández (JF). Aquí, en medio del océano Pacífico, se presenta un abanico de actividades para realizar sobre y bajo la isla.

La geografía accidentada de este pedazo de tierra destaca por sus montes cubiertos de bosque. Coexisten 215 especies de flora nativa, de las cuales 130 aproximadamente son endémicas de los ecosistemas insulares, como por ejemplo, el canelo de JF.

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Uno de los paisajes que ofrece la isla Robinson Crusoe. Foto: Mauricio Narea.

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Bajo el agua cálida, el paisaje multicolor es acompañado por el lobo marino de dos pelos, diversos cardúmenes de peces y la significativa langosta de Juan Fernández. Además de bucear con todas estas criaturas, puedes sumergirte en una de las tradiciones más antiguas de la isla y acompañar al isleño a levantar la jaula de estos crustáceos, principal sustento económico del archipiélago y actividad reconocida internacionalmente por ser un ejemplo de pesca sustentable.

Aquí las leyendas abundan. La conocida obra —que lleva el mismo nombre de la isla— del escritor inglés Daniel Defoe, tapizó de fantasías e historias de piratas este rincón de Chile.

Para un recorrido por la isla existen algunas travesías imperdibles. Desde el muelle del pueblo San Juan Bautista se llega a la entrada del Parque Nacional Archipiélago Juan Fernández, donde puedes subir el cerro Alto entre la frondosa vegetación. Hay distintas opciones de trekking, como el mirador La Virgen, al mirador Selkirk, o al cerro El Yunque, punto más alto de la isla, con 915 metros de altitud, entre otros. Además, estos parajes son aptos para la fotografía, el surf, el stand up paddle y cabalgatas.

Para llegar a la isla, las aerolíneas Lassa, Aerocardal y Aero Transportes Araucanía ofrecen servicios, así como el buque Aquiles de la Armada de Chile que zarpa desde Valparaíso.

Ciclovía Manzanar - Malalcahuello

A 700 km de Santiago, el 2011, sobre las antiguas líneas de trenes que unían las estaciones de ferrocarriles de Malalcahuello y Manzanar, fue creada una ciclovía que conecta dichas localidades. En un recorrido de 12 km por tramo, la posibilidad de maravillarse con las vistas hacia el volcán Lonquimay y el río Cautín es más que probable.

El camino empieza en Manzanar, un pequeño pueblo precordillerano de la comuna de Curacautín, conocido por sus termas y su pasado en el mundo de los trenes. Desde su interior se llega a la antigua estación ferroviaria El Manzanar, construcción declarada el 2008 como Monumento Nacional, tras 25 años de su último funcionamiento. Desde aquí se oficializa el comienzo de una ruta asfaltada y de baja dificultad, recomendada para toda la familia.

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La ciclovía Manzanar-Malalcahuello sigue antiguas líneas ferroviarias. Foto: Javiera Zerene.

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Durante el trayecto, algunos aires históricos surgen con la presencia de túneles creados hace años para el servicio ferroviario de la zona.

En ocasiones se debe cruzar la Ruta Internacional, por lo que es recomendable bajarse de la bicicleta y hacerlo de manera segura.

La pista continúa a una cierta distancia del río Cautín y se va internando gradualmente en territorios donde los colihues, coirones y ñirres dominan el paisaje obedeciendo al escorial volcánico que se originó por la erupción del volcán Lonquimay entre 1988 y 1990, teniendo como centro de esta formación el kilómetro 9,5.

El final de la ruta lo posee Malalcahuello, una villa de montaña ubicada a 950 m.s.n.m., al borde de la reserva nacional del mismo nombre. A orillas de la Ruta Internacional se encuentra su estación ferroviaria, que actualmente funciona como biblioteca pública. Esta construcción significa el término de la ciclovía y de un paseo por la Araucanía andina.

Dientes de Navarino

En la Región de Magallanes y la Antártica chilena, en la comuna de Cabo de Hornos, la Isla Navarino forma parte del archipiélago de Tierra del Fuego. Se encuentra al sur del Canal Beagle, en las remotas tierras del fin del mundo.

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La ruta en Dientes de Navarino da acceso a numerosas lagunas y bosques subantárticos. Foto: Álvaro Lever Villarroel.

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En este lugar se encuentra el trekking más austral del planeta, llamado Dientes de Navarino. Su nombre se debe al conjunto de montañas dentadas que acompaña a la ruta.

Es un circuito de 50 km, que se traducen en aproximadamente cinco días de caminata, entre grandes montañas, lagunas y bosques sub-antárticos. El 2005 el Cabo de Hornos fue declarado Reserva de la Biósfera, por lo que el circuito está enclavado en medio de una zona de gran diversidad biológica. Sin embargo, es oportuno señalar que el paisaje se ha visto alterado por la presencia de castores, que tras ser introducidos en la década de 1930 han construido diques, inundando y destruyendo bosques magallánicos que son el hogar de la flora y fauna autóctona. Todo este fenómeno puede ser presenciado en una ruta expuesta al frío y al viento, a lluvias y nevazones, pero que entrega una de las mejores experiencias para los amantes del deporte outdoor y la aventura.

Para acceder al lugar se debe llegar a Puerto Williams, la localidad más cercana. Hay tres formas de hacerlo: en avión o en barco desde la ciudad de Punta Arenas, o en lancha desde Ushuaia, Argentina.

Para tomar en cuenta

* Sé un turista responsable. No arrojes basura, si ves recógela y no enciendas fuego fuera de los lugares establecidos.

* Para más información puedes revisar la guía Chile Outdoor de Chiletur Copec 2020, creada por Ladera Sur. La encontrarás por $5.000 en todas las estaciones de servicio Copec adheridas del país.

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