Columna de sismología: El domo del Nevados de Chillán
El Nevados de Chillán es el volcán con mayor actividad en Chile hoy. La preocupación ha estado sobre su domo de lava, y qué pasará con el. En esta columna, en colaboración con el egresado de Geología de la Universidad de Concepción, Nicolás Luengo, nos dedicamos a ver cómo está él, junto a impresionantes imágenes.
El Nevados de Chillán es el complejo volcánico que más ha estado en la noticia en Chile estos últimos años. Hoy es el único volcán del país en alerta naranja, y está haciendo erupción hace ya casi 3 años. Este sistema, que está compuesto por más de 24 conos alineados, ha estado cambiando su forma, y todo este 2018 ha estado creando un domo de lava muy viscosa en su actual cráter activo. Como seguramente ya saben, el Nevados de Chillán ha sido el protagonista de diversas explosiones, que han llevado a la preocupación de muchos, sobre todo cuando han sido pulsos que generan nubes de ceniza de más de 1 km de altura. Y el centro de atención en esas erupciones siempre ha ido hacia el domo, con preguntas como: ¿se destruyó? ¿Cuanto de él sigue en pie? ¿Se sigue construyendo? ¿Se está acumulando más presión ahora que antes? Esta columna es sobre él, y les mostraremos imágenes de como está ahora, y como ha ido cambiando.
El domo del Nevados de Chillán se comenzó a formar cuando finalmente el magma llegó a la superficie. Este magma sostuvo alrededor de dos años de erupción, ya que le traspasó mucha energía al agua y los gases que estaban ya presentes en el cono activo. Las explosiones de este proceso eruptivo terminaron creando un nuevo cráter, que se llamó Nicanor. Cuando el magma finalmente llegó a la superficie, lo hizo a través de una fisura que se abrió en el cráter, que tenía la misma orientación que la línea que une a los conos del Nevados de Chillán. Como el magma es tan viscoso, y al parecer no tenía una enorme presión de gas dentro, generó pequeñas explosiones, y luego comenzó a acumularse mientras iba ascendiendo. Así, fue formando un domo de lava, que tiene una composición química similar a las lavas de las últimas erupciones. Mientras se seguía inyectando magma desde abajo este domo siguió creciendo, pero lo hizo lentamente.
Creció, hasta que varias explosiones comenzaron a destruir parte de él. Las que ocurrieron en Julio de este año (2018) fueron bastante importantes, y llevaron incluso a la formación de lo que se conoce como un flujo de bloques y cenizas ("Block-and-ash flow"). Esto es un tipo de flujo piroclástico, donde rocas de distintos tamaños y ceniza volcánica ruedan ladera abajo. En el caso del Nevados de Chillán, este flujo avanzó sólo algunos cientos de metros rumbo al Noreste, es decir, hacia zonas despobladas donde no afectó la vida de ninguna persona. Sobrevuelos posteriores mostraban cómo parte del domo parecía haberse destruído. Sin embargo, el nivel de detalle de esto no era fácil de obtener. Eso, hasta hace bastante poco.
En septiembre de este año Nicolás Luengo, egresado de Geología de la Universidad de Concepción, quien ha estado investigando el actual ciclo eruptivo (desde 2016), fue con su dron a capturar imágenes del domo. El también había ido a grabar el domo antes de toda la destrucción, lo que llevó a que armara un modelo en 3D de este, que pueden ver (e interactuar con el) aquí :
https://sketchfab.com/models/1719a60dbe6b4c7bbf9e7c17bd4205cc
Las imágenes del domo actualmente son estas:
En la primera parte del video se ven los depósitos del block-and-ash flow del colapso parcial del domo a mediados de Julio, en la forma de esa lengua negra. Es el testimonio de un evento eruptivo que, aunque no fue grande, si fue mayor a lo que se había visto en el Nevados de Chillán en esta fase eruptiva, generando este flujo piroclástico. Un flujo que, además, fue ayudado por el hecho de que el domo ya tenía un tamaño importante, y su borde estaba en el límite del cráter Nicanor. Así, cuando llegó la explosión, se generó este block-and-ash flow, y el domo colapsó parcialmente.
Volviendo al video, el domo mismo se lleva la atención. Ahora ya no tiene la forma de antes. Esta parcialmente destruído en su parte norte (por el evento de Julio) . Y si contrastamos con como estaba antes podemos ver que, en efecto, la destrucción del domo no ha sido tan grande. Además ha seguido creciendo, ya que el magma sigue llegando a la superficie rellenado los espacios destruidos por las explosiones, lo que hace que las imágenes de Septiembre no tengan las mismas características de las capturadas por el Sernageomin en Julio, posterior al colapso parcial.
Además, en las explosiones mayores que vinieron después (y que se han dado hasta ahora) el domo también se ha destruido muy levemente. Mientras tanto el magma (que es muy viscoso, como una pasta de dientes), no fluye, y se sigue acumulando, reconstruyendo el domo. El video termina mostrando varios episodios donde se libera mucho gas y material piroclástico (fragmentos de rocas del domo). Y es que en efecto hay mucho gas debajo del domo, en el magma, por lo que tienen que salir. El domo, además, no es impermeable, así que deja salir este gas, y tenemos los pulsos que se dan bastante seguido en el Nevados de Chillán. Lo que es más interesante aún, y seguramente será tema de investigación, es que los pulsos parecen salir a través de una fisura en el domo, que es perpendicular a la línea en dirección Noroeste, que es donde están todos los conos del Nevados de Chillán. Llama la atención porque varios estudios han sugerido que cerca de donde se generó el domo hay dos fallas bajo la superficie: una que va en dirección Noroeste, con todos los conos, y una que va en dirección Noreste, casi perpendicular a la mayor. ¿Estará la actividad del volcán ligada a lo hagan esas dos fallas? Habrá que estudiarlo. Por ahora lo relevante fuera de la academia es que de sigamos aprendiendo más como se va comportando este volcán. Y en ese sentido no podemos olvidar que, entre 1973 y 1986, la actividad del Nevados de Chillán fue bastante parecida a la que hay ahora, con muchas explosiones esporádicas de relativamente baja energía, y al parecer lo mismo se habría dado en la erupción de 1906-1945 . Esto terminó creando el volcán Arrau y Nuevo, correspondientemente, cráteres adyacentes al cráter Nicanor. Por eso es que varios expertos en el tema han planteado que seguramente el volcán seguirá como esta hasta ahora durante un tiempo: con explosiones esporádicas, donde algunas serán más fuertes que otras. Y esas que son más grandes, como lo hemos visto este año, llegan sin aviso, y pueden romper parte del domo. Mismo domo que se seguirá reconstruyendo, hasta que todo se enfríe y ya no haya más magma que alimente este proceso eruptivo y que quiera seguir subiendo.
Los volcanes son complejos, y no se comportan todos igual. Por eso mismo, tenemos que aprender a conocer bien su "personalidad". Es un camino para aprender a cómo lidiar con ellos de mejor manera.
Esta columna fue escrita en una colaboración entre nuestro escritor regular, el Doctor en Geofísica de la Universidad de Bonn, y profesor asistente de la Universidad Católica de Temuco, Cristian Farías, y el egresado de Geología de la Universidad de Concepción, Nicolás Luengo.
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