Yo: José Luis Calfucura

Quedé pegado con los cantos de los selknam a las ballenas. Hay un canto antiguo que está grabado y me lo estoy aprendiendo.

Al chef tailandés Wuttisak Wuttiamporn, porque trabaja harto con las plantas y sus decoraciones son bonitas.

En el restaurante Silvestre, del barrio Italia. Por calidad, precio y comida está buenísimo. No soy vegetariano, pero siempre pido allá hartos vegetales; me gusta el tratamiento que les hacen a las verduras. Como una berenjena horneada con queso azul.

En el ser supremo Ngenechén, Dios creador de todo; y en la trascendencia espiritual. Con la muerte de mi papá, sentí una transformación espiritual.

Muday con piña y maracuyá.

Instrumentos musicales. Me compré un cultrún, una pifilca y la trutruca. He ido metiéndome harto en la música y los rituales mapuche para llevarlos a mi restaurante.

La violencia contra los niños y ancianos en el conflicto mapuche. Eso no cabe en mi corazón.

Quiero ir a China. Me gusta la capacidad que tienen de elevar su cultura ancestral y entender a los antiguos como seres de conocimiento. Deberíamos aprender.

Me gustaba el boxeo. Como la cocina, puede sacar a cualquier persona de la pobreza y a través de la disciplina se puede crecer. En el boxeo, todos, ricos y pobres, tienen las mismas posibilidades de ganar.