Las opciones de "revivir" a Sudan
Un proyecto del Centro de Conservación Ol Pejeta, en Kenia, podría ser la última esperanza de la especie, de la que sólo quedan dos hembras del rinoceronte blanco del norte.
Con la muerte de Sudan, el último rinoceronte blanco del norte, los machos de esta subespecie quedaron extintos. Pero un proyecto del Centro de Conservación Ol Pejeta, en Kenia, podría ser la última esperanza de la especie, de la que sólo quedan dos hembras.
El santuario trabaja en un proyecto para evitar su extinción, que aún cuenta con dos hembras vivas: Najín, su hija, y Fatu, su nieta.
Con la muerte de Sudan, los esfuerzos se concentrarán en la fertilización in vitro de nuevos ejemplares a partir de esperma y óvulos almacenados de otros rinocerontes muertos. Si bien las hembras de la subespecie no son fértiles, el objetivo es implantar un embrión en un rinoceronte blanco del sur hembra.
"Si se tiene el número adecuado de óvulos y esperma, se podría rescatar la especie. Si bien estamos hablando de una subespecie ecológicamente extinta -que ya no vive en su medio natural- puede que aún se tenga el material genético suficiente almacenado en laboratorio para ser fertilizado en otras subespecies", dice Gonzalo Medina, doctor en ecología de vida silvestre.
Pero Exequiel Hidalgo, director de conservación de BuinZoo, dice que todo dependerá de la tecnología y técnicas de fertilización, las que no están completamente validadas.
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