Las promesas no cumplidas de la ciencia
En 2011, el camino futuro parecía sembrado de esperanza. Los anuncios de avances en el desarrollo de vacunas y tratamientos auguraban que antes de 2020 se alcanzaría el anhelado control de la hipertensión, el alzhéimer y hasta la obesidad. Hoy, muy pocas de aquellas promesas se han hecho realidad.
Lenta batalla contra el alzhéimer
Una vacuna contra el alzhéimer, que estimularía el sistema inmune para atacar la formación de placas de beta-amiloides en el cerebro (claves en el desarrollo de la enfermedad), fue la promesa de Araclon Biotech en 2011, al anunciar las pruebas fase I con pacientes. Junto con un test de diagnóstico precoz, la vacuna -decían- estaría en el mercado a más tardar en 2017. Pero la historia dijo otra cosa: en 2012, al borde de tener que despedir a sus 22 empleados, Araclon fue comprada por la biofarmacéutica Grifols y pudo seguir activa. En 2016, los resultados de la primera fase mostraron que en el 87% de los pacientes inoculados con la vacuna se había producido una respuesta inmunológica. En junio de 2017, Araclon anunció el inicio de los ensayos fase II, con 120 pacientes en Europa, que culminarán entre 2019 y 2020. Para entonces, aún faltarán dos fases de pruebas antes de, potencialmente, salir al mercado. El test, en tanto, está disponible desde 2017 para investigación sobre alzhéimer. Consultados sobre el retraso de sus productos, desde Araclon señalaron que no conceden entrevistas.
El abandono de la vacuna contra la hipertensión
Desde 2005 que la suiza Cytos Biotechnology buscaba crear una vacuna contra la hipertensión, estimulando la respuesta inmunológica contra la angiotensina II, sustancia relacionada con el aumento de la presión arterial. Hacia 2009, las pruebas fase I con pacientes mostraban buenos resultados, pero en agosto de 2011 los ensayos fase II fueron suspendidos debido a reacciones adversas. En 2015 Cytos se fusionó con Kyros Biosurgery para crear Kyros Biosciences, sin mención alguna al producto.
El doctor Jorge Jalil, profesor titular y miembro del Departamento de Enfermedades Cardiovasculares de la UC, explica que la búsqueda de vacunas que induzcan la producción de anticuerpos contra la angiotensina (I o II) tiene una historia larga: "A la fecha, sin embargo, podemos ver que en cinco estudios clínicos fases I y II, dos de ellos con pacientes hipertensos, los anticuerpos sí han aumentado, pero sólo en uno la presión arterial ha disminuido". Y aún si se avanzara, agrega, quedan problemas que resolver, como la efectividad a corto y largo plazo.
Influenza: lejos de una inmunización universal
La lógica de funcionamiento es impecable: en vez de atacar las capas superiores del virus de la influenza -que son las que mutan haciendo emerger nuevas cepas-, la vacuna universal atacaría las capas interiores del virus, que permanecen inmutables en todas las cepas. Este es el trabajo que lidera Sarah Gilbert, académica de la Universidad de Oxford, y cofundadora de Vaccitech, empresa que trabaja en el producto cuyos primeros positivos resultados se conocieron en 2011. Desde entonces, los desafíos han sido principalmente financieros. Para llegar a la fase II-b de las pruebas clínicas, en curso desde 2017 con más de 2 mil personas, tuvieron que reunir casi US$ 30 millones y los resultados estarán hacia fines de 2019. Recién con esos resultados, señala Sarah Gilbert a Tendencias, podrán buscar más fondos para avanzar a fase III. Tanto ella como otros grupos en busca de una mejor inmunización contra la influenza coinciden: "Estamos a años de distancia".
La vacuna contra el cáncer de mamas está lejos
Financieros también han sido los obstáculos del doctor Vincent Tuohy, de la Clínica Cleveland, en Estados Unidos, para avanzar en el desarrollo de una vacuna que trate y prevenga el cáncer de mamas, al atacar la proteína a-lactalbumin producida por las mujeres con este tumor, y también durante el embarazo y la lactancia. Tuohy descubrió que al atacar la proteína, se ataca al cáncer. Esperaba realizar los ensayos fase I entre 2011 y 2016. Sin embargo, recién en 2017 recibió US$ 6 millones de apoyo del Departamento de Defensa de EE.UU. y hacia mediados de 2019 podrán comenzar las primeras pruebas. Desde entonces, podría tomar más de 10 años desarrollar el producto.
¿Y la obesidad?
Atacar la obesidad acelerando el metabolismo a través de una vacuna que estimule la producción de hormona del crecimiento era la meta del doctor Keith Haffer, presidente del laboratorio Braasch Biotech en EE.UU. Las pruebas en ratones a principios de la década mostraron 100% de resultados. Sin embargo, a la fecha, sólo tienen programado hacer estudios con perros con obesidad desde 2019. De potenciales pruebas con humanos, no hay noticias aún. Los principales obstáculos han sido financieros. Haffer señala a Tendencias que "se requieren cientos de millones de dólares llevar un producto para consumo humano al mercado y, para lograrlo, una compañía pequeña como la nuestra debiese aliarse con una gran farmacéutica o contar con inversionistas". Pero agrega que las grandes compañías son reticentes a respaldar una vacuna contra la obesidad: "Se sienten más cómodos usando combinaciones de fármacos en uso o buscando nuevas moléculas".
Sin vacuna contra el tabaquismo
La idea parecía la óptima: atacar el tabaquismo en su punto estratégico, la nicotina. Estimular el sistema inmunológico a través de una vacuna, para que produjera anticuerpos que se pegaran a la molécula de nicotina, impidiendo que esta llegase al cerebro. La empresa que la desarrollaba, Nabi Biopharmaceuticals, había tenido incipientes buenos resultados en fase I y II, pero los estudios en fase III mostraron que no había grandes diferencias con o sin vacuna. Nabi desistió. En 2012 fue adquirida por Biota Pharmaceuticals, la que en 2016 cambió de nombre a Aviragen Therapeutics, para luego fusionarse y ser absorbida por Vaxart, que se enfoca en ensayos clínicos de vacunas orales para enfermedades infecciosas con pocos tratamientos.
Canadá y la esperanza contra el ébola
La doctora Jean Patterson, del Texas Biomedical Research Institute en San Antonio, Estados Unidos, esperaba en 2011 que alguna de las vacunas contra el ébola en cuyo desarrollo estaba colaborando viese la luz para 2016 y que una inmunización capaz de destruir todas las cepas del virus podía ser esperable para 2050. Sin embargo, a la fecha Estados Unidos no ha logrado una vacuna: "Como la mayoría de los brotes ocurren sin aviso, es difícil obtener una vacuna procesada y disponible cuando los investigadores no saben cuándo y dónde ocurrirá la próxima aparición del ébola", señala Patterson a Tendencias. "Hoy existe una vacuna contra el ébola, VSV-EBOV, que se está utilizando ahora en el brote en África Central. Si resulta ser eficaz, como lo fue anteriormente en el brote de África Occidental, podría ser aprobada pronto por la FDA". Dicha vacuna fue desarrollada por el Laboratorio de Microbiología de la Agencia Nacional de Salud de Canadá.
Vacuna contra más cepas del VPH: una promesa que sí se cumplió
De las promesas más importantes de principios de la década, la que sí se cumplió fue la hecha por el laboratorio Merck, que estaba en 2011 en fase III de ensayos de una vacuna contra nueve cepas del Virus Papiloma Humano (VPH), la que vendría a aumentar a 87% la protección contra el virus. Los resultados fueron los esperados y el registro de la vacuna en el ISP Chile de noviembre de 2015 marcó el inicio del uso de la nueva inmunización, que forma parte del Plan de Vacunación del Ministerio de Salud.
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