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Maureen Berho: Brechas y videojuegos

En medio del ambiente de empoderamiento femenino, la abogada Paula Vial puso la idea en Twitter: que algún medio dedicara toda su edición sólo a columnas de mujeres. En Tendencias lo hicimos y 43 mujeres escribieron para esta edición especial.


Según la Encuesta Anual de Resultados de la Asociación Gremial de Desarrolladores de Videojuegos de Chile (VG Chile), aplicada a 39 de las 43 empresas de esta agrupación, a diciembre del 2017 existían 299 profesionales trabajando en desarrollo de videojuegos en Chile. Este estudio dio cuenta de una profunda brecha de género en el sector: sólo contaba con un 16,1% de profesionales mujeres.

Hay consenso respecto de que esta brecha es un problema. Desde un punto de vista ético, parece injusto que las mujeres tengan menores probabilidades de participar en la industria de los videojuegos, uno de los ámbitos creativos de mayor crecimiento y dinamismo a nivel global. Desde una perspectiva económica, al no desempeñarse en áreas vinculadas a la tecnología, las ciencias, los negocios y otras tradicionalmente masculinas, las mujeres quedan mayoritariamente relegadas a ocupaciones más precarias (trabajo reproductivo, cuidado de enfermos, educación, etc.). Según la evidencia internacional, esto no sólo impacta directamente las trayectorias personales, sino también los resultados económicos de las empresas; incluso, el crecimiento y desarrollo económico de los países.

Las causas de esta brecha de género suelen ser objeto de discusión. En mi opinión, en gran medida éstas trascienden las decisiones y preferencias individuales. El gremio de los desarrolladores de videojuegos en Chile es sumamente abierto e inclusivo: está conformado mayoritariamente por emprendedores y profesionales jóvenes que no discriminan por género. Junto con esto, desde instituciones públicas y privadas han surgido iniciativas que apuntan a generar una mayor inclusión de mujeres en el sector, con apoyo a las que se abren camino en este rubro.

Posiblemente, las causas de la brecha se relacionan con las barreras estructurales que las mujeres enfrentan y que las llevan a decidir que las carreras asociadas al desarrollo de videojuegos no son opciones posibles, viables ni interesantes para ellas. Esto tiene que ver con roles y expectativas de género muy afianzadas en nuestra cultura, así como con desventajas económicas vinculadas al género, que muchas veces empujan a las mujeres hacia otros caminos. Afortunadamente, los datos presentados año a año por VG Chile sugieren una tendencia positiva, hacia una creciente inclusión de mujeres. Además, iniciativas como la naciente Asociación de Mujeres en la Industria de los Videojuegos han logrado abrir el debate. Si los esfuerzos se dirigen a un cambio cultural desde temprano, sobre todo en el sistema educativo y el medio familiar, será posible que más niñas y jóvenes se decidan por este rubro para su desarrollo profesional y personal.

*Gerenta general y productora en Niebla Games

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