“Mi cuerpo la abusó, pero mi mente no”: la defensa de los 50 hombres acusados de violar a Gisèle Pelicot
Los hombres que fueron acusados de abusar sexualmente de Gisèle Pelicot durante más de una década tienen perfiles “normales”: son padres, abuelos, esposos y profesionales. Esto es lo que dijeron para intentar ser declarados inocentes.
50 hombres —de los 80 que violaron a Gisèle Pelicot— están enfrentando la justicia. Solo ellos pudieron ser identificados por la policía francesa a partir de los videos que guardaba en su computador Dominique Pelicot, el esposo de la víctima, quien la drogaba para facilitar los abusos.
La francesa de 72 años prefirió hacer público su juicio para que “la vergüenza cambie de bando” y así no solo exponer a todos los que la abusaron mientras estaba inconsciente, sino también visibilizar la sumisión química y que los abusos también suceden dentro de casa.
Además, quiso concientizar de que los victimarios no necesariamente tienen que parecer “monstruos”, sino que son personas comunes y corrientes.
Y es que quienes la violaron por más de diez años son padres, abuelos, casados, solteros, profesionales, jóvenes, mayores y un sinfín de perfiles “normales”.
Quiénes son los 50 hombres que abusaron de Gisèle Pelicot
La próxima semana serán sentenciados los 50 hombres que participaron en las violaciones a Gisele Pelicot, y también Dominique Pelicot, quien no solo fue parte de los actos, sino que drogó a su esposa sin su consentimiento para permitir que decenas de hombres entraran a su casa familiar a vulnerarla.
Entre ellos, hay jóvenes, viejos, negros, blancos, bomberos, soldados, guardias de seguridad, periodistas y un DJ, según informó BBC Mundo.
La mayoría vivía en pueblos cercanos a la casa de la familia Pelicot, en el pueblo de Mazan. La entonces pareja se mudó al lugar para jubilarse y disfrutar de su vejez.
Y además, gran parte de ellos ha intentado justificarse por cualquier vía en el juicio. El abogado de tres de ellos, Antoine Minier, dijo que “la gente común hace cosas extraordinarias” y que “casi todo el mundo podría ser susceptible de cometer un crimen grave”.
“Mi cuerpo la violó, pero mi cerebro no”, se defendió uno de los violadores, el bombero identificado como Christian L.
Frases como la anterior son las que llevaron a Gisele Pelicot a decir, en su última declaración en las audiencias, que “con todo lo que he escuchado en esta sala, este es el juicio de la cobardía. No hay otra forma de describirlo”.
Las sentencias que pidió la fiscalía dependen de los “agravantes” de cada hombre: cuántas veces fueron a la casa de los Pelicot, si la penetraron y si la tocaron sexualmente.
Por ejemplo, un abuelo y entrenador deportivo, Joseph C., arriesga cuatro años de prisión, la pena más leve que solicitaron las autoridades.
Por otra parte está Romain V., de 63 años, que de ser hallado culpable enfrentará 18 años de cárcel. Esto, porque sabía que tenía VIH (una enfermedad de transmisión sexual), y aún así decidió violar a la francesa sin protección.
La defensa de los abusadores de Gisele Pelicot
Aunque hay pruebas contundentes contra cada uno de los hombres acusados, sus abogados todavía intentan reducirles la pena e, incluso, lograr que sean declarados inocentes.
Según explicaron desde BBC Mundo, la ley francesa toma como violación a cualquier acto sexual cometido mediante “violencia, coacción, amenaza o sorpresa”.
Pero no dice algo sobre el consentimiento.
Es esto último lo que varios de los hombres y sus defensas han utilizado para intentar despojarse de la culpa. Dicen que “no sabían” que Gisele Pelicot estaba inconsciente mientras tenían relaciones sexuales con ella.
“No puede haber delito sin la intención de cometerlo”, dijo uno de los abogados.
Uno de los hombres acusados, un plomero de 54 años identificado como Ahmed T., dijo en su defensa que si quisiera haber violado a alguien, “no habría elegido a una mujer de 70 años”.
Otro de ellos, Redouane A. de 40 años, dijo que si hubiese querido violar a la mujer, “no habría permitido que el esposo de ella grabara los videos”.
Otra justificación recurrente es que fueron “intimidados” por el esposo, Dominique Pelicot, quien era “un personaje abominable” y “el monstruo de Mazan”.
Un enfermero, Redouan E., lloró en el tribunal asegurando que le tenía miedo a Pelicot y que “quizás no puede verse en los videos, pero estaba realmente aterrado”, Fue por ello que no habría salido de la habitación.
Otra de las justificaciones es que habrían sido abusados en su infancia y que, a raíz de ello, no se dieron cuenta de lo que estaban haciendo.
También quisieron excusarse, diciendo que el esposo de Gisele los drogó y que no recuerdan ninguno de los encuentros. Sin embargo, Dominique Pelicot aseguró que esto es falso.
“Los pusieron en una situación en la que los estafaron. Les tomaron el pelo”le dijo a la BBC Christophe Bruschi, abogado de uno de los acusados.
Sin embargo, el esposo de la víctima (que se declaró culpable) aseguró que “todos lo sabían, no pueden negarlo” y que desde un inicio, les dijo que su esposa no estaba al tanto de lo que sucedía en los encuentros que organizaba.
De hecho, les entregaba instrucciones para no despertarla, como no utilizar perfume, calentarse las manos antes de tocarla, y no fumar.
Qué dicen las familias de los abusadores de Gisele Pelicot
Esposas, parejas y familiares de los acusados tuvieron que declarar en el juicio. La idea de los fiscales era que pudieran describir cómo era su comportamiento en casa y un ambiente “normal”.
La mayoría de los testigos dijeron estar sorprendidos y en shock, pues nunca hubieran esperado que sus cercanos fueran capaces del atroz crimen del que se les acusa.
“Quedé en shock, no suena a algo que él haría en absoluto. Era la alegría de mi vida”, dijo un padre anciano de uno de los abusadores.
Una mujer subió al estrado llorando y dijo que no entendía por qué su esposo violó a la francesa al menos en seis ocasiones: ”Teníamos relaciones sexuales a diario, no entiendo por qué tuvo que irse a buscar a otra parte”.
Algo en común que tienen gran parte de las parejas de los acusados es que creen en su inocencia y están dispuestas a perdonarlos: “Cuando me dijeron de qué se le acusaba dije: ‘Nunca, eso es imposible... No entiendo en absoluto lo que está haciendo aquí’”, dijo una de ellas.
“Siempre estaré a su lado, pase lo que pase”.
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