Poco respeto, empatía y ética: las alarmas de que tu relación de pareja cayó en la tríada oscura
Tanto en parejas recientes como en las que van más tiempo juntas, existen comportamientos que son señales de alarma para salir de esa relación negativa, por más que duela.
Nadie dijo que el amor y las relaciones de pareja son algo fácil. Mantener una relación sana conlleva mucho trabajo, de parte de las dos personas involucradas. Sin embargo, según el psiquiatra y sexólogo Walter Ghedin, cada vez más personas se dan cuenta que su pareja las engaña, manipula, no cumple promesas y, finalmente, abandona sorpresivamente.
Y esto, según el experto, no sucede solamente en las parejas recientes, sino también en relaciones más duraderas.
Así, se ha denominado la tríada oscura, a tres rasgos de comportamiento carentes de respeto, ética y empatía presentes en relaciones interpersonales y sexoafectivas.
Los tres comportamientos que alertan que tu relación está en mal camino
Según la tríada oscura, estos tres comportamientos son las señales de alarma de que tu relación no está yendo de la mejor manera:
- Maquiavelismo: existe manipulación, la intención de enredar al otro con el engaño y hacerle creer que es el culpable de la situación. Las personas con estos rasgos suelen hacerse las “difíciles”, y desafían a la otra persona a conquistarla.
- Narcisismo: la persona exagera sus propias capacidades, como la belleza, inteligencia y poder. Suelen carecer de empatía y ejercen su poder con sutileza, hasta conseguir lo que desean.
- Psicopatía: violan los derechos de los demás, sin sentir culpa ni remordimientos. Este rasgo suele ser posesivo, intentar someter a la otra persona, incluso ejerciendo violencia física y emocional.
“Cuando aparece la tríada oscura, la relación se vuelve desigual”, aseguró el psiquiatra.
En ese punto, explicó que la víctima tiene el poder de decidir, sin dar explicaciones, y puede preguntarse, “¿sirve seguir insistiendo en una respuesta, que quizás sea otra mentira para salir airoso del asunto?”.
El experto aseguró que “el narcisista ya está saciado de amor, necesita otras recompensas; el maquiavélico seguirá manipulando a la distancia (yo te sigo queriendo, pero no puedo estar contigo) y el psicópata dejará su huella en la víctima: culpas, autorreproches, estima destruida, moretones en el cuerpo y en alma”.
Ese sería el momento de dejar de insistir en respuestas o en que la persona vuelva. En su lugar, la víctima debe salir y buscar ayuda, “aprender a estar solos hasta nuevas oportunidades más promisorias y verdaderas, conductas más saludables. Aunque duela, es mejor así”.
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