Primer niño probeta chileno: "Para mí no es más que una anécdota"
Hace 33 años, Aliro Franco nació como resultado de la primera fertilización in vitro exitosa que se realizó en el país. En 2010 contó su historia a Tendencias. Hoy, desde China, donde vive con su familia, Aliro Franco da más detalles de ese polémico período. "La gente lo relacionaba con prácticas satánicas", dice.
"Vivo hace dos años en Shanghái y acá soy un completo NN", dice Aliro Franco (33) al teléfono. No es que en Chile fuera un rockstar, pero hace tres décadas su nacimiento fue noticia y provocó ruido: Aliro nació producto de la primera fertilización in vitro exitosa realizada en Chile y en Latinoamérica en los años 80.
La historia parte así. Luego de pasar por distintos médicos tratando de quedar embarazada, a Patricia Garrido, su madre, le ofrecieron ser parte de un programa experimental de fertilización in vitro, técnica que un equipo médico aprendió en Estados Unidos unos años antes. Patricia pasó por cuatro tratamientos in vitro hasta que el examen de embarazo arrojó positivo, en mayo de 1984. Casi 20 personas, entre doctores y familiares, estuvieron en la primera ecografía que confirmó el éxito. El 25 de enero de 1985, pasadas las cuatro de la tarde, finalmente nació Aliro, el primer niño probeta chileno.
Su nacimiento fue un acontecimiento médico, pero también social, religioso y hasta militar en un país que miraba con desconcierto y sospecha lo que ocurría. "Mi mamá cuenta que en el ambiente se hablaba de clonación y en general la gente lo relacionaba con prácticas satánicas raras. Mis papás tienen registro del debate que se generó en sectores más conservadores, como la Iglesia, y del cura Hasbún echando pestes". De hecho, en las primeras entrevistas sus papás aparecieron con las caras tapadas y los nombres cambiados. "Fue muy raro, tomando en cuenta que este proyecto fue impulsado por la dictadura, por Pinochet y su señora. Yo nací en el Hospital Militar".
-¿Cómo fue tu infancia?
-Esto no fue tema. Mis papás siempre fueron muy transparentes y desde que tengo uso de razón me lo fueron explicando de una manera que yo lo entendiera. A mis papás los entrevistaban y a mí me invitaban a programas de televisión desde muy chico, entonces todo el mundo sabía. Sí me acuerdo que mucha gente me preguntaba de qué porte era el tubo de ensayo cuando tenía nueve meses, entonces tenía que empezar a explicar "mira, no fue así...". Pero siempre fue algo natural y parte de mi historia.
-Con el paso del tiempo, ¿cómo ves la polémica que se generó?
-Es lo mismo que fue pasando en Chile con otros temas valóricos: el divorcio, las parejas homosexuales y el AUC, y ahora con el feminismo… Fue otra más de las discusiones valóricas y morales, y que van cambiando según la época. Ahora vemos que la fertilización asistida es algo muy común.
-¿Cuentas de esto en China?
-En general, acá se tiene la visión de que Latinoamérica es muy religiosa, lo cual es cierto, entonces les llama la atención: "Wow, qué raro que hayas nacido así con ese contexto en tu país, en una dictadura y en un país de mayoría católica".
Sigue Aliro: "Cuando conozco a alguien y te pide que cuentes algo de ti, digo que soy el primer chileno in vitro. La respuesta es 'oooh'. Pero aparte de eso no tiene ninguna trascendencia. Sí la tuvo para mis padres y el equipo médico. Para mí no es más que una anécdota".
Aliro se trasladó con su familia a China por el trabajo de Andrea, su mujer. Tiene dos hijos, de 11 y dos años. Cuando nació el mayor, el doctor Alberto Costoya, del equipo médico que consiguió la fertilización in vitro, asistió al parto para ver a su paciente regalón convertirse en papá. "Fue lindo eso. A Costoya y a algunos de ellos los veo una vez al año o cada dos años".
Aliro es abogado, pero trabaja como consultor inmobiliario. Dice que Shanghái es una ciudad cosmopolita y que hay muchos chilenos, que se juntan seguido y formó una banda con la que tocan covers de Los Prisioneros y Los Tres. Su idea es presentarse en la celebración de Fiestas Patrias del próximo año.
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