¿Qué le pasó a Alfonso Rivas? Las sospechosas pistas del joven que apareció muerto en un río de Valdivia
Lo último que se sabe de Alfonso Rivas es que llamó al 133 de Carabineros, a bordo de un vehículo con dos hombres sospechosos, pero no emitió ningún sonido. Días después, se encontró su cuerpo flotando en el río Calle Calle, de Valdivia.
A las 8:30 de la mañana del lunes 26 de septiembre de 2022, Sonia Villarroel recibió la llamada que ninguna madre está preparada para recibir: las autoridades habían encontrado a un joven muerto en el río Calle Calle de Valdivia, que podría tratarse de su hijo desaparecido desde hace 15 días.
Las características coincidían e incluso hallaron su billetera en el pantalón, no obstante, no quisieron decirle con seguridad que era él hasta que lo reconociera. Desde su fundo en Los Lagos, a una hora de Valdivia, la mujer subió a su auto junto a sus hijas mayores rumbo al Servicio Médico Legal.
Pero a 39 minutos de llegar a su destino, su celular volvió a sonar: el cuerpo que encontraron era, efectivamente, Alfonso Rivas Villarroel, su hijo de 18 años que desapareció misteriosamente y que lo encontraron después de más de dos semanas, flotando en el río y con un moretón morado en el ojo.
Los momentos previos a la desaparición de Alfonso Rivas
Según el reportaje de Bio Bio Chile, Alfonso era carismático, sociable y “bien querendón”. Su madre y seis hermanos estaban esparcidos por la Región de Los Ríos, por lo que solía saltar de casa en casa, ganándose el apodo de “gitano”.
Pero decidió establecerse en Valdivia, cerca del fundo de su mamá, para estudiar medicina en la Universidad Austral (UACh). Finalmente, ingresó el año 2022 a la carrera de tecnología médica, para así dar un primer paso en el área de salud, que era su sueño de vida.
Todos los cambios son difíciles y adaptarse es un desafío. Para Alfonso, fue complicado pasar de una infancia rodeada de campo y zonas rurales, a una ciudad con más 150.000 habitantes y comenzar con las responsabilidades de la vida adulta, como buscar dónde vivir, organizar su alimentación, todo mientras sacaba adelante sus estudios.
Al comenzar su primer semestre, su salud mental comenzó a decaer, por lo que la psicóloga de la UACh lo derivó al Hospital Base de Valdivia, donde le recetaron un tratamiento de ocho sesiones y unos antidepresivos para poder dormir. Tuvo un intento de suicidio y su rendimiento académico no marchaba bien.
Ya en agosto, su vida dio un giro inesperado: dejó la casona que consiguió para vivir y se fue con su madrina y primo en la avenida Pedro Aguirre Cerda. Además, gracias a sus compañeros de universidad, consiguió un trabajo de copero en Bimba, un club nocturno LGBTIQ+ que está a dos cuadras del río Calle Calle.
Alfonso estaba cubriendo un reemplazo —por el que le pagaban $19.000 diarios— y, aunque no tenía turno el 11 de septiembre de 2022, lo llamaron para que cubriera a otra joven que no asistió a trabajar. Él aceptó y se quedó hasta las 04:45 de la mañana.
Según captaron las últimas cámaras de seguridad que lo vieron, caminó solo por las calles de Valdivia hasta llegar a un McDonald’s, donde pidió una promoción por $5.750. A las 5:01, lo llamó su amigo David, quien había perdido su licencia de conducir en el local y quería saber si seguía ahí para buscarla.
La investigación —que sigue en curso— rescató que, después de comer, Alfonso pidió un Uber y lo canceló. Chateó por unos minutos por Grindr, una aplicación conocida para citas homosexuales y venta de drogas, y se subió a un vehículo con dos (o tres) hombres.
Al interior del auto, Alfonso llamó al 133 de Carabineros, quienes contestaron y, por ocho segundos, no se escuchó ningún sonido de parte del joven, quien después cortó la llamada.
Ese fue el último indicio de vida de Alfonso Rivas.
“Cuando vi las fotos, para mí no era mi hijo”
La familia de Alfonso Rivas declaró que se siente vulnerada. Al llegar al Servicio Médico Legal, no las dejaron reconocer el cuerpo por el estado en el que estaba y que era mejor “que se quedaran con el recuerdo de él vivo”.
Pero su madre, Sonia, insistió para poder despedirse y, lo más importante, corroborar con sus propios ojos que se trataba de su hijo. Solo la dejaron mirar medio rostro y, después, les entregaron la urna sellada.
En entrevista con Bio Bio, la mujer declaró que tenía dudas.
—Yo sí dudo. Porque cuando vi las fotos para mí no era mi hijo. Yo no lo reconocía. Mi hija me dice “mamá, sí es Alfoncito”.
No obstante, lograron establecer su identidad por medio de un examen de ADN comparativo y les enviaron 16 fotografías de Alfonso, en el estado en que lo encontraron, lo que molestó a la familia.
Pero el disgusto también se dio con la madrina de Alfonso, quien le avisó a su madre cuatro días después de su desaparición (el 15 de septiembre) que no había llegado a casa. De hecho, ella no contactó a la familia, sino el primo.
A lo anterior, se suma que las cámaras municipales no estaban grabando, por lo que no se pudo obtener más imágenes para esclarecer la situación, y Carabineros presumía que Alfonso se había suicidado, después de haber hablado con amistades que aseguraban que el joven tenía ideaciones suicidas.
—Se cometieron muchas irregularidades dentro de todo. Como familia sentimos que nos pasaron a llevar. No respetaron nuestras decisiones. Bueno, desde el principio nosotros andábamos dando bote en Valdivia y caminando a la buena de Dios porque no teníamos apoyo de nadie, de nadie —denunció Nora Cárcamo, la hermana de Alfonso.
¿Quiénes son los dos hombres que recogieron a Alfonso Rivas?
La autopsia concluyó que Alfonso Rivas falleció por asfixia por inmersión. No obstante, no pudieron descartar ni asegurar que el moretón visible en su ojo izquierdo fue hecho por terceras personas.
Al intentar revisar su celular, la Brigada Investigadora del Cibercrimen no pudo ingresar. No descifraron la clave.
En febrero de este año, la familia de Alfonso tuvo una reunión con fiscalía, donde relevaron que en octubre de 2022, encontraron el auto al que el joven subió en sus últimas horas y que los dueños del vehículo fueron citados a declarar.
Los dos hombres —uno estuvo en la cárcel por siete años y el otro fue acusado de pegarle a su pareja— confesaron que sí recogieron a Alfonso esa madrugada, pero que lo dejaron en el puente Elvira de Valdivia y no volvieron a saber de él.
Sin embargo, ambos utilizaban Grindr y hablaron esa noche con Alfonso. A pesar de ello, ninguna persona figura como imputado del caso y el vehículo no ha sido periciado.
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