Suicidios en Corea del Sur: el lado oscuro del mundo competitivo del K-Pop
La reciente muerte del artista surcoreano, Moonbin, volvió a poner el foco en la discusión de los inalcanzables estándares de perfección que se espera que todas las celebridades cumplan, a toda costa.
Aunque no se ha confirmado todavía, la policía coreana aseguró que es una posibilidad que la causa de la reciente muerte de Moonbin, ídolo de K-Pop, haya sido el suicidio. El luto de sus fanáticos continúa, pero también pusieron nuevamente sobre la mesa un problema latente entre las celebridades de Corea del Sur.
Y es que detrás de las impecables coreografías, voces y actuaciones, existe una gran presión, una competencia, exigencia y disciplina de tal magnitud que resulta en el rápido deterioro de la salud mental de los artistas y celebridades en el país asiático.
A este caso, le sigue una serie de suicidios de jóvenes de la industria del entretenimiento, como la actriz Jung Chae-yull de 26 años, Yoo Joo-eun de 27, Sulli de 25 y Goo Hara de 28. Joo-eun se quitó la vida porque sufría acoso en la red y, después, también lo hizo su mejor amiga, Goo Hara, quien sufría de depresión por ciberacoso y no soportó la muerte de su compañera.
El mejor intento por llegar a la perfección
Corea del Sur es conocida por su cultura ultra competitiva en todos los ámbitos, pero también por tener una de las tasas de suicido juvenil más altas del mundo. Desde niños, muchos sueñan con ser actores o actrices, modelos y cantantes, por lo que ya, de jóvenes, suele ser una aspiración profesional bastante común.
Entonces, para sobresalir, gana la o el que logra ser perfecto. Esto implica un agotador entrenamiento, perder amigos y alejarse de la familia por muchos años. Así le pasó a Moonbin, quien debutó a los 11 años como actor en Boys over flowers, pero que para lograr ser miembro de ASTRO tuvo que “entrenar” ocho años completos.
Y es que los castings y rondas de selección tienen miles de aplicantes, pero solo unos cuantos de ellos logran pisar un escenario o set, a costa de los “contratos de esclavos” (que antes se practicaba en mayor medida), que básicamente son acuerdos de exclusividad, que tenían una larga duración y donde los jóvenes casi no tenían control sobre sus propios horarios y finanzas.
Y aunque esto se ha mejorado, a medida que muchas estrellas han luchado legalmente por salirse de ellos, pareciera ser que en la práctica, sin la necesidad de tener un papel, se sigue haciendo.
Los grupos de fanáticos: un arma de doble filo
Las redes sociales están repletas de fanáticos de todo el mundo del K-Pop y de actores coreanos, una admiración que muchos llegan a catalogar como “obsesiva”: “Prestan atención a cada movimiento, comentan sobre sus peinados. Es una locura cómo observan con lupa a estos tipos”, dice Rob Schwartz, corresponsal en Asia de la revista Billboard a la BBC.
Esto resulta en una carga más sobre la mochila de los jóvenes artistas, quienes se convierten en una especie de “modelo a seguir”, por lo que deben mantener los estándares más altos en la vida pública. Ningún error se permite.
“Si una celebridad se comporta solo un poco diferente de lo que se percibe como ‘decente’, el público la ataca. Y es difícil para una estrella ignorar este tipo de agresión, debido a la alta presión social que proviene de un arraigado colectivismo en la sociedad surcoreana”, aseguró Ha Jae-kun, crítico de la cultura pop coreana.
Entonces, cuando todo este peso encima ha afectado la salud mental de las celebridades, ni hablar de que puedan expresar las dificultades que comienzan a vivir. Así lo reveló la estrella de rap, Swings, en una entrevista con la BBC en 2017.
Al artista lo habían diagnosticado con una serie de trastornos mentales y aseguró que era “como caminar desnudo. “Dicen cosas como ‘Pensaba que este tipo estaba enfermo, ¿cómo sube al escenario para actuar?’. Obviamente desconocen lo que te está pasando”.
Sin embargo, la industria no hace caso omiso a los evidentes efectos de la presión que ejerce contra las estrellas, por lo que a muchos ídolos se les ha permitido tomar descansos para recuperarse. De hecho, Moonbin había hecho una pausa en 2019 y 2020 y muchas agencias empezaron a organizar terapias.
No obstante, la reciente noticia del actor y músico de Astro dejó entrever que, quizás, las medidas que están tomando, la obsesión de los fanáticos y la propia cultura les está fallando a sus mayores representantes del entretenimiento.
Si tienes dudas sobre salud mental y prevención del suicidio, puedes llamar a Salud Responde marcando el número 600 360 7777.
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