Sección: Opinión
Con la eliminación por parte del gobierno del umbral de votación para que los partidos puedan entrar al Congreso no se apunta al corazón del problema, la creciente fragmentación política. De no abordar ese tema, cualquier reforma será insuficiente.
Si el progresismo no logra transmitir esa energía y capacidad constructora y creadora es difícil que conquiste y reconquiste mentes y corazones.
La competencia a nivel de la clase dirigente por mostrar indignación y odio contra los malhechores no sirve para nada. Eso deberían dejárselo a los matinales. La gracia de las élites eficaces es su alta racionalidad, realismo y capacidad de trabajo y articulación mezclada con cierto nivel de falta de escrúpulos al momento de defender el orden público.
La frustrada compra de la casa de Guardia Vieja ha dado muestras de un extravío, una desorientación que el expresidente Allende nunca tuvo en su manera de entender el ámbito cultural.