Pessoa es un fingidor y Pizarro es su editor

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Fernando Pessoa.

Visita Chile el colombiano Jerónimo Pizarro, reconocido como uno de los principales especialistas en la obra de Fernando Pessoa. Ha sido editor de su obra en portugués y también traductor al castellano. Impartirá la cátedra Bolaño en la UDP el día jueves 28 de noviembre (11: 30 horas). Ediciones Tácitas, por su parte, traduce y publica en Chile un libro suyo escrito junto a Carlos Pitella.


En 1985, 50 años después de su muerte, se hizo un monumento al escritor portugués Fernando Pessoa en el Monasterio de los Jerónimos en Lisboa. Su cuerpo tuvo que ser trasladado, pero resultó que estaba intacto y no cupo en el espacio reservado para sus restos. La razón no era ni la santidad del autor ni la condición milagrosa de su obra, sino que el ataúd en que había estado era de plomo, lo que retardó la descomposición. Así lo recuerdan en su libro Cómo Fernando Pessoa puede cambiar su vida (Tácitas, 2019) Carlos Pittella y Jerónimo Pizarro. Y el hecho les sirve a los autores para señalar que Pessoa tampoco cabe en ciertas etiquetas, ni sus poemas en un solo libro, ni sus lecciones en una sola vida. "Quizá por eso", señalan, "el poeta necesitó inventar tantas".

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Jerónimo Pizarro, estudioso colombiano de la obra de Pessoa.[/caption]

Porque Pessoa es también la leyenda de Pessoa y un resumen de esa leyenda podría ser: "Un baúl lleno de gente", como tituló el libro que reunía sus estudios dedicados a él el escritor italiano Antonio Tabucchi, también un especialista en literatura portuguesa. Fernando Pessoa (1888-1935) publicó muy poco en vida, pero dejó a su temprana muerte un gran legado de documentos en el que habitaban un conjunto de autores que él llamó "heterónimos" (no son seudónimos), con una obra y una personalidad propias, cuya impronta iba desde el mundo clásico al bucólico o al vanguardista, como ocurría con los más famosos de ellos: Alberto Caeiro, Ricardo Reis y Álvaro de Campos. La obra de Pessoa era un "drama en gente", gente que seguiría aumentando lo mismo que la obra, alcanzando una culminación con el Libro del desasosiego (1982), entendido como una de las grandes realizaciones de la literatura del siglo XX, también atribuido a uno (o más) heterónimos.

Como una seña de identidad (o de su falta) se entendió ese desdoblamiento artístico (o psicológico) de Pessoa. Así, uno de sus poemas más conocidos, no por nada titulado "Autopsicografía", comienza: "El poeta es un fingidor./ Finge tan completamente/ Que hasta finge que es dolor/ El dolor que en verdad siente". Pessoa es un fingidor, o varios. Pero, fingidor o no, su archivo no comprendía únicamente poesía "heterónima", sino también una gran parte de su poesía "ortónima", aquella de Pessoa "él mismo", así como una gran cantidad de escritos que no son poesía y sobre los más variados temas, yendo desde el esoterismo a la política y desde la locura a la sociología.

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"Fernando Pessoa leyendo 'Orpheu'", retrato que hizo Almada Negreiros en 1954 en homenaje a su amigo.[/caption]

En el archivo

Un visitante asiduo de ese archivo, como documenta su libro Alias Pessoa (Pre-textos, 2013), y uno de sus más importantes conocedores es el colombiano Jerónimo Pizarro, profesor de la Universidad de los Andes (en Colombia), traductor, editor, crítico, además de coeditor de la revista Pessoa Plural.

En un primer momento Pizarro integró el equipo de investigación auspiciado por el gobierno portugués, dirigido por Ivo Castro, que ha publicado varias ediciones críticas. Luego dejó ese equipo pero siguió dedicado a su estudio y es el responsable de buena parte de las nuevas ediciones de textos de Pessoa publicadas en Portugal desde hace más de una década. Ha hecho, por ejemplo, una edición del Libro del desasosiego (Pre-Textos, 2014), de los Escritos sobre genio y locura (Acantilado, 2013), de la Obra completa de uno de los heterónimos más leídos de Pessoa, Álvaro de Campos, junto a Antonio Cardiello (Pre-textos, 2016) o un catastro de todos sus heterónimos en Yo soy una antología, con Patricio Ferrari (Pre-textos, 2018). Como traductor, ha estado a cargo de una amplia selección de su poesía, junto a Nicolás Barbosa, en Pessoa múltiple (FCE, 2016).

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Cómo Fernando Pessoa puede cambiar su vida, de Carlos Pittella y Jerónimo Pizarro.[/caption]

En el libro escrito con Carlos Pittella, Cómo Fernando Pessoa puede cambiar su vida, se entregan 49 "lecciones de vida y poesía", basadas en el conocimiento de la obra de Pessoa así como de su archivo, pues aparecen una serie de documentos poco accesibles, así como más de 200 imágenes, mucho de todo ello, inédito. El libro está hecho con breves entradas que abordan desde "cómo argumentar contra Hitler" (por su bigote) o "cómo calcular la propia concepción" (por la astrología) hasta "cómo cantar el cuerpo masculino" (en 1922 Pessoa defendió en la prensa un libro de poemas homoeróticos, aunque es cierto que un heterónimo suyo lo criticó) hasta sus curiosos cruces con la Coca-cola, Aleister Crowley, el peregrinaje a Fátima, la poesía persa y la popular, con distintas formas de narices o el taca-taca.

-En Cómo Fernando Pessoa puede cambiar su vida se señala que Pessoa es un poeta al mismo tiempo muy conocido y muy desconocido. ¿Cómo se produce esa contradicción?

-Pessoa dejó un mítico baúl lleno de papeles y de "gente", en el decir de Antonio Tabucchi. Gran parte de su legado escrito sigue inédito y casi nadie ha leído ni un 1% de la extensa bibliografía pessoana ni conoce más de 3 de los 136 autores ficticios de la galaxia pessoana. Por muchas décadas, Pessoa seguirá siendo lo que un libro de 1990 ya anunciaba: Pessoa por Conhecer.

-Pero, ¿existió ese gran baúl del que habla Tabucchi? Le pregunto porque en Alias Pessoa usted señalaba que la gran mayoría de su obra quedó guardada en dos pequeños baúles…

-El baúl grande existió, sí, y la mujer de Tabucchi, Maria José de Lancastre, lo reprodujo en su admirable Fotobiografía. Solo que otros cofres más pequeños también existieron. Recuerdo al menos uno en la residencia de Manuela Nogueira. Es posible que Pessoa haya acudido a otras cajas de madera cuando al baúl principal no le cabían más sobres llenos de papeles.

-¿Cuánta es la documentación en que consiste el archivo de Pessoa?, ¿está centralizada en la Biblioteca Nacional de Portugal o bien hay papeles en otras partes?

-Digamos, por alto, que está compuesta por unos 30.000 documentos y que, casi todos, están en esa Biblioteca de Lisboa, sí. Pero también en otras (en Ponta Delgada, en Oporto) y dispersa por colecciones particulares. En la revista Pessoa Plural se han ido identificando muchos documentos dispersos y hace poco se catalogó la más deslumbrante colección particular de libros de y sobre Pessoa, que revela bien la que se podría llamar, al menos desde 1985, la avalancha Pessoa. De resto, se han multiplicado las subastas y la familia está rematando lo que le queda.

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Alias Pessoa, de Jerónimo Pizarro.[/caption]

-¿Cuánto falta por publicar y cuáles son las razones de que existan tantos textos inéditos de Pessoa?

-Yo aún creo que falta una mitad del archivo. 100 libros de 300 páginas darían 30.000 páginas. Pero los 30.000 documentos del archivo no caben en 30.000 páginas. Solo con los 300 proverbios de Pessoa, es decir, con 300 líneas de texto, preparamos un tomo de más de 200 páginas... Pessoa sigue inédito porque publicarlo bien es una tarea ardua, que nunca ha sido asumida en toda su envergadura.

Heterónimos

-Pasando al "drama en gente". ¿Hasta qué punto la atención sobre la obra "heterónima" de Pessoa hizo desatender el resto de su obra?

-La cuestión es que el resto de su obra es casi toda. Pero los heterónimos son un producto de marca tan exitoso, que han opacado al ortónimo. De hecho, ¿quién sabe que hay un ortónimo? ¿Qué Pessoa-ipse, o Pessoa-himself, es el autor de una obra ortónima?

-¿Y cuán poblado es ese drama? En algún momento se habló de algo más de 70 heterónimos, pero en Yo soy una antología, usted y Patricio Ferrari catastran 136.

-Justamente. El censo (como en el caso de León de Greiff) no se cerró sino hasta hace poco, y no descarto que aumente ligeramente. Por eso a veces respondo: Pessoa inventó más de 130 autores ficticios. La prueba de esta afirmación está en los más de 130 capítulos (uno por autor) del libro publicado en Lisboa por Tinta-da-china: Eu Sou Uma Antologia, y en Valencia por Pre-Textos: Yo soy una antología.

-¿Y cada "heterónimo" tiene obra y personalidad propias, como ocurre con los más conocidos (Caeiro, Reis y Campos)?

-En el caso de Caeiro, Reis y Campos no tengo dudas. La densidad ficcional de cada uno es muy grande. Lo que yo he tratado de explicar en estos tres casos, y a veces en otros, es que cada autor ficticio fue construido a lo largo del tiempo, que su biografía fue cambiando, que su forma de entender el mundo también, y que tanto podemos ceñirnos a una biografía escueta como a una más extensa que recoja todas las vacilaciones de Pessoa. Reis no siempre nació en Oporto, por ejemplo, y Campos solo fue decadente después de ser futurista...

-Pessoa creó otros nombres que no tuvieron relación con lo literario. Por ejemplo, menciona inventó un presunto psiquiatra que pidió información sobre él a otros que lo conocieron…

-Sí, quería sonsacar o recabar información sobre sí mismo y lo que hizo fue tremendo: escribir unas cartas con el nombre de un supuesto psiquiatra para saber lo que antiguos profesores y condiscípulos de escuela pensaban de un tal Fernando Pessoa, paciente de ese médico francés.

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Fernando Pessoa en 1914.[/caption]

Del alcohol al ocultismo

-En su libro con Pittella pone en duda algunos de los componentes de la leyenda de Pessoa, por ejemplo, su condición alcohólica, que no sería tan extrema como se supone.

-A Pessoa, como a Edgar Allan Poe, y a otros, les han caído encima muchas leyendas negras, sin matices. Yo no digo que Pessoa no bebiera, pero sí creo que no fue siempre de la misma forma y que el beber solo se agudiza tras la muerte de su madre, no antes, lo cual quiere decir que los heterónimos, por ejemplo, y el día triunfal en el que surgieron, no están relacionados con ningún tipo de delirium tremens...

-Pero agregan un anecdotario que serviría para construir una leyenda paralela. Por ejemplo, que por causa de Pessoa la Coca-Cola no llegó a Portugal sino hasta 1974.

-Desde hace muchos años se sabe que Pessoa, que trabajó en anuncios de publicidad por mucho tiempo (y cuyo trabajo como publicista no se ha recopilado), frustró la entrada de Coca-Cola a Portugal en 1929, porque el gobierno de aquel entonces hizo una lectura tendenciosa de su slogan: "Primero se extraña, después de entraña", como si este fuera la prueba de que la bebida tenía coca, es decir, una substancia adictiva. En el libro revisamos lo que se sabe y dejamos algunas inquietudes para futuros investigadores.

-O que planeó una serie de inventos que de haber tenido suerte le hubieran dado fama y riqueza: proyectos de juegos de guerra (uno que no patentó y podría prefigurar el "Estrategia") o el "fútbol para mesa".

-Entre muchas cosas, Pessoa también fue inventor, y más allá de lo que António Mega Ferreira revela en Fazer pela Vida, poco se sabe acerca de las invenciones de Pessoa. Sí, Pessoa merece ser reivindicado como una de los primeros prefiguradores del futbolín y como alguien que tenía sentido de la oportunidad en los negocios, así no haya sido exitoso en sus emprendimientos comerciales.

-O que hizo cierta amistad con el mago y ocultista Aleister Crowley, quien a su paso por Portugal simuló su suicidio, con la ayuda de Pessoa.

-Sobre el encuentro de Pessoa y Crowley se acaba de publicar en Lisboa una edición que recopila todas las cartas que ellos intercambiaron y los documentos vinculados a ese momento en el que coincidieron en Lisboa. Pessoa fue lector de Crowley, como lo muestran trabajos de Marco Pasi y Steffen Dix y Rita Catania Marrone, entre otros, y ayudó, como hoy se sabe, a fraguar la noticia de un falso suicidio para encubrir la salida precipitada de Crowley de Portugal... De ese encubrimiento nació el borrador de una novela policial.

-Además de Crowley, Pessoa conoció pocas personas de renombre internacional, aunque ánimo de hacerlo no le faltaba, como demuestra una comunicación espiritista en que consultaba si conocería a las que listaba, entre ellas, Ezra Pound.

-Para mí Pessoa tiene algo de un T. S. Eliot portugués y me parece natural que entre tantas personas que no conoció haya deseado coincidir con Ezra Pound. Lo interesante es que Pessoa fue consciente de que no conocería casi a nadie (era demasiado sedentario para tal cosa), pero soñó con hacerlo incluso a través de los espíritus por sí mismo inventados o convocados.

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Escritos sobre genio y locura, de Fernando Pessoa.[/caption]

Ediciones y mensajes

-Usted formó parte del grupo de investigación, el "Equipo Pessoa", que sigue trabajando en varias ediciones críticas de su obra. ¿Cómo fue su experiencia allí?

-Ese grupo fue una de mis primeras escuelas y lo recuerdo con saudade. Mi billete de entrada fue la edición de los escritos sobre genio y locura de Pessoa. Fue una gran experiencia, aunque algo solitaria, porque los miembros activos eran (y siguen siendo) pocos.

-La labor de ese equipo pareció centrada, al menos inicialmente, en la poesía. ¿Es reducir demasiado a Pessoa considerarlo fundamentalmente poeta?

-Lo que sucede es que cuando se dice que alguien que fue poeta se eclipsan todas las demás facetas y dimensiones, y en el caso de Pessoa, que fue tantos y tantas cosas, se dejan en la sombra miles de aspectos. Pessoa fue astrólogo, sociólogo, filósofo, cuentista, dramaturgo, crítico, traductor, y un largo etcétera, y su obra en verso no es más extensa que su obra en prosa.

-Incluso como poeta no está agotado, pues escribió en otras lenguas en una producción voluminosa y en gran parte inédita. Algo señalaban en la selección Pessoa múltiple, con Nicolás Barbosa.

-De hecho en esa antología recordábamos, con Nicolás, que las antologías poéticas de Pessoa suelen omitir y relegar al olvido la producción en inglés de un escritor formado en una colonia inglesa, y tienden a desconocer sus versos franceses. Pessoa fue un escritor que hasta los veinte años escribió casi exclusivamente en inglés, y a veces en francés, como las Obras de Jean Seul de Méluret lo demuestran, y es un poco absurdo reducirlo solo al portugués.

-Pero si Pessoa inicialmente escribió más poesía que prosa, con el tiempo al parecer esto fue cambiando y escribió desde esoterismo hasta política. ¿Cuántas dimensiones abarca su obra?

-Todas las imaginables y eso es lo fascinante de su biblioteca particular. Sus libros, aquellos que leyó o simplemente guardó, abarcan todas las áreas del conocimiento. Si no conocemos a Pessoa aún en toda su multiplicidad, es porque quien lo editó como poeta no siempre lo quiso revelar como analista político o estudioso del esoterismo occidental...

-Alguna vez señaló la importancia de la publicación de una parte del archivo que aún no se ha privilegiado: la de los "cuadernos" de Pessoa. ¿Cómo va eso?

-La editorial que publicó los primeros diez cuadernos nunca quiso, por absurdo que parezca, recibir los segundos diez. Portugal es un país donde a veces los libros de Pessoa son picados porque no los saben vender. En principio, voy a dar a conocer nuevos cuadernos de Pessoa en los próximos años, pero lo haré de forma electrónica.

-Mencionaba que editó los escritos de Pessoa sobre "genio y locura". ¿Cree que él era: a) genio; b) loco; c) ambas cosas?

-Esas categorías hoy se han desdibujado y no se sabe bien cómo abordar, con rigor, la genialidad o la locura. Pero yo creo que Pessoa era una mente genial con la dosis inevitable de locura que acarrea tal tipo mental, y que el primero en saberlo y expresarlo fue él mismo. Sus estudios de psicopatología se destinaban, en última instancia, a un mayor autoconocimiento.

-En 1934, no mucho antes de su muerte, Pessoa ganó un premio por Mensaje, el único libro en portugués que publicó en vida. ¿Cuál es su opinión de ese libro?

-Es un libro muy difícil de traducir y de no anotar. Creo que fuera de Portugal se lo ha leído relativamente poco porque las ediciones que existen, salvo una o dos, dan por descontado muchos aspectos que un lector no portugués desconoce. Pero hay que recordar que hasta hace poco, y aún hoy en muchas partes, se considera que Mensaje es la gran obra de Pessoa. Fue la que recuperó la Colección Archivos, bajo auspicios de la Unesco. Para mí la gran obra es el Libro del desasosiego.

-En el libro con Pittella señala que el título "mensaje" podría ser la codificación abreviada de una frase de la Eneida. ¿Le parece atendible la idea de un poeta y editor chileno que lo vincula a cómo se refería Crowley a la obra de Pessoa, su mensaje?

-Es una posibilidad. Ahora bien, puede ser ese mensaje u otro. Me gusta imaginar el libro como una serie de múltiples mensajes, es decir, como una obra tan diversa como su autor.

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Libro del desasosiego, de Fernando Pessoa.[/caption]

Desasosiegos

-Decía que para usted la gran obra de Pessoa es el Libro del desasosiego. Su historia es la historia de sus editores y sus ediciones. ¿Cómo ha cambiado desde su edición inicial de 1982?

-Es una paradoja. Hay cuatro ediciones principales y todas ellas son diferentes. Es un libro canonizado, pero no hay un libro sino una infinidad de versiones posibles. El libro ha cambiado en extensión, en establecimiento textual, en organización, en autoría subsidiaria, etcétera. Basta consultar el portal dedicado al Livro por un proyecto de Coimbra coordinado por Manuel Portela: https://ldod.uc.pt

-Y esa labor ¿ha sido más parecida al trabajo de zurcido de retazos o a una cirugía de liposucción? Su edición, de 2010, tiene menos fragmentos y otros se han juntado, además la organizó cronológicamente.

-En algún momento hubo una carrera un poco desquiciada por encontrar más fragmentos desasosegantes. Ahora bien, casi todo Pessoa es desasosegante, pero no todo desasosiego tiene que formar parte del Livro. Solo los fragmentos explícitamente destinados a ese proyecto, o que de forma casi indiscutible le pertenecen, deben incluirse un una edición de la obra magna de Pessoa. Sí, la edición crítica no quiso pecar por exceso, sino por rigor, y redujo el corpus al más seguro, "ao mais certo", al más estable, y estudió con lupa ese corpus para, como hipótesis de trabajo, proponer una cronología, tras un demorado estudio de la materialidad de los soportes. A veces lo menos visible, como una marca de agua, arroja nueva luz sobre el texto, porque un texto no es apenas una entidad abstracta sino su contexto y circunstancias.

-Señalaba que también ha cambiado en cuanto a su "autoría" ficcional. Usted encuadra la obra en dos grandes fases que corresponderían a Vicente Guedes y Bernardo Soares. ¿Qué opina de la idea de quienes la atribuyen a tres autores (como ha hecho Teresa Rita Lopes)?

-Así como hubo quien quiso inflar el libro para vender más ejemplares con una cinta que ofrecía nuevos inéditos, ahora hay quien quiere clonar los autores para aportar alguna nueva sorpresa. Pero es una estrategia algo torpe, pues el Barón de Teive nunca fue el autor del Libro del desasosiego.

-Además está la influencia de sus muchos traductores basados en distintas ediciones y a veces con criterios editoriales propios. En castellano hay varios. ¿Tiene algún preferido?

-Sin duda, Ángel Crespo, a quien debo mi primera lectura del Libro, y Antonio Sáez Delgado, que es uno de los mejores traductores de España en la actualidad. Y vienen más. Pessoa es múltiple y se multiplica más a través de todo tipo de traducciones y adaptaciones.

https://culto.latercera.com/2017/12/15/10-grandes-diarios-escritores/

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