José Bengoa, antropólogo e historiador: “Si uno mira bien la historia, los mapuches han buscado el diálogo con la sociedad”

Pedro Bengoa

El autor de Historia del pueblo mapuche y el poeta Elicura Chihuailaf analizaron el conflicto histórico del Estado con el mundo indígena en el ciclo Conversaciones LT.


Andrés Chihuailaf viajó a Santiago en 1940. Como presidente del Frente Unico Araucano, nacido a inspiración del Frente Popular, venía a participar de una Comisión de Asuntos Indígenas creada por el gobierno. La comisión esperaba atender una serie de demandas pendientes de la comunidad mapuche y elaboró un proyecto que consideraba la restitución de tierras y la nulidad de las compras de tierras presuntamente ilegales. “Fue un momento que pudo ser un parteaguas”, dice hoy el antropólogo José Bengoa, autor de la Historia del pueblo mapuche. Pero, según cuenta, las presiones políticas frustraron el proyecto.

La historia de relaciones entre el pueblo mapuche y el Estado de Chile ha atravesado diferentes períodos. “Avanza y retrocede”, dice Bengoa. “El momento actual es de extremo retroceso, no hay ningún diálogo o conversación. La única política es policial-militar y carcelaria”.

Autor de Mapuche, colonos y el Estado Nacional, Bengoa participó en el ciclo Conversaciones LT junto a Elicura Chihuailaf, poeta, ensayista y una de las figuras intelectuales más relevantes del pueblo mapuche. Autor de De sueños azules y contrasueños, el poeta es descendiente de Andrés Chihuailaf. Candidato al Premio Nacional de Literatura, es autor también de la carta abierta Recado confidencial a los chilenos.

Acá recogemos algunos fragmentos editados del diálogo.

“El conflicto comienza con la Ocupaciónde la Araucanía (1883) y ahí queda claro que el conflicto no lo hemos generado nosotros como pueblo mapuche, sino el Estado chileno”, dice Elicura Chihuailaf. “Luego hay una serie de momentos y de acontecimientos que van subrayando la idea o la ideología del Estado chileno respecto al ocultamiento permanente. Incluso para el Centenario se plantea una idea de la pretendida blanquedad chilena, y que sucintamente dice que Chile es un país de blancos, donde gracias a lo benigno no fue necesaria la importación de negros, y donde la presencia de lo indígena al sur de Chile y en las más bajas capas del pueblo es visible solo al ojo del experto. Entonces es tremendo, porque hay una negación de la hermosa morenidad de Chile”.

Para José Bengoa, en los últimos 30 años ha habido encuentros y también tropiezos. “Cuando se discutió la Ley Indígena fue un momento de esperanza, salíamos de la dictadura, año 90-91. Eso lamentablemente pasó por distintas manos y terminó en el Congreso donde fue cercenada; sin embargo algo quedó en esa legislación. Después lamentablemente el primer Conadi en manos indígenas fue absolutamente perseguido, todo esto en el conflicto de Ralco que fue muy complicado y mostró que la Concertación no tenía más ánimo de resolver este tema. Luego vino la comisión (Nuevo Trato) que presidía el ex presidente Aylwin y que no quedó en nada”.

Últimamente, “lo que se ha hecho es entregar bonos, porque la agricultura campesina y la agricultura mapuche ha sido acogotada”, afirma el historiador. “Se le ha entregado manga ancha a las forestales para que hagan una plantación de pinos y eucaliptus que han dejado a las comunidades mapuches en una situación extremadamente grave. Un tercio de las comunidades reciben agua con camiones aljibes. Esta forma de desarrollo explica que la gente esté descontenta y se enoje”.

Para Chihuailaf, el reconocimiento constitucional de los pueblos indígenas “debió haber ocurrido hace mucho”. “Esta es una búsqueda de explicar por qué el diálogo no resulta, y también la constatación de que los pueblos nativos nunca hemos vivido en democracia (...) Una y otra vez el Estado y ciertos grupos de poder imponen su visión, sigue vigente el problema conceptual: ¿qué se entiende por desarrollo? Porque vemos una forma de desarrollo que ha afectado no solo a nuestro pueblo sino al Chile profundo. Nosotros queremos el desarrollo con la naturaleza, no contra la naturaleza”.

Durante el siglo XX los mapuches tuvieron participación política, ¿por qué la perdieron?

José Bengoa: Durante el siglo XX los mapuches tuvieron una cantidad importante de diputados, en buena parte del arco político, no solamente por la izquierda. Hubo diputados muy famosos, como Venancio Coñuepán, conservador, que fue ministro de Ibáñez. En el siglo XX hubo intentos de la élite mapuche por establecer una relación equilibrada e incluso de integración respetuosa con el mundo chileno. Sin embargo, eso terminó muy mal, terminó con un portazo. Si uno mira bien la historia, los mapuches han buscado el diálogo. El tema central es un tema mental, establecer que la diversidad es una riqueza y debemos ser respetuosos con ella y aceptar la diferencia. Las ideas de unificación y el centralismo deben ser sacadas de la Constitución, es fundamental una nueva Constitución. Y creo que hay más condiciones que antes.

¿Cuáles serían las condiciones mínimas para encontrar una solución?

Elicura Chihuailaf: El gran problema son las tierras que han sido usurpadas. Que haya voluntad política y este es el momento para que ello ocurra. El desarrollo ha depredado los bosques nativos y ha atentado contra el agua. Se necesita voluntad política para enfrentar esta realidad. Para mí, el camino es la franqueza total para conversar y abordar el problema conceptual.

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