(What’s the Story) Morning Glory?: Oasis y la parte de los críticos

(What’s the Story) Morning Glory?: Oasis y la parte de los críticos
(What’s the Story) Morning Glory?: Oasis y la parte de los críticos

Invitados por La Tercera, un grupo de expertos propone tres lecturas del disco que puso en el mapa a Wonderwall, Champagne Supernova y Don’t Look Back in Anger.


Grabado en mayo de 1995, en los estudios Rockfield de Gales —donde todavía sigue en pie el muro que inspiró Wonderwall—, el segundo disco de Oasis buscó sostener el éxito del debut con una banda en estado de gracia. Así lo cuenta el coproductor de la placa Owen Morris en una entrevista de época con Rolling Stone: los mancunianos despachaban una canción por día y, salvo dos o tres temas del disco, casi ninguno precisó de un demo.

Consultados por La Tercera, un grupo de críticos musicales, entendidos y periodistas especializados en música popular sugiere al menos tres elementos que habrían elevado a (What’s the Story) Morning Glory? al estatus de clásico de su generación. Y un juicio final.

1- Denominación de origen

Cuando llegó a las tiendas el lunes 2 de octubre de 1995, (What’s the Story) Morning Glory? —en adelante WTSMG— puso a los hermanos Gallagher en el foco de atención del britpop, acaso esa carrera por emular la british invasion de los Beatles en la que “compitieron” en popularidad y época con bandas como Blur, Pulp y Suede.

Macarena Lavín, periodista especializada en música popular, recuerda que Oasis llegaba a WTSMG con algunas credenciales: “Era un grupo con dos años de vida sacando una gran pieza como Definitely Maybe (1994) y un himno como Live Forever, que sonaba bastante fresco”.

Alfredo Lewin, conductor de radio Sonar, agrega que pudieron llevar lo que “estaban tratando de hacer artistas como The Smiths y The Stone Roses, a un nivel de éxito insospechado. No solamente dieron el batacazo en Inglaterra, sino que abrieron la puerta del grupo a Estados Unidos, con este sonido enraizado en Gran Bretaña”.

Según el ex VJ de MTV, los Gallagher lograron dar forma a “aquello que la british invasion no logró terminar” y que Oasis logró “refinar y mejorar en muchos sentidos”. Para el experimentado hombre de radio y televisión, dentro de lo que era el pop en 1994, los Gallagher “se convirtieron en justos contendores de esta nueva fiebre patriótica, con esta suerte de competencia que se instaló con Blur. Para ese momento ya estaban asentadas las bases de Suede y Pulp, entonces se armaba un cuadrante perfecto, liderado por los debutantes que recién habían llegado, es decir, Oasis”.

“Nunca desestimaron el hecho de que estaban tomando influencias muy claras de grandes próceres del rock británico”, apunta el crítico musical Nuno Veloso, “no solo en estilo, sino que también en sonido y letras”. Y hace un repaso rápido: “Todo el tiempo citan canciones clásicas de The Beatles, mencionan Tomorrow Never Knows en el sencillo Morning Glory, hacen un guiño a las notas iniciales de Imagine de John Lennon en Don’t Look Back In Anger. Meten un trozo de Hello, I’m Back Again de Gary Glitter al inicio en Hello, cuelan un par de compases de Wonderboy de The Kinks en She’s Electric y, de hecho, ese tema también termina con elementos de With a Little Help From My Friends de los Beatles. También hay partes de Morning Glory que son calcadísimas de Hey Hey, My My de Neil Young”.

Veloso piensa que hay una serie de “referencias líricas, melódicas y estéticas”, además de que son dos hermanos comandando una banda, “como Ray y Dave Davies de los Kinks”, acaso elementos morfológicos que tienen que ver “con toda la historia del rock británico”.

“Los tipos supieron tomar eso y usarlo como un arma para posicionarse como puntales de una escena de rock que, en el fondo, era la contraparte de lo que venía decayendo del grunge en Estados Unidos, después de la muerte de Kurt Cobain”, explica.

Conocido polemista, Noel Gallagher se defendió de las acusaciones de falta de originalidad: “Cuando encuentre el primer disco que robe una canción mía, voy a buscar a ese tipo, le voy a dar la mano y me voy a ocupar de que la discográfica no lo demande. Porque si no fuera por The Shirelles, nunca habríamos tenido a los Beatles. Si no fuera por ellos, nunca habríamos tenido a los Stones. Y si no fuera por los Stones no tendríamos una mierda”.

El periodista y crítico musical Sergio Cancino entiende que el disco “capturó a la perfección una era” y que “su sonido tuvo imitadores que no lograron brillar más allá del Reino Unido”.

“Es tan poderoso que hasta los lados B de sus singles son brillantes: The Masterplan, Acquiesce e incluso la acústica Talk Tonight le dan una paliza a varios de los éxitos posteriores del grupo”, sopesa y luego lanza: “WTSMG tiene una belleza que crece en medio de la retromanía”.

César Tudela, periodista de Rockaxis, dice que el disco “vuelve a traer la melodía y el canon de los Beatles, lo rejuvenece y lo actualiza. Y vuelve a posicionar a la música británica en los primeros lugares, luego de la erupción que significó el grunge en los 90, además de la explosión del rap”.

“El grunge ya venía de caída y Kurt Cobain había muerto hace poco, en cambio el brit pop ganaba más popularidad”, coincide el crítico musical Andrés Panes, “este disco cambió el viraje de nuestro foco de atención, terminó de fortalecer la idea de que en realidad lo más interesante estaba pasando en Inglaterra y no en Estados Unidos. Sobre todo por lo que pasó en la esfera con Blur y los sencillos del álbum”.

Dice Tudela: “La música popular estadounidense en esa época fue muy significativa, también está la cola de Madonna y Michael Jackson. Todo pasaba en Estados Unidos en cuanto a música popular, los británicos miraban y llegan estos chicos de Manchester con una música vieja, algo que al principio les costó varias críticas”.

“Fue un golpe a la cátedra: ahí está WTSMG comandando todo este sonido de The Beatles que se rejuveneció y que se tradujo en temas de estadio, baladas en clave de rock y condimentos que todos los fanáticos de Oasis ya conocen”, añade.

Según Nuno Veloso, WTSMG resaltó que Oasis eran los puntales de esta nueva escena del rock: “Toda la escena de britpop que la prensa inventó en ese tiempo explotó el 95. Bandas como Elastica —que también saqueaban un montón a Wire— y otras que robaban y no le decían a nadie. Oasis dijo ‘sí, robamos’ y esa conciencia los llevó a Standing on the Shoulder of Giants, porque la gracia máxima de Oasis es robar y no descaradamente, sino saber qué robar y a quién; autodefinirse como una suerte de antena repetidora para la generación que estaba en ese entonces. Oasis siempre dijo ‘nosotros sacamos esto de tal parte y no queremos hacerlo mejor, somos quienes llevamos este legado al futuro y la generación que está ahora’”.

(What’s the Story) Morning Glory?: Oasis y la parte de los críticos
Liam y Noel

2- Hype

Oasis en general y los Gallagher en particular fueron pioneros en el uso y abuso de la prensa amarilla como instrumento promocional. Desde las históricas y victorianas peleas a puño entre los hermanos, hasta los cientos de frases incendiarias en contra de los integrantes de Blur y otros destinatarios, forjaron una voz.

Bob Stanley, periodista musical y autor del libro Yeah! Yeah! Yeah! La historia del pop moderno lo explica mejor cuando define al brit pop como el instante en que se unen sin mayores dramas el arte y el comercio, dejando atrás los reparos que tenían algunos indies ante cualquier forma de “prostitución artística”.

“Noel Gallagher agrega actualidad al asunto, mientras que Liam Gallagher añade una performance pendenciera y actitud a las letras de su hermano”, ejemplifica César Tudela.

La periodista musical María de los Ángeles Cerda opina que “Oasis trajo de vuelta una vibra de narcisismo, de excesos, sin hacerlos glamorosos, pero como parte decisiva de su identidad”.

“Tenían mucho de eso de actualizar una actitud de los sesenta y setenta”, sugiere Cerda, “musicalmente están muy apegados a esas influencias de los Beatles, sobre todo, pero la pachorra era muy noventera, muy hedonista, muy soberbia, de no pedir disculpas por nada, de enorgullecerse del origen de la clase obrera”.

“Esas influencias se notan en la fuerza del sonido de las guitarras que están al frente y en la presencia de Liam Gallagher, pero también en las canciones que se convirtieron en himnos, Wonderwall y Champagne Supernova son temas básicos para entender a Oasis”, agrega.

3- Héroes de la clase trabajadora

A contrapelo de la mayoría de su generación, Noel y Liam Gallagher no se criaron en Londres ni cursaron ramos en las escuelas de arte como algunos de los miembros de Blur. Como rastrea la biografía Supersonic de Simon Halfon, ambos venían de un barrio obrero y representaban el triunfo aspiracional de la raigambre popular.

“Cuando Alan McGee descubrió a Oasis, a mediados de los noventa, su palabra era ley entre los conocedores y la prensa”, explica Andrés Panes, “como hijo de la clase trabajadora y seguidor de la filosofía punk, abrazó a los Gallagher por su origen y nula fastuosidad. Con ellos supo lo que era tener el mundo a sus pies. Buena parte de la mística proletaria de Oasis se debe a McGee, que entendió su costado social desde que vio la bandera de la unión yéndose por el WC en la portada de su primer demo”.

Macarena Lavín pone de ejemplo “la batalla insólita entre los singles Roll With It de ellos versus Country house de Blur. Los del norte contra los del sur. Los de clase trabajadora contra los más acomodados. Era algo totalmente de industria para vender muchos CD singles a través del hype”.

“Es como el triunfo del hombre común en un momento en que la música británica estaba en un gran apogeo dentro de una serie de movimientos culturales”, explica Joaquín Vismara, periodista de la edición argentina de Rolling Stone.

Luego sigue: “Apareció como la pata que le faltaba a esta especie de chovinismo británico: una generación muy orgullosa de su música pero que le faltaba un artista popular, quizás Pulp tenía un origen popular similar, los demás eran considerados cuicos o chetos. Ellos son gente de los suburbios en Manchester haciendo música para el hombre común”.

“Así como Definitely Maybe era el disco del anhelo de querer trascender, de ser conocido, WTSMG es el disco sobre haber llegado a ese lugar, el éxtasis de llegar —compara Vismara—. Así como la primera línea de la primera canción de Definitely Maybe, Rock ‘n’ Roll Star, que es el pedido de querer salir de la ciudad y ser estrella del rock, WTSMG es el disco en que la primera canción empieza diciendo que todos tus sueños se han materializado cuando estás encadenado al espejo y a la hoja de afeitar —y no precisamente para rasurarse”.

(What’s the Story) Morning Glory?: Oasis y la parte de los críticos
La tapa de (What’s the Story) Morning Glory?

¿Un clásico?

César Tudela: Es un álbum fundamental para conocer lo que pasó en los 90, sin duda es el mejor disco de Oasis; los encuentra súper jóvenes, con un espíritu volcánico y esa hambre de conquistar el mundo. Es un disco que se sigue escuchando y que todavía mantiene en las bandas británicas ese color pop que Oasis logró. Como los grandes álbumes de la música popular, en WTSMG cualquier canción puede ser un sencillo. Todavía es escuela para muchas bandas que están empezando.

María de los Ángeles Cerda: Ha envejecido muy bien, aunque puedo ser parcial porque lo escuché en plena adolescencia. Tiene ese aire de canciones que permanecen y que sobreviven, entienden la canción popular. Puede ser porque la instrumentación no te vincula directamente a una época, como Wonderwall, la guitarra acústica funciona en los sesenta como en los dos mil.

Sergio Cancino: Envejeció muy bien, particularmente dentro de la propia cronología de Oasis. La combinación de intensidad guitarrera con momentos más reposados y sensibles, como Wonderwall y Cast No Shadow, trajo un dinamismo que no estaba en el debut. WTSMG es frenético, desesperado, épico y es también el disco de la pérdida de inocencia: luego vino Be Here Now, álbum que encarnó todos los excesos de la decadencia del britpop: megalomanía, asfixia creativa y una falsa sensación de trascendencia, pese a un par de grandes canciones.

Andrés Panes: Musicalmente la escuela de los Beatles es infalible. En mi opinión, son las canciones de pop perfectas. Noel Gallagher es un tremendo compositor, la música que él hizo no tiene fecha de vencimiento, a pesar de que el contexto de rock en el que se enmarca esa música de guitarra ya decayó. La factura de los temas es increíble, lo que envejece mal es el contexto, la onda rockera, la cool britannia, las fotos de Noel Gallagher con Tony Blair. Todo eso envejece pésimo, pero Roll With It todavía te levanta en la mañana. Mi favorita, Morning Glory, es demoledora, inmensa como la vida misma.

Alfredo Lewin: Creo que las buenas composiciones y las canciones lúcidas de rock & roll no envejecen mal, pero sí significó el inicio de la decadencia del brit rock y Oasis, en esa vara, nunca volvió a sacar un disco tan bueno. Entonces, nos quedamos con la idea de que en el 2020 se consideran mucho mejor envejecidos álbumes de Radiohead —de finales de los 90 o principios del 2000—; el OK Computer y el Kid A. Oasis no está para competir con nadie, está en una liga en donde lo que brillan son las grandes canciones de Noel Gallagher y esos himnos británicos en cualquier momento pueden ser reactualizados. No solamente por la barra en un estadio de fútbol, sino que por la gente que a veces tiene que refugiarse en canciones memorables como Wonderwall. Estas canciones son un verdadero refugio, así que para mí envejecen bien.

Macarena Lavín: Ha envejecido con dignidad como uno de sus mejores trabajos. Tiene varias otras joyas, además de las ya nombradas, She‘s Electric, con una onda súper sesentera y Cast No Shadow, otra acústica de Noel Gallagher. Más que nada es una foto de su tiempo en que el formato de banda de hombres con una sonoridad en base a guitarras, bajo y batería era lo más usual a comienzos y mediados de los 90s, que se impuso del indie al mainstream. Este disco, como otros de la era britpop, influenció mucho a los chilenos. Había varias bandas de finales de esa década y comienzos de los 2000s que se auto clasifican como brit pop. También tiene esa brillantez y algo de saturación en el sonido, cosa que se intensificó en el disco siguiente. De hacer himnos sin buscarlos, ahora querían hacerlos, así que ahí se perdió la gracia.

Joaquín Vismara: Por ahí uno puede objetar lo mismo que le objetó durante 25 años, que es la manera en que suena, pero que haya sonado de otra manera justamente es algo adrede. Supuestamente WTSMG es el disco que creó la llamada “guerra del volumen”, los discos que suenan cada vez más fuerte; pensado también para ser un disco que al ser escuchado en un pub, donde se suele juntar mucha gente, incluso en el murmullo del lugar siga siendo reconocible la música… Creo que la vigencia del disco es que tiene canciones que a cualquier persona que le preguntes si conoces Oasis, las canciones que te puede nombrar salen casi todas de WTSMG; a lo sumo puede haber algún hit de Definitely Maybe, pero el cuerpo de canciones, el estilo, de Oasis que delinea toda la obra posterior nace en WTSMG. Y parece que eso tiene que ver con una identificación popular. Por algo el Manchester City gana la Liga e invita a Noel Gallagher a los vestuarios y los jugadores cantan Wonderwall, por algo Manchester sufre un atentado en el show de Ariana Grande y su pueblo se recompone cantando Don’t Look Back in Anger. Hay una identificación popular que trasciende incluso generaciones, que forma parte del mosaico cultural británico sin importar que lo hayas vivido en un tiempo o no.

Nuno Veloso: Creo que el impacto de WTSMG fue exclusivamente generacional, para la gente que estuvo ahí. No podría ponerme en el lugar de una persona que lo escuche sin saber todo lo que pasó en ese entonces y compararlo con lo que estaban haciendo otras bandas, pero lo que sí puedo decir es que —cronológicamente— yo lo veo como el álbum que marcó el quiebre del rock británico. Después de ese disco Oasis no fue el mismo, se les subieron los humos y el tercer álbum fue muy ambicioso, lo cual les generó un par de caídas muy fuertes. Después del 95 estalla el britpop con cualquier cantidad de bandas.

María José Viera-Gallo: Soy más fan del Definitely Maybe, que es más descuadrado y Madchester. Pero WTSMG llegó solo un año después. Fue como: “Tranquilos, hay más y mejor”. Con este disco, los hermanos Gallagher se convirtieron en los amigos más cool y célebres que podrías tener. Visto con distancia, me parece que el álbum no envejeció, se quedó joven para siempre, como muchas cosas de los 90s. Noel cantando Don’t Look Back in Anger mientras mira para atrás en ese auto inglés, o Liam escribiendo Help en el video de Champagne Supernova, qué puedo decir, son imágenes gloriosas que se quedan. Aparte, tiene una de las mejores canciones de Oasis, Some Might Say. Pese a lo gastada, Wonderwall todavía suena fresca en la radio. No puedo dejar de tararearla y sin ninguna vergüenza ajena. Hasta mis hijos cabecean y no saben por qué.

Rainiero Guerrero: Ha dejado dos cosas importantes. Uno son las canciones, que hasta el día de hoy siguen siendo himnos. Don’t Look Back in Anger, en lo personal, me representa mucho la época del colegio, los 90, la guitarra. Me imagino todo ese contorno, y cuando una canción logra eso es porque impactó mucho. Lo segundo, lo que rescata este disco y contrario al grunge creo que mantiene la alegría del rock, de que es algo entretenido, de que es para pasarlo bien, de que es rebeldía. El grunge puso un contraste tan grande con lo sombrío, lo depresivo y lo triste que yo creo que de esa manera el britpop salió jugando y salió jugando bien de esos lamentos. Siguieron adelante a su forma; creo que ese es el gran legado, de pasarlo bien con el rock, y que no se transforme en un drama.

Felipe Arratia: En el 2020, el rock, las guitarras y quizás incluso la actitud “pasada de rosca” de los hermanos Gallagher suena como algo del pasado, como que, para la generación actual, cuesta pensar que tipos que se manejan de la manera pública como ellos lo hacen, se convirtieran en ídolos. Eso habla de cierta transformación en lo que el público espera de sus ídolos. Pero en 1995 los mensajes “pasados de rosca”, las peleas y este desparpajo de los Gallagher, lo eran todo. Y era algo muy divertido. Ellos además eran muy conscientes de sus personajes, los exacerbaron y caricaturizaron. Si tengo que resumirlo, creo que la música y la actitud de “no hay mañana, la vida es hoy”, y esas guitarras sobreproducidas han envejecido muy bien.

Otra edición de este artículo fue publicado en Culto en octubre de 2020.

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