El elefante Babar llega al Teatro del Lago de Frutillar

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Música, dibujo y narración se entrelazan en Babar: Dibújame una música. Foto promocional

El pianista francés Damien Luce, el ilustrador argentino Federico Mozzi y el actor chileno Néstor Cantillana se unen en el espectáculo que se presenta el fin de semana.


Fue en 1931 cuando el escritor y dibujante francés Jean de Brunhoff dio vida a Babar, el elefante, protagonista de su libro infantil La historia de Babar, que surgió de los cuentos que su esposa Cecile de Brunhoff le contaba a sus hijos. Vestido de traje verde, humita roja y corona, Babar protagonizó la colección de seis libros y las diez historias que desde 1948 escribió el hijo del autor, Laurent, que perpetuó su legado.

El personaje se hizo mundialmente conocido al llegar a la televisión, y además inspiró al pianista francés Francis Poulenc, quien entre 1940 y 1945 compuso La historia de Babar, el pequeño elefante, obra para piano y narración que este fin de semana debuta en el Teatro del Lago de Frutillar en el espectáculo Babar: Dibújame una música.

Inspirado en el clásico personaje, el show reunirá al pianista francés Damien Luce, quien interpretará obras de Francis Poulenc y Maurice Ravel, y al ilustrador argentino Federico Mozzi, que dibujará en vivo. Se les sumará un narrador, el actor chileno Néstor Cantillana, quien relatará las aventuras del famoso elefante.

Estrenado en Buenos Aires en 2014, el espectáculo de Luce y Mozzi se ha presentado también en Uruguay, Brasil y Perú. "Es un formato muy rápido y bastante frenético por momentos, las piezas también son muy enérgicas. Es imposible no dibujar a ritmo cuando uno está en el escenario, y los dibujos son influenciados por una cuestión melódica y de armonía", dice Federico Mozzi, cuyas ilustraciones se proyectan en una pantalla al fondo del escenario.

"Ha sido increíble, pues se forma un ambiente muy calmo, así que creo que respondimos esa interrogante de si el espectáculo funcionaba con niños tan pequeños", agrega.

Si bien Babar tiene un estilo de dibujo muy propio, Mozzi intenta no emular las ilustraciones originales, sino darle un giro. "Es una buena oportunidad para actualizarlo, para traer al día de hoy las ilustraciones en cuanto a estética, a temas y otras cosas. Es un cuento muy disfrutable y que se presta a hacer una versión propia, por lo que tratamos de usar a Brunhoff solo como guía, y ya verán qué elementos trae esta versión", explica.

En la segunda parte del espectáculo, los niños se transforman en sus protagonistas: ya sin narración ni ilustraciones, podrán dibujar lo que les inspire la música. "La pantalla tiene un efecto magnético en los chicos", dice Mozzi. "Les genera fascinación ver a alguien dibujar en principio, y la música también les encanta. Quedan muy activados para después dibujar en la segunda parte del show".

En esa línea, "es un proyecto que tiene una arista formativa, no porque el espectáculo vaya a ser una clase de algo, sino por la mezcla de las artes que se produce. A los niños les genera una experiencia artística que para nosotros posee un gran valor", concluye la directora del teatro, Carmen Gloria Larenas.

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