Autenticidad de tumba de hermano de Jesús sigue sin resolverse
<P>Reliquia es la única evidencia arqueológica sobre el tema.</P>
En 1980, en una construcción en Jerusalén, emergió una extraña caja. El recipiente contenía algunos huesos y una misteriosa inscripción. Examinado por expertos, se concluyó que era un osario del siglo I, fórmula de entierro judío de esa época.
La caja deambuló entre coleccionistas, hasta que cayó en manos de Oded Golan, quien en 2002 proclamó que el féretro era de Santiago, supuesto hermano de Jesús, la primera evidencia arqueológica sobre el tema. El miércoles, tras ser acusado de falsificar la inscripción del osario, la justicia israelí determinó que era imposible saber si el escrito es o no verídico y absolvió a Golan del cargo de falsificación.
La traducción de la inscripción se remonta al año 2002, cuando el osario fue examinado por André Lemaire, profesor de hebreo, arameo y epigrafía de la U. de La Sorbona (Francia). El experto aseguró que la inscripción en el osario, "Yaakov Bar Yosef akhui di Yeshua" podía ser traducido como "Santiago, hijo de José, hermano de Jesús", la primera evidencia arqueológica de la existencia de Jesús.
La noticia recorrió el mundo. El osario también. Ese mismo año recaló en el Museo Real de Ontario, en Toronto (Canadá), recibiendo la visita de más de 500 mil personas, seducidas por un artículo de la revista Time sobre el increíble hallazgo.
Pero parte de la comunidad científica estaba escéptica. El descubrimiento generó dudas y la molestia de la Autoridad de Antigüedades de Israel (IAA), que acusó a Golan de sacar una reliquia del país sin autorización y, peor, que la inscripción del sepulcro era falsa y que había sido hecha por el propio anticuario.
El miércoles, después de siete años de juicio, el juez a cargo del caso dictó sentencia. El fallo fue tan controversial como el descubrimiento: el juez dijo que era imposible saber si el osario era auténtico, aunque también era imposible saber si correspondía a una falsificación.
Uno de los primeros en dudar de la autenticidad de la inscripción fue Robert Eisenman, arqueólogo estadounidense y erudito bíblico, estudioso de los orígenes del cristianismo. "Varias cosas son sospechosas: la línea de la escritura es insegura. No existe ningún escrito que hable de un hermano de Jesús en el siglo I", dijo a Discovery News.
En efecto, no existe evidencia histórica de la existencia de Santiago, salvo algunas menciones en el Nuevo Testamento (en el Evangelio de Marcos y el de San Mateo), aunque existe la presunción de que sí vivió y murió lapidado el año 62 d. de C.
Lo que nadie discute es la data del osario. Sin embargo, la Iglesia Católica cree que Jesús no tenía hermanos. Eric Meyers, arqueólogo e historiador bíblico de la U. de Duke (EE.UU.), también es escéptico. "Es de dudosa procedencia y su forma de presentarse al público no es la habitual con artefactos de ese valor histórico", dice a La Tercera.
Duke señala que la justicia israelí no pudo probar que la inscripción era falsa, "pero de ninguna manera significa que sea auténtica".
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