Bossaball: el nuevo juego del verano que mezcla vóleibol, fútbol y acrobacias

<p>Fue traído este año desde Europa al país y ya ha sido exhibido en Maitencillo, Reñaca y Pucón. </p>




Fue creado en España, el año 2004, por el empresario belga Filip Eyckmans y desde entonces se convirtió en furor en Europa. En ese continente, justamente, lo conoció Cristóbal Tirado, quien decidió traerlo a Chile para darlo a conocer este año en diferentes balnearios del país. Se trata del bossaball, disciplina que mezcla vóleibol, fútbol y acrobacias, y que se ha convertido en la novedad de este verano. "Habíamos escuchado de este deporte, pero lo vi por primera vez en el sur de Francia y me fui directamente a Holanda para comprar la marca y traerla acá", cuenta Tirado, gerente general del Grupo Ligas.

¿En qué consiste? Para jugarlo, se necesita una cancha de bossaball (que es inflable y que tiene en cada lado una cama elástica circular), una red, cuatro o cinco jugadores por lado y una pelota. Al igual que el vóleibol, hay que lograr que el balón pase la red y toque el suelo rival. La diferencia es que aquí puede usarse cualquier parte del cuerpo para lograr el objetivo, lo que da espacio a acrobacias y espectaculares saltos. Un mismo jugador no puede tocar dos veces el balón con las manos en forma consecutiva y se permiten sólo seis golpes seguidos por equipo.

Para dar a conocer el juego, Tirado formó el primer grupo de bossaball chileno, que se encarga de hacer las presentaciones para enseñarle al público en qué consiste el juego y animarlos a subirse a la cancha. Ya han estado en Maitencillo, Reñaca y Pucón, enseñando gratuitamente esta disciplina, y la respuesta ha sido muy positiva: "Llama mucho la atención. Las personas no quitan la vista de la cancha porque les gusta ver las acrobacias que hacen los jugadores y se ríen cuando ellos se equivocan", sostiene Tirado, quien agrega que unas 2.500 personas han visto el juego este verano.

Felipe Altermatt (25), uno de los jugadores del equipo de bossaball, destaca que es un juego que atrae principalmente a los niños, aunque son los adultos los que más se atreven a practicarlo, especialmente por los saltos en las camas elásticas. Estas no están ahí sólo para ayudar a las acrobacias, sino que son parte del puntaje: si la pelota cae en el bossawall (anillo de goma que rodea las camas elásticas) o fuera del límite de la cancha no hay puntos. Pero si la pelota cae en la cama elástica del oponente son tres puntos.

Altermatt destaca esta disciplina deportiva por el exhaustivo trabajo aeróbico que permite, el que fortalece piernas y hombros en los 30 minutos que dura un partido. "No es un deporte fácil, pero sí muy entretenido. No hay que olvidar que se practica sobre una superficie irregular, lo que hace que cueste más controlar el balance del cuerpo y el remache de la pelota. Lo bueno es que siempre caes blandito", dice.

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