Bowie: el musical en diez canciones

Punta de flecha del espectáculo e intérprete de un total de 14 canciones, Gabriel Urzúa es el actor detrás del mismísimo David Bowie. Profesor de movimiento en la U. de Chile, conocía de antemano las canciones que interpretará desde octubre en el Teatro Municipal de Las Condes, aunque no con el nivel de profundidad que maneja en los días que corren. Una de ellas, a modo de ejemplo, Ashes to ashes. "Me gusta porque es una de las que están en el cierre, en el final de este musical. Una canción que tiene tres lugares de colocación del sonido en los que me gusta viajar", detalla Urzúa.

"Musicalmente tiene estructuras muy distintas -suma por su parte Daniela Castillo, Cocó Schwab en la pieza que es definida como un "concierto teatral"-, demuestra la elegancia que tiene Bowie para componer sin hacer explotar las canciones, pero sosteniéndolas en el vértigo y en la tensión hasta el final".

"Marca cómo un hecho histórico puede llegar a influir tanto en la música", piensa Gabriel Cañas sobre este sencillo de 1969. "Vino la llegada del hombre a la luna, y luego, de repente, tantas tendencias artísticas exploraron la especulación de la vida en otros planetas. Eso me parece muy interesante", considera quien hizo suyo el papel del también fallecido artista Lou Reed en el montaje. Cañas pondrá su voz al servicio de dos canciones del cancionero de Reed, cuya producción fue impulsada por el Duque Blanco.

La única entrada que exhibe Lou Reed en el Billboard Top 100 -y producida por Bowie - es un desafío vocal menos hiperbólico y distinto a la aplaudida y reconocida personificación de Freddy Mercury hecha por Cañas. En sus palabras: "Siempre me ponen de tenor dramático y de gritón porque tengo esas capacidades vocales, pero ahora soy Lou Reed, un olímpico del relajo y de lo cool; prácticamente tengo que hablar. Me parece un buen desafío entrar en otra tecla. Y sus letras son geniales. Alguien que traspasó muchos límites, siendo el primero que puso un hit sobre travestis en las radios".

Presente en el medley final de Bowie, El Musical, tras una hora y media estimada de duración; Starman es una de las piezas favoritas de Carmen Zabala, actriz a cargo de dar vida a Angela Barnett, la primera mujer de Bowie. Papel que ha puesto en marcha desde julio de este año, cuando comenzaron los ensayos. Sus armonías la remiten a otro lugar. "Es un clásico. Me gusta la letra, la canción, es de los 70, tiene una y mil versiones, y me traslada a otro lugar".

"Una canción más política por un lado y que está justo en el medio de un estilo musical que, diría yo, inventó Bowie: el plastic soul", considera Urzúa, mientras agrega: "Se trata de una tendencia musical en que los blancos tocaban música negra en los 70. Música funk, soul, disco. Y es una música que me gusta mucho".

"Cuando descubrí su historia, me encantó -añade Cañas sobre Fame, un hito importante en el la historia que cuenta Bowie, El Musical, pues marca el inicio de la época más cocainómana de la leyenda londinense-. Nació de una improvisación que hicieron juntos con John Lennon. Es más agresiva, más rockera. Las otras las encuentro más hippies".

A la hora de escoger algún nombre dentro de la banda sonora de este concierto teatralizado, su directora Emilia Noguera va por este trabajo de 1976. "Es una balada, una canción media romántica que habla del amor. Muy limpia. Muy distinta a lo que hace Bowie. Y con miles de versiones", explica contando que Felipe Martínez y Gonzalo Ramos, miembros del equipo en calidad de directores musicales, revisaron todas las versiones de las canciones -en vivo y en estudio- de quien partió hace nueve meses; para luego armar las versiones de este musical que, además de actores y una banda, sumará bailarines (entradas en www.tmlascondes.cl).

Cocó Schwab -Daniela Castillo- fue su mejor amiga, su mano derecha, quien lo rescató del hoyo de la cocaína y una de sus herederas. También se dice: fueron amantes. Cocó y Bowie, Castillo y Urzúa; armonizan sus voces en Heroes. "La letra describe una relación de amor. En el fondo, dice que podemos ser héroes aunque sea por un momento. Es una canción que la hizo para alguien con amor, y entre las teorías está que pudo hacérsela a ella", explica Castillo.

"Cuando era adolescente la escuchaba sin parar -recuerda Noguera- la encontraba esperanzadora y fue importante en mi adolescencia. Hay un momento en el musical en que, dentro de la historia, hay un recital y en él Bowie se transforma en Ziggy Stardust. Le dije a Olavarría -productor general- que si no iba... no dirigía - se ríe-; menos mal ya la tenía contemplada".

Para Francisco Olavarría, de Cultura Capital, es parte del repertorio obligado del hombre de Blackstar. "Es increíble. Y se sale un poco de su línea habitual. De las cosas del fanatismo que me genera, es que siempre estuvo investigando y asumiendo desafíos, en el pop, en el glam, en el soul, en los diferentes estilos. Investigó siempre. Me ha pasado que poca gente sabe que esta, es de Bowie"

"Marca el inicio de la creación de Ziggy Stardust en la historia del musical, la primera vez que presenta al personaje sin serlo todavía -cierra Urzúa-. Se corta el pelo. Lo tiñe de rojo. Y tiene un juego melódico muy lindo con una progresión muy extraña. Es lejos la más difícil. Y me gusta por eso: porque la encuentro difícil".