Bristol: La ciudad rebelde de Inglaterra

Vanguardista y contestataria, sus calles lucen con orgullo los grafitis de Banksy y entre sus habitantes se ha vuelto común el uso de su propia moneda, el Bristol Pound. Coronada como la Capital Verde Europea 2015, esta ciudad, a dos horas de Londres, ofrece caminatas con historia,&nbsp; arte callejero y festivales al aire libre. <br>




En una tarde de primavera de 1963, el joven Guy Bailey, originario de Jamaica, llegó a una entrevista de trabajo en la compañía de autobuses de Bristol. Se acercó a la recepcionista, se presentó, ella lo miró con dudas y se fue a otra oficina. Al regresar le dijo que las vacantes estaban completas, aunque el anuncio apenas había salido el día anterior. Desde el fondo se asomó el que parecía ser el jefe y le aclaró que en esa empresa ellos no empleaban a personas negras. El hecho desencadenó una de las potestas antirracistas más recordadas de Inglaterra, una de las tantas que han protagonizado los habitantes de Bristol en su historia y que la han convertido en una ciudad de espíritu libre, que tiene mucho que ofrecerles a los turistas que le dan una oportunidad. 

El puerto y sus alrededores

La historia cuenta que toda la opulencia y belleza de esta ciudad se debe a la riqueza que le dio el tráfico de esclavos. Dada su ubicación geográfica y su posición sobre el río Avon, Bristol fue un importante puerto. El circuito se iniciaba aquí: los barcos zarpaban con mercancías hasta África, lugar en el que recogían esclavos que eran llevados hasta Norteamérica e intercambiados por productos propios del continente, tales como tabaco, azúcar y oro. Pero para reivindicarla también hay que decir que en esta ciudad nació uno de los movimientos abolicionistas más influyentes de la región que logró terminar con la trata de personas en 1808.

El Harbourside,  como se le conoce a la zona del puerto que antiguamente albergó a comerciantes, esclavistas y marineros, hoy es un sector moderno y diseñado para pasear. Está repleto de cafés, restaurantes y tiendas. El sector más concurrido es el Harbourside Market, donde es usual que se instale una pequeña feria al aire libre ofreciendo panes caseros y productos ecológicos. En algunos locales un pequeño cartel advierte que se reciben Bristol Pounds, una moneda local y complementaria a la libra esterlina utilizada en el resto de Inglaterra. Ahí, entre los canales que se conectan con el río Avón, también se pueden realizar paseos en bote o simplemente mirar las embarcaciones pasar.

Para cruzar el canal y continuar la visita por el puerto hace falta atravesar dos puentes peatonales.  Al otro lado del canal principal se encuentra el M Shed, el museo más importante de la ciudad y a metros de éste se puede visitar el SS Great Britain, el primer transatlántico de pasajeros del mundo fabricado de hierro. En el corto camino que separa ambas atracciones hay containers y vagones de trenes antiguos, mientras que del otro lado, a orillas del canal, varios botes anclados son ocupados como viviendas.

Desde el puerto también se llega con facilidad a Queen Square, la plaza más importante de la ciudad, un cuadrado verde de cuidados jardines, rodeado por casonas antiguas y calles adoquinadas. Desde su construcción, hace más de 200 años, esta plaza ha sido lugar de protestas y manifestaciones: la más antigua fue en 1831, cuando cientos de personas llegaron al lugar enfurecidas por el rechazo a una reforma electoral que ampliaba la representación de la ciudad en el Parlamento. La última fue en mayo de 2015 en rechazo a políticas de austeridad económica. 

"Street Art"

Bristol es una de las ciudades que tiene algunas de las obras más conocidas del misterioso y famoso artista callejero Banksy. El mismo que en enero pasado pintó en las afueras de la embajada de Francia en Londres una imagen que hacía alusión a la crisis de los refugiados y a los atentados en París. Y aunque su identidad se desconoce, la cultura popular dice que es aquí donde nació y se crió, por lo que el recorrer sus obras ya es parte de los atractivos de la ciudad.

Stokes Croft es un barrio modesto ubicado en la zona centro- norte, que concentra a una gran cantidad de población joven e inmigrantes  mayoritariamente jamaicanos. Al caminar por la calle principal desde la rotonda Saint James Barton, entre sus casas pareadas, de tres pisos y ladrillo oscuro, es fácil encontrar pequeños bares, cafés y locales independientes, lo que contrasta con las grandes multinacionales del centro de la ciudad, a sólo un par de cuadras. También por esta ruta se asoman de inmediato las primeras piezas de arte callejero y uno de los más famosos murales de Banksy: Tres policías que retroceden ante la amenaza de un oso Teddy que sostiene una molotov. La imagen parece ser el reflejo de lo que ocurrió en 2011 en este barrio, cuando cientos de vecinos protestaron en contra de la instalación de un supermercado de una conocida empresa inglesa. La pintura está ubicada en una muralla del antejardín del Hamilton House, un edificio de cinco pisos, que fue cedido a la comunidad para desarrollar y crear proyectos sustentables.

De regreso a la gran rotonda y tomando Upper Mauddlin, no hace falta caminar más de 15 minutos para toparse con otra de las obras de Banksy. Justo frente al Hospital de Niños se encuentra la famosa imagen de la Reina Isabel II, en la que aparece con los ojos cerrados, usando su corona y un collar de perlas,  y con el rostro atravesado por un rayo al estilo Bowie. La imagen está algo escondida, en una muralla de un segundo piso sobre una pequeña tienda. Para poder ver otras dos obras del artista hace falta tomar un autobús, de esos de dos pisos, que llegue hasta la zona del centro o hasta el puerto.

Ingeniería de vanguardia

Isambard Kingdom Brunel es un nombre que suena fuerte en la ciudad. Este ingeniero inglés fue el encargado de diseñar SS Great Britain pero además trabajó en uno de los orgullos arquitectónicos de la ciudad: el puente en suspensión, inaugurado en 1864. A 75 metros sobre el río Avon, es un lugar ventoso, que diariamente cruzan unos ocho mil automóviles. También se puede ver a algunos peatones que van por un pequeño sendero enrejado, desde donde se obtienen vistas impresionantes de la ciudad y el acantilado.

El puente conecta el barrio Leigh Woods con el Clifton Village, una lujosa zona residencial  en los suburbios con casas de estilo georgiano, de colores claros y con un pequeño antejardín. Algunas de ellas han sido convertidas en cafés y tiendas elegantes que se pueden visitar mientras se pasea por las tranquilas calles.  Y aunque esta zona parece estar lejos de la ajetreada vida urbana, las apariencias engañan: hace sólo dos años aquí también se gestó una inusual protesta: un hombre se subió a un tanque de guerra para manifestar su rechazo al cobro por los estacionamientos en el sector. Como puede verse, el activismo es parte de la identidad de Bristol.T

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