Cinco señales que dio el Papa en Brasil
El llamado a hacer "lío"
El énfasis del Papa Francisco en la labor pastoral de la Iglesia fue fuerte y aludió a la necesidad de que los jóvenes hagan "lío", como dijo ante fieles argentinos en la Catedral Metropolitana de Río. El Pontífice reiteró el sábado esas palabras y el domingo pidió a los voluntarios que ayudaron a organizar la JMJ "que sean revolucionarios, que vayan contracorriente". Salir a las calles para marcar presencia fue precisamente lo que el Papa procuró hacer en Brasil.
La crítica a la Iglesia
Durante su semana en Brasil, el Papa dirigió varias críticas a su propia Iglesia, una de ellas el sábado, durante un almuerzo con cardenales y obispos: "A veces perdemos a quienes no nos entienden porque hemos olvidado la sencillez. (…) Tal vez la Iglesia se ha mostrado demasiado débil, demasiado lejana de sus necesidades, demasiado pobre para responder a sus inquietudes, demasiado fría para con ellos, demasiado autorreferencial, prisionera de su propio lenguaje rígido".
Denuncia política
En un Brasil sacudido por la ola de protestas sociales del mes pasado, el Papa se mostró resuelto a incursionar en terreno político para criticar desde un punto de vista ético problemas como el egoísmo y la corrupción, como hizo en la favela de Varginha: "Queridos jóvenes, ustedes tienen una especial sensibilidad ante la injusticia, pero a menudo se sienten defraudados por los casos de corrupción, por las personas que, en vez de buscar el bien común, persiguen su propio interés".
Competencia con evangélicos
Varios especialistas dudaban de que Francisco, defensor del diálogo religioso, llegara a Brasil con un ánimo de competencia con las iglesias evangélicas que le están quitando adeptos en este país. Pero el sábado llamó abiertamente a reconquistar fieles perdidos: "Hay muchos como los dos discípulos de Emaús; no sólo los que buscan respuestas en los nuevos y difusos grupos religiosos, sino también aquellos que parecen vivir ya sin Dios, tanto en la teoría como en la práctica... Hace falta una Iglesia que no tenga miedo a entrar en su noche. Necesitamos una Iglesia capaz de encontrarse en su camino".
Continuismo social
Pese al estilo simple del Papa y a su insistencia en cambiar las prioridades de la Iglesia, una frase suya al visitar un hospital de Río que atiende drogadictos mostró que en cuestiones sociales puede seguir la línea de los papas anteriores: "No es la liberalización del consumo de drogas, como se está discutiendo en varias partes de América Latina, lo que podrá reducir la propagación y la influencia de la dependencia química". Consultado por qué evitó hablar en Brasil sobre una ley que amplía el derecho al aborto u otra que contempla matrimonios entre personas del mismo sexo, Francisco respondió: "La Iglesia se ha expresado ya perfectamente sobre eso, no era necesario volver sobre eso".
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