Con bicicletas blancas recuerdan a ciclistas fallecidos
<P>El diseñador Arturo Aguilera, de 28 años, murió arrollado por un conductor ebrio en el Parque Bustamante esquina Santa Isabel.</P>
"Nunca me imaginé que haría una animita", dice Fresia Aguilera (32), hermana de Arturo Aguilera (28), diseñador y artista que murió en su bicicleta arrollado por un conductor ebrio en Ramón Carnicer (Parque Bustamante) con Santa Isabel, el 10 de agosto pasado. Ella es profesora. A menudo va al anochecer a prender velas a la capillita y a adornar con flores una notoria bicicleta pintada de blanco, de tamaño real, que encadenaron a un árbol contiguo.
"Arturo era un ciclista de muchos años. Fanático. A todos lados se movía pedaleando. Y era amante de la cultura de las bicicletas", relata. La noche que lo arrollaron venía de trabajar en la tesis de diseño industrial de su amigo Juan Carlos Acuña, titulada "Mejoramiento de ciclovías urbanas", hacia su casa en Brown Norte.
Por eso, cuando el 4 de septiembre sus amigos y familiares construyeron la animita en la vereda, Juan Carlos Acuña trajo una bicicleta que adosó al árbol. Días después la pintaron de blanco.
Peregrinación
En Santiago hay y ha habido antes otras animitas más antiguas con bicicletas. En el km 8 de la antigua Cuesta Lo Prado, al costado del túnel de la Ruta 68, está la animita del ciclista Rodrigo Restovic con su pistera bajo un peumo. Murió el 2 de febrero de 2008 por una rodada en la berma. Es lugar de peregrinación. Ciclistas de montaña dejan ahí sus botellas, llantas, reflectantes, zapatillas, pedales. Tiene varias placas y un homenaje del club deportivo donde Restovic practicaba.
En Rinconada de Maipú, a la bajada de un cerro, está la animita de Mauricio Hamame, quien se accidentó en bicicleta de montaña en 2001. Tiene una cruz hecha con el marco de su propia bicicleta. En Simón Bolivar al llegar a Tobalaba está la de otro ciclista muerto, pero su bicicleta fue arrancada y hoy está pintada en una pared como grafiti.
"Antes hubo una bicicleta en Nataniel al llegar al centro", dice Rodrigo Jerez, vocero del Movimiento de los Ciclistas Furiosos. "Pero la sacaron. Y otra en Vicuña Mackenna, paradero 6 aproximadamente", añade.
Casi por cosa del destino, un mes después de la muerte de Aguilera, al amparo de una velatón realizada en la animita, se creó la agrupación Ciclistas con Alas. Son una docena de pedaleros contumaces que están en campaña para evitar más muertes en las calles.
Pretenden no sólo mantener la animita de Arturo, sino también poner una "bicicleta fantasma" en otras ánimas de pedaleros muertos, como la de Francisco Javier Contreras, arrollado en marzo de este año por un bus del Transantiago y cuyo conductor quedó libre porque no tenía antecedentes. El abogado, que se mueve en bicicleta, Pablo Villar Maureira está haciendo una campaña para conseguir una pistera y pintarla de blanco. Cree que en enero la tendrán. Sería la segunda "ghost bike" de Santiago.
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