Condenan al H. de Talca por error al determinar sexo de bebé
<P>En 1993 un recién nacido sufrió una intervención quirúrgica ya que médico pensó que era mujer.</P>
El 8 de octubre de 2003 fue un día especial en la vida del niño, quien entonces tenía 11 años. Su madre había confirmado a través de un examen genético las sospechas con las que vivió por más de una década: no era una niña, sino un niño.
A contar de ese momento, y con el resultado del cariograma (mapa citogenético) que concluyó que su sexo era masculino, el menor decidió cortarse el pelo, ponerse una camiseta de la "U", usar un nombre masculino y empezar a vivir una nueva vida como hombre.
La situación que vivió el joven, hoy de 19 años, se debió a una negligencia médica ocurrida cuando nació, el 10 de abril de 1993, en el Hospital Regional de Talca.
"Apenas con un mes de vida, un médico le extirpó sus testículos en un procedimiento irregular en el que no se les consultó a los padres y que marcó la vida de esta persona para siempre", aseguró el abogado de la familia, experto en derecho de daños, Edgardo Reinoso.
Así quedó establecido en el proceso judicial que concluyó con un fallo de la Corte Suprema que condenó al Servicio de Salud del Maule a pagarle $ 100 millones al joven y $ 5 millones a cada uno de sus padres por el daño moral provocado por la cirugía practicada. Según detalla la demanda presentada por la familia del joven, nació de forma prematura, a las 31 semanas de gestación, en el Hospital de Talca.
Error
"Pesó 960 gramos. Al momento del parto se informó a la madre que era un niño. A las pocas horas, el cónyuge visitó a su señora y ella le consultó si había conocido a su pequeño, pero él le dijo que le habían señalado que era una niña", dice el relato de los padres. Ante la duda le consultaron a una matrona, quien "le entregó una disculpa señalándole que la niña era muy pequeña y que por eso no se podía ver con precisión el sexo".
Tras este incidente, el 8 de junio de 1993, el bebé fue operado por un pediatra, quien le extirpó los testículos. El médico, según el expediente judicial, les señaló a los padres que al sacar unas hernias inguinales "se encontró con gónadas masculinas y que procedió a extirparlas, porque él pensaba que la niña era portadora de una malformación conocida como sexo ambiguo".
Sin embargo, 10 años después, diversos exámenes confirmarían que la decisión de ese médico fue "anticipada" y constituyó "una falta de servicio", pues el menor no tenía útero, genéticamente tenía la combinación cromosomática del sexo masculino y, además, tenía próstata y un pene atrofiado. "Se alegó la prescripción de los hechos. Demostramos que el daño moral comenzó en él a los 11 años, cuando encontró su verdadera identidad sexual", dijo el abogado.
El fallo establece que el hospital debió hacer exámenes que les permitieran a los padres y a la víctima "decidir acerca de la extirpación de dichos órganos y la condición de hombre o mujer con la que enfrentaría la vida y a la sociedad".
El Servicio de Salud del Maule informó a este diario que acatará el fallo y aseguró que este hecho también fue "un episodio doloroso" para ellos.
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