Creadores de Little Miss Sunshine estrenan cinta con nieta de Elia Kazan
<P>El 8 de noviembre arriba a Chile <I>La chica de mis sueños</I>, la nueva comedia de Valerie Faris y Jonathan Dayton. </P>
En la jerga de la música pop se habla a veces del "síndrome del segundo disco". Es decir, un grupo o solista logra un debut tan formidable que su segundo trabajo defrauda a la mitad de sus seguidores y toda la empresa termina siendo un irremediable tiro por la culata. Los realizadores de Little Miss Sunshine, la cinta independiente más laureada del 2006 y 2007, estuvieron seis años esquivando aquel hoyo negro, buscando guiones por todos lados, leyendo lo que llegaba a sus manos e intentando tocar la tecla correcta. Finalmente supieron de una historia escrita por Zoe Kazan, actriz y nieta del legendario realizador Elia Kazan (Nido de ratas, Al este del paraíso). Jonathan Dayton y Valerie Faris comprendieron que lo que tenían entre manos podía ser oro. Así fue como hicieron su segundo filme. Era el primero en seis años y no estaba contagiado del maldito "síndrome del segundo disco".
La película se llama La chica de mis sueños y desde que se estrenó el 25 de julio en EE.UU. ha recogido críticas favorables. En Chile la espera no será eterna y los distribuidores la agendaron para estrenarse el 8 de noviembre. O sea, en dos semanas más. En otras palabras, antes de que sea demasiado tarde y ya esté disponible paralelamente en DVD, como sucede con cada vez más frecuencia.
La chica de mis sueños (el título en inglés es Ruby Sparks) es una comedia romántica que en sus primeros minutos deja de tomarse demasiado en serio y se pone fantástica, un poco a la manera de las historias creadas por Charlie Kaufman (¿Quieres sr John Malkovich?) y por Woody Allen en La rosa púrpura del Cairo y Medianoche en París.
Calvin Weir-Fields (Paul Dano), un escritor que tuvo a los 19 años un éxito literario demoledor con su primera novela, ha contraído la peor enfermedad literaria: el bloqueo creativo, la página en blanco, la mente a negro. Su primer título le dio tanto dinero que se compró una mansión en Los Angeles y aparte de vivir con un perro y una vieja máquina de escribir no hace vida social.
Va al siquiatra (Elliott Gould), le confiesa sus flaquezas y este le dice que no caiga en pánico, que escriba la primera nimiedad que pase por su cabeza. Aquella curiosidad termina siendo una historia donde aparece Ruby Sparks, la chica que para Calvin es perfecta: bonita, pero no tanto; inteligente sin pasarse de lista; torpe, pero con carisma. Calvin se enamora del personaje y a la mañana siguiente Ruby está ahí, en carne y hueso, vestida en casa, mirándolo desde el pasillo.
Ruby Sparks (la misma Zoe Kazan) se ha vuelto realidad, pero por un momento todos creen que lo único real es la locura de Calvin.
Las referencias a La rosa púrpura del Cairo no son un tabú para Zoe Kazan, que reconoce un cordón umbilical con la película de Allen, donde el protagonista se salía de la pantalla y entraba a la vida real. "Por supuesto que pensé en esa película cuando escribí el guion. Pero también en El día de la marmota. Me encantan los filmes que muestra una versión oblicua de nuestro propio universo. Eso es lo que quisimos hacer en esta historia", afirmaba a la prensa hace unos meses.
El filme también ha sido visto por algunos como una reinterpretación del mito de Pigmalión (un hombre que trata de manejar a una mujer a su antojo tal como el escritor de la película lo hace con el personaje de Ruby Sparks). Es más, Zoe Kazan comenzó escribiendo la historia con esa primera idea en mente. Luego vinieron los aportes de La rosa púrpura, El día de la marmota y, sobre todo, del ojo clínico de los directores de Little Miss Sunshine.
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