Crusoe y Selkirk: las dos historias que hicieron equivocarse a Piñera

<P>El jueves pasado, el Presidente confundió al personaje literario con el marinero escocés que vivió en el archipiélago Juan Fernández entre 1704 y 1709. La novela, en todo caso, está basada en el caso de Alejandro Selkirk.</P>




Hasta la tarde del miércoles, cuando llegó al archipiélago Juan Fernández, el Presidente Sebastián Piñera parecía tener clara la distinción entre Alejandro Selkirk y Robinson Crusoe. Al primero lo citó para graficar humorísticamente lo que les podía ocurrir a los parlamentarios que no aprobasen su plan de reconstrucción. Al segundo, recurrió cuando regaló la novela, titulada también Robinson Crusoe, a la biblioteca del archipiélago.

Al otro día, sin embargo, el Mandatario sufrió un breve lapsus que le hizo confundir al personaje histórico (Selkirk) con el de ficción (Crusoe).

"En esta isla vivió, durante cuatro largos años, Robinson Crusoe", dijo, y desencadenó una serie de correcciones públicas a travé de distintos sitios de internet.

De carne y hueso

"Alejandro Selkirk estuvo prisionero por ser marinero díscolo. Así que atención, que los díscolos que no quieran aprobar los proyectos de reconstrucción", comentó el propio Piñera cuando llegó a Robinson Crusoe, la isla más grande de las tres que conforman el archipiélago Juan Fernández.

Efectivamente, Selkirk fue un tripulante escocés de la nave inglesa Cinque-Ports que, en 1704, recorrió las costas chilenas. Tras discutir con el capitán de la nave, Thomas Stradling, y tratarlo de "ignorante" delante del resto de la tripulación, Selkirk fue abandonado en la actual isla Robinson Crusoe. Allí debió sobrevivir completamente solo. Según cronistas de la época, construyó dos cabañas, se alimentó de leche de cabra y adiestró gatos salvajes para controlar los ataques de ratones. En septiembre de 1709 fue encontrado por otra expedición inglesa comandada por Woodes Rogers y Edward Cooke.

En 2005, una expedición de la revista National Geographic encontró en la isla la punta de un compás de navegación junto a restos de una probable construcción de piedra que comprobarían la historia de Selkirk.

De ficción

A su regreso a Inglaterra, Rogers relató la historia del marinero escocés. Contó que al ser hallado, Selkirk había perdido el lenguaje y que parecía más salvaje que los animales. El relato fue recogido por el periodista Richard Steele, que publicó una crónica en The Englishman en 1713. Seis años después, Daniel Defoe se basó en esta historia para escribir su libro más famoso: Robinson Crusoe.

La novela, sin embargo, introduce elementos distintos: Crusoe es inglés, es el único sobreviviente de un naufragio y en la isla -que queda frente a las costas de Venezuela- encuentra a un nativo que bautiza como "Viernes" que lo acompaña en su experiencia.

Fue esta última historia la que Piñera se llevó para leer la noche del miércoles -según él mismo dijo-, antes de decir que Robinson Crusoe había vivido en el archipiélago chileno.

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