Debate por lucro en educación




LOS DICHOS del expresidente Ricardo Lagos en relación al lucro en educación superior generaron una fuerte polémica, por el hecho de que dejó abierta la posibilidad de evaluar su pertinencia. "Si hay lucro, esa gente debe pagar impuestos, porque el establecimiento es igual que una empresa cualquiera que tiene fin de lucro".

Aun cuando se trata de una definición general, que requiere mayores precisiones, es valioso que el exmandatario haya entrado al terreno de las propuestas, particularmente en un tema donde la ideologización ha cerrado por ahora la posibilidad de un debate sereno. Si bien el lucro en el caso de las universidades está prohibido -ello pudo haber tenido algún sentido cuando el nuevo sistema universitario se inició en la década de los ochenta-, no parece haber razones de fondo que justifiquen mantener tal restricción, pues no hay evidencia que demuestre que el lucro es en sí mismo incompatible con la calidad.

Permitir la existencia de universidades que persigan también un fin comercial abriría mayores espacios de elección a los alumnos e introduciría una sana competencia por obtener la preferencia de los estudiantes y acceder a los fondos públicos. Son los estudiantes quienes deberían tener el poder de decidir qué instituciones representan mejor sus intereses, y el juicio sobre la pertinencia de la existencia o no de lucro -incluso si se perciben fondos públicos- debería recaer en ellos.

Pero tal como sugiere el expresidente, si una institución persigue fines comerciales debe quedar sujeta al pago de los impuestos respectivos, lo cual no debería representar ninguna dificultad, dadas las amplias facultades fiscalizadoras con que hoy cuenta el SII. Es valioso entonces que este punto haya sido puesto en la discusión pública, y cabría esperar que los distintos candidatos fijen sus definiciones al respecto.

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