Dejar de fumar eleva los niveles de colesterol "bueno" en la sangre

<P>Investigación de la U. de Wisconsin dice que se produce un aumento de 5% de la lipoproteína de alta densidad o colesterol "bueno". </P>




Una sola bocanada de humo de cigarrillo contiene más de siete mil químicos, compuestos que a corto o largo plazo elevan el riesgo de sufrir una serie de enfermedades, como cáncer o ataques cardíacos.

Por eso, dejar de fumar trae un sinfín de beneficios. Uno de ellos fue recientemente descubierto por un grupo de investigadores de la Escuela de Medicina y Salud Pública de la Universidad de Wisconsin, en Estados Unidos: dejar de fumar produce un pequeño pero significativo aumento del HDL o colesterol "bueno" en la sangre.

La investigación, publicada en American Heart Journal, midió a 1.500 fumadores y comprobó que aquellos que dejaron de fumar durante un año -un 36% de la muestra- aumentaron en un 5% el colesterol HDL, a pesar de que subieron, en promedio, cinco kilos de peso. Este escenario podría reducir entre un 4% a 6% el riesgo de un ataque cardíaco en los próximos 10 años en esos pacientes. Un dato más que relevante, tomando en cuenta que 20% de las muertes por enfermedades cardíacas se deben al factor tabaco.

Es que el colesterol "bueno" es fundamental: esta lipoproteína es la encargada de llevar el colesterol hasta el hígado para ser eliminado del cuerpo. De esta manera, se evita que se provoque un aumento del colesterol circulante, se atasque en arterias o células y se provoque una obstrucción. Las personas que tienen un índice elevado de colesterol LDL o "malo" se les asocia con un mayor riesgo coronario. Generalmente, se espera que el colesterol "bueno" en los hombres tenga un índice de 40 miligramos por decilitro de sangre y en las mujeres debe ser mayor de 50.

¿Por qué el tabaco baja el colesterol HDL? Los investigadores no saben la causa exacta de este efecto. Sin embargo, estiman que las modificaciones que sufren las proteínas que intervienen el metabolismo del colesterol podrían verse afectadas por la exposición al tabaco. Efectos que también se ven a nivel pulmonar, celular o cutáneo y que son difíciles de contrapesar, ya que el tabaquismo es una adicción.

Es por esto que si no se puede dejar de fumar, los especialistas recomiendan, al menos, "bajar el número de cigarrillos diarios para promover cambios en el organismo y bajar la posibilidad de sufrir alguna enfermedad como presión arterial elevada, mayor resistencia a la insulina o menor capacidad de dilatación de los vasos sanguíneos", dice el neurobiólogo Jimmy Stehberg, de la U. Andrés Bello.

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