Dueño Bar Liguria: "Mi lealtad con Josefa está en decirle que se equivoca"
<P>Marcelo Cicali, dueño del emblemático Bar Liguria, levanta la voz por primera vez para tratar la polémica ordenanza municipal que limitó el expendio de alcohol y adelantó el cierre de los locales nocturnos en Providencia. Aunque apoyó la candidatura de la actual alcaldesa, Josefa Errázuriz, critica su poca disposición al diálogo.</P>
Cuando Fito Páez visitó el Bar Liguria de Manuel Montt la semana pasada, no pudo cumplir con su costumbre. Entró a las 00.45 horas, saludó a los garzones y les entregó un par de recuerdos. Lo normal hubiera sido que tomara unos tragos y esperara hasta el cierre del local, cerca de las tres de la mañana. Después, con las cortinas abajo y el restorán vacío, le hubieran servido un schop y se lo hubiera llevado al piano, donde hubiera interpretado algunas canciones sólo para los trabajadores. Esta vez, a las 1.15 hrs. le tuvieron que decir que debía irse, porque estaban cerrando antes de las dos de la mañana para no violar la nueva ordenanza municipal que adelantó el cierre de botillerías y locales nocturnos en Providencia, una polémica medida apoyada por la alcaldesa Josefa Errázuriz.
-Ah, bueno. Así es la vida. Ojalá que cambie, pero así es la vida -dijo el cantautor argentino, según Marcelo Cicali (46), el gerente "espiritual" del Liguria, un bar que consiguió notoriedad apelando a una gastronomía criolla y a la identidad de la izquierda nacional.
Fueron anécdotas como la de Páez las que convencieron a Cicali que debía alzar la voz. Otra noche, en el mismo local, vio cómo un guardia municipal amenazaba con un parte por ruidos molestos cuando el pianista ciego Rubén Gaete estaba tocando. "Me quedé pensando que para este señor, las notas del piano no eran más que ruido", plantea. El diálogo con otros empresarios gastronómicos y nocturnos, quienes le pidieron dar su opinión, reafirmaron su punto de vista.
Desde un comienzo, aclara que la poderosa franquicia de tres locales que ha construido con su hermano Juan Pablo -todos en Providencia- no se verá afectada mayormente en los números, a diferencia de los establecimientos con patente de bar y discoteque. Asegura que no habrá despidos como muchos otros comerciantes han anticipado. Su reflexión apunta a lo que, a su juicio, está detrás de la ordenanza municipal: una sociedad cada vez más aburrida y una autoridad municipal que no ha sabido cumplir con las expectativas puestas en ella.
"He estado en todos los procesos de la comuna desde el año 1990. Nosotros no somos los que estamos de paso por Providencia. Que se hagan cabildos me parece perfecto, siempre que me inviten. A mí nadie me invitó. Nos han tratado con mucho desdén", comenta.
¿Quién está de paso? ¿La alcaldesa?
De paso están muchos restoranes que tienen, según el Concejo y la alcaldía, externalidades negativas. Por cierto, los que no estamos de paso generamos otro tipo de actividades: con los vecinos, con los clientes, con nuestros trabajadores, proveedores y hasta nuestros fiscalizadores. Esto nos ha puesto como enemigos de todos. Es una cosa que nunca había sentido: ser enemigo de alguien. Nos han tratado como si nosotros fuéramos los provocadores de una situación bien etérea, de estas bandas de miles de personas que salen de los bares a ensuciar la comuna. No he visto eso, no lo sé. Es como el Plan Z. ¿Dónde están esos cubanos? ¿Dónde están esas miles de personas? No las veo. Sólo veo que los restoranes son puntos de encuentro, emoción, donde prevalece el patrimonio de la comuna.
¿Ha sido un cambio tan dramático?
A las dos de la mañana es un estado policial lo que se ve en Bellavista y Providencia. Es el Estado policial que no se ve cuando roban autos en mi barrio, en la Plaza Uruguay, o en Pedro de Valdivia Norte. No lo veo. No veo esa capacidad de respuesta frente a la delincuencia en Providencia.
¿A qué se refiere particularmente con que han sido tratados con desdén?
Los comerciantes y bolicheros han sido maltratados por la Municipalidad, han sido llamados "locatarios". Llevo 25 años de mi vida acá y me dicen "locatario". No me parece. No creo que el alcalde de Lima llame "locatario" a Gastón Acurio. Es un desprecio a nuestra actividad y no lo entiendo. Trátame con cariño, trátame con amor. Esta comuna tiene microbarrios, donde conviven el comercio, los vecinos y quienes trabajan aquí. Tampoco entiendo que haya quedado fuera de la ordenanza el Hotel Sheraton, que puedas ir a un matrimonio y tomar hasta la cinco de la mañana. Me da mucha pena, porque la relación con las autoridades se ha ido fatigando.
¿Conoce a la alcaldesa Josefa Errázuriz?
Es la alcaldesa por la que voté, a la que conozco, quiero y admiro. Pero creo que la lealtad significa decir cuándo las convicciones están erradas. Por convicción, tengo que hacerle ver que está equivocada. Ahí está mi lealtad: no encontrarle todo bueno.
¿Ha estado ella en el Liguria?
Sí. Ha estado varias veces, conmigo y también sola. Encantado que vaya. Ella ganó gracias al voto de rechazo al alcalde anterior y también ganó una primaria que hubo contra (Javier) Insulza y (Cristóbal) Bellolio. Cuando nació la candidatura de la Josefa, mi querida "Pepa", era como un poder nuevo, ciudadano, vecinal. No íbamos a ver blancos y negros, como en la época de (Cristián) Labbé. Queríamos una Providencia en colores y una de las promesas de la alcaldesa era una comuna inclusiva, que no fuera una dictadura. ¿Y qué señales nos está dando? El Estado castiga a quien maneja y consume alcohol y está muy bien que lo haga, pero sólo me dice "bájate del auto". Ahora la municipalidad me quiere decir "ándate para la casa".
Habiendo participado de la campaña de Errázuriz, ¿ha podido conversar directamente con ella en las últimas semanas?
Tuvimos una conversación hace un mes, pero ella ha persistido en su opinión como alcaldesa, lo que me parece válido, porque no me tiene que hacer caso a mí. Pero yo insisto en que la alcaldía está equivocada, que esto se tiene que conversar. Creo que el camino correcto es el que ha tomado Carolina Tohá, con su consulta ciudadana. Creo que se está operando mal, se están tocando mal las teclas, que están escuchando los consejos equivocados.
¿Qué tan representativas de la ciudadanía son esas voces o esos consejos?
Se han dejado llevar por la juventud, los nuevos funcionarios de la municipalidad. La política no se hace el domingo en la casa de los papás, se hace en la calle, conversando. No quiero creer que Revolución Democrática se ha transformado en el ISIS (Estado Islámico). Tal cual. Está bien que el Estado me prohíba, pero esto de estar previniendo así… Podemos prevenir el aborto prohibiendo las relaciones sexuales, po. Yo creo en la libertad, en los compromisos y en las conversaciones. En esto creo (golpea la mesa), en tender puentes.
Contradicciones del poder
Cicali camina todos los días desde su casa a su trabajo. Por su inconfundible traje negro, sombrero y lentes oscuros -una suerte de Blues Brothers criollo o un personaje salido de una película de Tarantino- la gente lo reconoce fácilmente en la calle. Le hacen obsequios y le preguntan por el nuevo local que abrirá en agosto de 2015 en el barrio Lastarria. En su trayecto se encuentra con otros empresarios gastronómicos, como José Fliman de El Huerto o Edgar De Litran, del De La Ostia.
- Nos han sacado más partes que nunca, por cosas como no tener el contenedor de la basura o tener el letrero de la patente donde siempre -dice Fliman.
-Hay mucha más vigilancia. Es como un toque de queda a las dos -agrega De Litran.
Aunque dice que la controvertida ordenanza no tiene color político, el dueño del Liguria lamenta que haya venido desde el sector político que lo representa y que ha caracterizado a su bar por décadas. Dice que el concepto "Izquierda Liguria" no le ofende; más bien le da algo de pudor.
¿Se siente traicionado por la alcaldesa después de darle su apoyo?
No, no, no. Yo tengo depositada toda mi confianza en el concejo y en la municipalidad.
¿No hay cierta contradicción en que esto ocurra con un municipio más "progresista" y no haya pasado con Cristián Labbé?
Por eso tenemos que ponernos de acuerdo. No me gusta ver la vida en blanco y negro, me gusta en colores, con matices. No me gusta que me digan qué hacer, que ordenen o que me prohíban. Esto va más allá del color político. Yo estoy fuera de ese juego, no me interesa.
¿Se puede homologar esto a las protestas de los padres por la "libertad de elegir la educación de sus hijos"?
Me parece que para generar los cambios que se necesitan tiene que haber fricciones, equivocaciones, pero por sobre todo tienen que haber convicciones de querer lograr acuerdos que logren y faciliten la convivencia de un país entero.
O sea a usted le gusta para dónde va el gobierno de Michelle Bachelet.
Me gustan las preguntas que se están poniendo sobre la mesa. No me gustan las respuestas todavía.
Volviendo al tema, se habla de "Prohibidencia". ¿Qué le parece esa campaña contra la ordenanza?
No me gusta, porque es un sarcasmo y es hablar con desdén del rol que tiene que cumplir la municipalidad, pero me parece sensato que los jóvenes lo sientan así. No te puedes sentir ofendido por eso. No nos gusta que nos prohíban las cosas.
Se vería extraño que revirtieran la decisión después de mantenerse tan firmes.
Los errores que cometemos es parte de la grandeza del ser humano, saber reconocer y saber reversar y saber corregir. Esto puede quedar en el pasado rápidamente. No nos desgastemos en esto. No vale la pena.
Las agresiones a los concejales no contribuyen demasiado a ese objetivo.
Me parece excelente que la gente tenga la capacidad de organizarse y de ir a manifestar su punto de vista, pero me parece pésima cualquier agresión y más si es homofóbica. Pero no nos quedemos en ese detalle, es una piedrita. Después de tanto pelotazo, hay que poner la pelota contra el piso y armar una jugada.
¿Y cuál sería la jugada?
Armar el puente que la municipalidad cortó. No puedes pretender que Providencia sea una comuna sólo de residentes. Nos pusieron un tremendo mall y ahí están los caracoles, el Drugstore, el Paseo Las Palmas, todos sobreviviendo. Pero parece que ser comerciante en Chile es cargar con una gran mochila.
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