El año en que el cine local estrenó 45 películas

<P><span style="text-transform:uppercase">[Record]</span> Sólo durante el primer semestre se exhibieron 24 largometrajes chilenos, es decir, la misma cantidad que en todo 2012. Nuevas estrategias de distribución y un acuerdo entre productores y exhibidores explican esta inédita cifra, que aún espera otros 21 filmes, de <I>Allende a</I> <I>Aurora</I>. </P>




Puede que las condiciones no se vuelvan a repetir y que todo esto sea sólo la "tormenta perfecta" de una serie de factores que contribuyeron a que el 2014 se instale como el año récord de películas chilenas en cartelera. Incluso, puede que para el 2015 falten algunos fondos estatales de ayuda a este sistema de distribución y quizás todo lucirá como un curioso caso de almanaque. Pero aún en tales circunstancias el camino andado debería servir para cosechar de los errores y certezas que agrupan 45 películas en un solo año. Esa es la cifra que se totalizará de aquí al 31 de diciembre, considerando sólo los filmes ya estrenados y las confirmaciones de lo que viene en el resto del año.

Hasta hoy se han exhibido 24 películas chilenas, apenas una cinta menos que durante todo el 2013 y dos más que en el 2012. Las 21 restantes comenzarán a desfilar en las pantallas grandes a partir del 7 de agosto, cuando se estrene El árbol magnético, una producción con capitales locales y españoles protagonizada por la chilena Manuela Martelli y el hispano Andrés Gertrúdix (El orfanato). El año se cerraría, hasta el momento, con el doble estreno -el 4 de diciembre- de Naomi Campbel, cinta de Nicolás Videla y Camila José Donoso filmada en la población La Victoria, y Fuerzas especiales, una nueva comedia con Rodrigo Salinas y Sergio Freire, que el año pasado estuvieron en Barrio universitario.

Estas dos últimas películas sirven para ejemplificar con cierta facilidad el sistema sanguíneo del cine chileno del momento: por un lado, un tipo de cintas sin estrellas, donde lo importante es la mirada del realizador y cuya respuesta de público muchas veces es baja. Por otro, la película orientada a cortar boletos con holgura, a menudo respirando el aire de la comedia y con la mayor cantidad de figuras posibles de la TV. En medio de ambos territorios hay un tipo de filmes de cineastas conocidos y cuyas obras tienden a pesar por la trama o por quién está detrás del lente: puede ser La danza de la realidad, de Alejandro Jodorowsky, que lleva 17.500 espectadores hasta el momento, o la próxima Allende en su laberinto, de Miguel Littin.

Buena parte de este voluminoso cuerpo de películas chilenas se explica por la existencia de tres sistemas nuevos de distribución y por la firma del Convenio de Desarrollo de la Industria del Cine Chileno entre gremios audiovisuales y los exhibidores. La iniciativa pionera es Miradoc, que desde el año pasado exhibe un documental al mes en todo el país y es organizada por Chiledoc. Le siguen Market Chile, instancia con fondos estatales que ha estrenado 11 largometrajes, y Territorio de Cine, la estrategia de estrenos de CinemaChile, con dos filmes hasta el momento y otros 10 programados para el resto del año. El convenio, a su vez, garantiza la permanencia de películas locales al menos durante dos semanas en varias cadenas de multisalas.

De acuerdo al último informe de la Cámara de Comercio Cinematográfica (más datos de Cinema Chile y Filmes de la Arcadia), las 24 películas del primer semestre de este año llevaron 239 mil 466 espectadores, una cifra muy por debajo de los 440 mil 708 de las mismas fechas del 2013. El año pasado, sin embargo, las dos películas que concentraron el mayor público en los primeros seis meses fueron Qué pena tu familia, de Nicolás López, con 190 mil, y Gloria, de Sebastián Lelio, con 140 mil. En el 2014, hasta ahora, no hay equivalentes a tales éxitos de taquilla, e incluso se da el caso paradójico que Aftershock, del mismo López, llevó apenas 1.880 personas.

Este segundo semestre, que concentrará cerca de 20 estrenos, debiera cambiar este nivel de asistencia. En el panorama se vislumbra al menos un película, que por tema y actores debería convocar muchos espectadores: se trata de Allende en su laberinto, de Miguel Littin. Protagonizada por Daniel Muñoz en el rol del ex presidente y Aline Kuppenheim como su secretaria Payita, tiene fecha de estreno para el 6 de noviembre. El largometraje del realizador de El chacal de Nahueltoro fue rodado en Chile y Venezuela y se concentra en el último día de vida de Allende en el Palacio La Moneda.

Antes de la llegada de aquella producción, que supera el millón de dólares en presupuesto y tuvo ayuda del Ejército venezolano en las escenas que involucran el asalto a La Moneda, la filmografía local tiene varias propuestas que ofrecer. Agosto, por ejemplo, será un mes particularmente generoso, con el estreno de las cintas de ficción El árbol magnético, Raíz y El verano de los peces voladores, y el documental El huaso. La primera es la mencionada cinta chileno-española de la hispana Isabel de Ayguavives sobre Bruno (Andrés Gertrúdix), un chileno radicado en Alemania que regresa a su país tras demasiados años fuera. La cinta, que llega el 7 de agosto, fue exhibida el año pasado en el festival de Venecia con buenas críticas en general. The Hollywood Reporter, por citar un ejemplo, afirmó que se trataba de una obra "sensible y perceptiva", capaz de realizar "un retrato íntimo de una extensa y compleja familia".

Para el 21 de agosto quedó agendado el estreno de Raíz, la cinta debut de Matías Rojas que ganó la competencia nacional del festival de Valdivia 2013. El trabajo es protagonizado por Mercedes Mujica en el rol de una muchacha que decide abandonar su hogar en Puerto Varas. La razón tiene que ver con los malos ratos que pasa junto a su autoritaria madre (Elsa Poblete) y con el interés en acompañar a un niño que va a la búsqueda de su padre, perdido en medio de ninguna parte en el territorio austral.

Una semana más tarde llegará El verano de los peces voladores, el primer largometraje de ficción de Marcela Said, ambientado en el sur profundo, como Raíz. La directora de I love Pinochet describe los agitados días de una familia acomodada que disfruta sus vacaciones en su casa-fundo de la Novena Región, al ritmo trepidante del conflicto mapuche. El centro de la trama es Manena (Francisca Walker), una joven que curiosamente comparte muchas características de la protagonista de Raíz. Tampoco se siente cómoda en el grupo familiar y su norte está lejos, fuera de ese ámbito, buscando ver qué pasa allá afuera. En este caso, lo que sucede más allá de su perímetro es el conflicto mapuche: habitantes incomprendidos, resentimientos, vida difícil, pobreza.

Definida como un largometraje de "poderosa atmósfera" por Stephen Dalton, de The Hollywood Reporter, la cinta de Said se estrenó en el Festival de Cannes 2013 y busca mostrar ambas caras de la moneda en la Novena Región.

El mes de septiembre verá el estreno de otro filme largamente dilatado desde su exhibición en el extranjero. Se trata de Las niñas Quispe, de Sebastián Sepúlveda, que el año pasado debutó en el Festival de Cine de Venecia con críticas muy buenas. El largometraje lo protagonizan Catalina Saavedra, Francisca Gavilán y Digna Quispe (sobrina de las auténticas hermanas Quispe) en los roles de las hermanas que en el año 1974 se suicidaron en conjunto. Aislamiento, altiplano feroz, vidas al límite. Todos estos elementos se repiten en una película que fue definida por Jay Weissberg, de Variety, como un "sorprendentemente hermoso debut".

Hacia fin de año, y por ahora el mismo 6 de noviembre en que se estrenará Allende, debería llegar a salas Aurora, la película de Rodrigo Sepúlveda basada en el caso real de una mujer que decidió darle una justa sepultura a un recién nacido abandonado en un basural. Ganadora en el Festival de Cine Miami, la tercera obra de Sepúlveda es protagonizada por Amparo Noguera, Luis Gnecco y Antonia Zegers.

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