El círculo de hierro de Madoff se acerca a la prisión

<P>Desde mañana, cinco de los ex colaboradores de Bernard Madoff empezarán a conocer las sentencias por su participación en la millonaria estafa piramidal que en 2008 remeció al mercado.</P>




El círculo de hierro de Bernard Madoff obtuvo millones de dólares entre salarios y beneficios como cómplices del fraude de US$ 17.500 millones que en 2008 afectó a miles de inversionistas del mundo a través de una estafa piramidal -basada en un esquema Ponzi-, considerada la más grande en la historia de Estados Unidos.

Ahora, los esfuerzos de los colegas de Madoff consisten en ganar tiempo mientras están tras las rejas.

A partir de mañana, cinco de sus ex colaboradores enfrentarán sentencias por la entrega de información falsa al mercado y la creación de una red de programas informáticos ficticios para mantener a flote la estafa durante décadas.

"Espero que las sentencias den una salida a la rabia, el dolor y el deseo de justicia que muchas de las víctimas han estado pidiendo", dijo Julian Moore, un ex fiscal que trabajó en el caso Madoff desde 2010 a 2013 y que ahora es director en K2 Intelligence, una firma de análisis de riesgo en Nueva York.

"Para muchos, su vida fue destruida por esta estafa", agregó Moore.

Los tres hombres y dos mujeres que trabajaron en las oficinas de Madoff en Nueva York -como asesores de inversiones desde principios de la década de 1960- están en libertad bajo fianza desde marzo, luego de que un jurado federal los encontrara culpables de fraude de valores y afines. Fue una victoria total para los fiscales en el primer juicio penal sobre la estafa.

La jueza del distrito, Laura Taylor Swain, quien supervisó el juicio de cinco meses en Manhattan, se apresta a dictar sentencias en unas audiencias que se prevé durarán, al menos, una semana.

El caso ha sido repetidamente retrasado, debido a que los abogados apelaron cada detalle de la causa, incluyendo a cuánto dinero deben renunciar los ex empleados.

De 20 a ocho años

Los ex trabajadores son Annette Bongiorno (67), quien dirigía la unidad de asesoría de inversión dentro del fraude; Joann Crupi (54), quien manejaba las grandes cuentas; Daniel Bonventre (67), ex jefe de operaciones de corretaje, y los programadores de computadoras George Pérez (48) y Jerome O'Hara (51). Este último había automatizado la estafa a tal punto, que durante la década del 90 la pirámide no hizo otra cosa que crecer.

En la corte, la oficina de libertad condicional de Estados Unidos sostuvo que los delitos merecen penas de 20 años para Bongiorno y Bonventre, y ocho años para Pérez y O'Hara. Además, el gobierno ha instado a la jueza Swain a dictar sentencias más duras, argumentando que los acusados permanecen sin arrepenti- miento y se niegan a llegar a un acuerdo sobre su complicidad en la estafa de Madoff.

Los abogados defensores, en sus diferentes presentaciones ante la corte han pedido clemencia, argumentando que sus clientes fueron declarados culpables por el solo hecho de trabajar con Madoff.

"Soldados"

En todo caso, las sentencias propuestas por la corte ya son más de lo normal por crímenes de cuello blanco y para algunos de los acusados ascienden a cadena perpetua "simbólica", afirmó Samuel Buell, un ex fiscal federal que ahora es profesor de la Duke University School of Law en Durham, en Carolina del Norte.

"Mucha gente no pensaría que una cadena perpetua o equivalente debe ser normal en un caso de cuello blanco", comentó Buell en una entrevista telefónica. "Si es así, ¿qué queda para los asesinos, la mafia y los terroristas?", inquirió.

Miembros del jurado dijeron creer que los acusados le habían mentido a la corte cuando argumentaron que fueron engañados por Madoff y que no tenían educación suficiente en la industria como para reconocer que estaban frente a un fraude como el que causaron.

Pero un jurado calificó al grupo como verdaderos "soldados" de Madoff y al estafador como su "comandante".

Los fiscales mostraron al jurado extensa evidencia de que los acusados recibían millones de dólares en beneficios y bonificaciones anuales, que incluían el uso ilimitado de tarjetas de crédito para gastos personales, incluyendo cruceros, colecciones de vinos, departamentos en Manhattan y vacaciones familiares.

Desde los 70

Madoff inició sus actividades fraudulentas durante la década del 70, enfocándose en miles de inversionistas, celebridades, jubilados y organizaciones de beneficencia judías. En 2008, en medio de la crisis económica internacional, sus ricos clientes empezaron a retirar dinero, haciendo colapsar la pirámide que comenzó con US$ 17.500 millones y que ya superaría del orden de US$ 47.000 millones.

Algunos clientes sólo supieron que habían perdido todos sus ahorros después de la confesión de Madoff y su arresto por parte de agentes federales, el 11 de diciembre de 2008, generando una extensa crítica hacia los reguladores, que no fueron capaces de detectar a tiempo la estafa. Al año siguiente, el empresario, de 76 años, se declaró culpable y actualmente se encuentra cumpliendo una condena de 150 años en una prisión de Carolina del Norte.

Según la corte, los cinco ex colegas de Madoff trabajaban concertados simulando operaciones y estados de cuenta falsos que afectaron a miles de clientes y engañaron a los auditores externos y la U.S. Securities and Exchange Commission (SEC), el regulador del mercado de valor estadounidense.

"Cada uno de los cinco acusados realizó actos ilegales para asegurar, continuar y hacer prosperar el fraude", sostuvo Moore, el ex fiscal.

En noviembre pasado, la corte estimó que el costo de liquidar la firma de asesoría de inversiones de Madoff para devolver el dinero a miles de víctimas ya había superado los US$ 1.000 millones, si bien los ex clientes del estafador no son los que pagan la cuenta.

Ese costo es sufragado por Securities Investor Protection Corp., que cuenta con el respaldo del sector y que administra el caso. Las víctimas, que pensaban que sus inversiones se usaban para comprar valores, han recibido casi US$ 6.000 millones por parte de Picard, desde que éste empezó a distribuir los fondos recuperados. La última distribución, de alrededor de US$ 349 millones, se realizó en mayo.

Picard se valió de centenares de profesionales para entender, luego desentrañar la estafa y finalmente determinar quién tenía reclamos legítimos y a quién era necesario demandar, indica la documentación de la corte.

Picard, de Baker Hostetler LLP, que tiene sede en Nueva York, recuperó el dinero por medio de centenares de demandas y acuerdos con clientes de Madoff y bancos que se beneficiaron de la estafa por más que no tuvieran conciencia de ello.

El equipo legal superó los US$ 10.000 millones recuperados el 17 de noviembre, luego de alcanzar un acuerdo con dos fondos que canalizaban dinero a la estafa, Primeo Fund y Herald Fund, ambos con sede en las Islas Caimán.

Los mencionados fondos acordaron pagar un total de US$ 497 millones para zanjar demandas por sus retiros de la firma de Madoff.

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