El mundo es más cálido para los que nacieron después de 1985
<P>Si usted tiene menos de 27 años, nunca ha vivido un mes cuya temperatura sea más baja que el promedio histórico. Son algunas de las conclusiones que se desprenden del último informe de la Organización Meteorológica Mundial: a nivel global desde fines de los 80 las temperaturas han subido entre 0,2 y 0,4 grados, un fenómeno que no da señas de retroceder.</P>
FUE una disminución de la temperatura global que superó los cuatro y medio grados Celsius la que desencadenó la última era del hielo hace unos 80 mil años. El período más templado en el que vivimos se conoce como el Holoceno, comenzó hace 10 mil años y fue bajo estas condiciones que el hombre desarrolló la agricultura y las civilizaciones. ¿Pero qué pasaría si se registra el fenómeno opuesto? ¿Qué ocurriría si en lugar de descender la temperatura aumenta en cuatro grados? Tres nuevos informes señalan que debido al cambio climático inducido por el hombre podríamos llegar a vivir un escenario como este hacia fines de siglo.
No sólo se registra un aumento sostenido de las temperaturas máximas desde 1985 a la fecha, sino que una de las principales consecuencias en la vida diaria se traduce en que los menores de 27 años nunca han conocido un mes en el cual las temperaturas hayan sido menores que el promedio. Acidificación de los océanos, disminución de las precipitaciones, retroceso de glaciares y fenómenos climáticos como tormentas extremas, formarán parte de la vida cotidiana de las generaciones nacidas desde la década de los 80, en la medida en que el calentamiento global aumente. Hablamos de un fenómeno que podría remodelar nuestro planeta, al punto que los científicos comparan su impacto con el que causó en el planeta la última glaciación.
Esta semana fueron dados a conocer tres nuevos estudios que alertan sobre este riesgo: todos apuntan a que hemos llegado al punto en el cual nos acercamos irreversiblemente al peor de los escenarios modelados por los científicos que desde 1979 intentan predecir el impacto del cambio climático en la temperatura global: el aumento de temperatura superará los cuatro grados. Uno de estos estudios, dado a conocer por la Organización Meteorológica Mundial (dependiente de la ONU), explica que los gases causantes del efecto invernadero se han elevado en 40% desde la era preindustrial hasta nuestros días. Y las emisiones no dan señas de retroceder. El mismo informe agrega que sólo desde 1990 el CO2 en la atmósfera ha aumentado en 30%, demostrando que el Protocolo de Kioto fracasó en su empeño de disminuir las emisiones globales.
Son estas emisiones las responsables de que fenómenos como las olas de calor sean cada vez más frecuentes en todo el mundo. Entre enero y octubre de 2012, por ejemplo, otro informe dado a conocer también esta semana por la Administración Atmosférica de Estados Unidos, Noaa, muestra que las temperaturas superaron el promedio histórico en todo el planeta exceptuando Alaska y el este de Rusia. Sólo en el hemisferio norte los récords de temperatura registrados en el pasado octubre sobrepasaron en 0,63 grados el promedio del siglo XX, en tanto que el octubre más frío se remonta al año 1912.
Otro estudio, presentado esta semana en la revista Science por científicos del Centro Nacional de Investigación Atmosférica de Estados Unidos, analizó los patrones de humedad global y su influencia en la formación de nubes considerando estos máximos de temperatura: las conclusiones también indican que hacia 2100 la temperatura se elevará en cuatro y medio grados centígrados.
En Chile los cambios son menos acentuados debido al efecto atenuante del Océano Pacífico; sin embargo, los especialistas señalan que en las últimas décadas la temperatura promedio se ha elevado entre 0,2 y 0,4 grados Celsius especialmente en las zonas interiores, lo que coincide con la tendencia global. Jorge Carrasco, de la Dirección Meteorológica de Chile, explica que como resultado hoy las nuevas generaciones experimentan días y noches más cálidos que los que les tocó vivir a sus padres o abuelos, especialmente en las zonas precordilleranas. "A diferencia de lo que ocurre en el hemisferio norte, nuestro país se ve beneficiado por el océano, que amortigua los cambios", señala el experto.
Pese a ello, uno de los principales efectos que podrán apreciar las nuevas generaciones es la disminución en las precipitaciones, condición que también se ha acentuado desde 1985 a la fecha en nuestro país. A mediados de la década pasada, una medición realizada por expertos de la U. Austral en 89 estaciones meteorológicas ubicadas entre Concepción y Puerto Aysén señalaba que sólo en la década de los 90, las precipitaciones habían disminuido en el sur de Chile entre 40% y 50%, en tanto que otro estudio de la Universidad de Chile estima que para 2100 las lluvias se reducirán hasta en 30% entre las regiones de Coquimbo y Los Lagos.
Esto ayuda a entender también fenómenos como el retroceso de glaciares en el sur de Chile. La zona más estudiada corresponde a los Campos de Hielo, que presenta el retroceso más notable. Son los glaciares más grandes de toda Sudamérica y según investigaciones del Centro de Estudios Científicos de Valdivia (Cecs), presenta tasas de adelgazamiento de hasta 30 metros por año, la mayor de la región y una de las principales en el mundo.
El nivel del mar
A esto se suman efectos como el que afecta al glaciar Pine Island, en Antártica, que según mostraron imágenes satelitales esta semana amenaza con liberar al océano un iceberg del tamaño de Nueva York. Datos del Panel Intergubernamental de la ONU para el cambio climático (Ipcc) señalan que debido al derretimiento de los hielos, sumado a la expansión térmica que ocasiona el calor en los océanos, el nivel del mar subió tres centímetros entre 1993 y 2009. Se estima que si los glaciares chilenos desaparecieran, aportarían en 10% al aumento de los mares en el mundo.
Los gases invernaderos también están causando una acidificación de los océanos que se acelera a un ritmo sin precedentes, ya que los mares absorben parte del CO2 que se libera a la atmósfera. Un estudio del Proyecto Europeo Sobre la Acidificación de Océanos dado a conocer este año dice que, como resultado del aumento de estos gases de efecto invernadero, se está saturando su capacidad de absorción, lo que implica que la acidificación aumentó en 30% los últimos 175 años.
De ahí que tras el fracaso del Protocolo de Kioto en reducir los gases de efecto invernadero en 5%, todas las esperanzas estén puestas en conseguir un compromiso más agresivo para la reducción de emisiones que permita detener este proceso. El Informe del Banco Mundial especifica que de no lograrse este acuerdo, el incremento alcanzará el peor de los escenarios proyectados desde la década de los 90, llegando a un aumento de cuatro grados centígrados hacia 2060.
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