El universo oscuro y salvaje de Donna Tartt

<P><span style="text-transform:uppercase">[historias violentas]</span> </P> <P>El derrumbe de una familia es el corazón de <I>Un juego de niños</I>, la nueva novela en español de la autora estadounidense que obtuvo el premio Pulitzer 2014 por <I>El jilguero</I>. </P>




na familia que narra su historia, las zonas oscuras de sus integrantes, las alegrías y también las muertes que marcan. Como en muchas familias, los Cleve vivían sus propias tragedias. Charlotte tenía un primo que había fallecido en un incendio, y siendo ella pequeña un tío murió en un accidente. Aun así, nada la preparó para la mayor tragedia de todas: la muerte de su hijo Robin.

"Pero lo de Robin, su pequeño Robs... Al cabo de más de diez años su muerte seguía atormentándolos; no había forma de embellecer los detalles; aquel horror no permitía reparación ni cambio alguno mediante ninguna de las técnicas narrativas conocidas por los Cleve", se lee en Un juego de niños, la segunda novela de la escritora estadounidense Donna Tartt (1963).

El ejemplar, que ahora llega a Chile editado por el sello Lumen, es sin duda consecuencia del éxito de la publicación de El jilguero, novela que obtuvo el Premio Pulitzer 2014, elogiada en todos los idiomas y por autores como Stephen King. Incluso Tartt fue considerada por la revista Time entre las 100 personas más influyentes del 2014. Un acontecimiento literario para la tercera novela de una autora de sólo tres libros, publicados con una década de distancia: El secreto (1992), Un juego de niños (2002) y El jilguero (2013). La primera, de más de 700 páginas, la segunda sobre 800 y la última supera las mil.

Había pasado una década, pero la familia Cleve no lograba comprender aún la muerte de Robin, de 9 años, quien un día apareció colgado de un árbol en el jardín de la parcela familiar en Mississippi. Fue cuando se reunían a celebrar el Día de la Madre.

Desde entonces Charlotte, la madre de Robin, dormía a medias, sufría, y todavía despertaba delirante decidida a llevar a su hijo al colegio. Finalmente vivía "en medio de una neblina narcótica", anota Tartt en Un juego de niños.

La historia a lo largo del libro es guiada por Harriet, la hermana menor de Robin, quien se obsesiona con su muerte. ¿Quién mató a Robin? El caso estaba cerrado. El padre, Dix, se había ido a Tennessee con una amante. Harriet sospecha de un joven campesino llamado Danny Ratliff, ex compañero de colegio de Robin.

Ante su aparición en 2002 el diario The New York Times escribió una larga reseña donde asocia al libro a "una tradición salvaje y oscura". Y sobre el personaje de Harriet, anota: "El paso a la madurez es un calvario terrible en que la autoconciencia adulta llega con la fuerza de la tragedia". Agrega que el libro parece "destinado a convertirse en un tipo especial de clásico, un libro que los lectores jóvenes arrancan de los estantes de sus padres y devoran con avidez secreta, encantados de descubrir un escritor que parece leer sus mentes".

Era una autora oculta. Donna Tartt nació en Greenwood, Mississippi, EE.UU., en 1963. A los 18 años ingresó a la residencia de escritores Bennington College, donde hizo amistad con Bret Easton Ellis (American Psycho), quien le presentóun agente y gracias a él logró un jugoso contrato con la editorial Knopf. Un adelanto de US$ 450 mil.

Así nació El secreto, con una tirada inicial de 750 mil copias. Pero la novela vendió cinco millones de ejemplares y fue traducida a una veintena de idiomas. La historia, inspirada en su paso por Bennington College, relata un misterioso asesinato ocurrido en el departamento de lenguas clásicas de Hampden College, institución universitaria de Vermont.

"Yo empecé a escribir en el primer año de universidad. Uno de mis mejores amigos era Bret Easton Ellis. Para Bret, y yo estaba de acuerdo, todo empieza con un estado mental (...) No sé cómo encapsularlo: es una oscuridad muy de California que también han sabido captar Raymond Chandler, Joan Didion o David Lynch... En el caso de mi primera novela, El secreto, lo primero fue una angustiosa sensación de aislamiento opresivo", dijo Tartt el año pasado al diario El País.

Un estado opresivo que también siente el lector de El jilguero. Un atentado terrorista hace explotar parte del MoMA de Nueva York. El cuadro El jilguero (1654), del holandés Carel Fabritius, estaba expuesto en sus paredes. La pequeña obra maestra queda en poder de Theo Dicker, de 13 años, quien lo conservará por más de una década.

¿Habrá que esperar hasta el 2023 para leer otra novela de Tartt? "Formo parte de la industria editorial durante unas cuantas semanas cada diez años y luego desaparezco. Cuando regrese con mi cuarto libro no sé cómo serán las cosas, pero seguro que habrán vuelto a cambiar", señaló el año pasado la delgada escritora antes de desaparecer.

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