Encuentran eslabón clave entre monos y grandes primates que dieron origen al hombre

<P>Científicos de EE.UU. descubrieron el que sería el último eslabón de los catarrinos: los antecesores de todos los simios que habitaron el planeta hace 40 millones de años y de cuya descendencia surgieron dos ramas: macacos y primates superiores, como el hombre. El hallazgo revela que éstos se separaron hace 24 millones de años y no 30 como se pensaba.</P>




Que los hombres vienen del mono es en realidad nada más que un dicho. En realidad, la rama de los grandes primates, desde donde aparecieron los gorilas, chimpancés, orangutanes y finalmente los homínidos que dieron forma al hombre moderno, proviene de la familia de los catarrinos, formada hace 40 millones de años.

De este orden de animales con características en común -como la dentadura, la nariz con un prominente tabique nasal y una cola no prensil o derechamente inexistente- nacieron dos ramas de familias que existen hasta hoy: los monos del viejo mundo, como macacos y papiones, y los grandes simios, desde donde aparecieron los hominoides.

Pero el momento de esa separación ha sido por mucho tiempo un misterio para los paleontólogos, quienes estimaban que había ocurrido hace 35 ó 30 millones de años atrás. Ahora, el descubrimiento de fósiles de un especimen desconocido en Arabia Saudita entrega pistas sobre el momento exacto en que se produjo esa división en las especies.

Claves del eslabón

El estudio, que publica hoy la revista Nature, indica que esta nueva especie, llamada Saadanius hijazensis, es la última conocida de la línea de los catarrinos, antes que éstos se dividieran en monos del viejo mundo y grandes primates.

William Sanders, líder de la investigación realizada en Arabia, señaló a La Tercera que esta nueva especie posee dos elementos claves que la califican dentro del grupo: la formación de sus dientes -que incluye dos incisivos, un canino, dos premolares y tres molares- y una estructura auditiva comparada con la de la especie. "Si miramos nuestra dentadura, podemos ver los restos de una forma dental primitiva", señaló el experto.

Los restos encontrados corresponden al cráneo parcial de la creatura que no debería pesar más de 20 kilogramos. Los exploradores esperan seguir excavando para poder encontrar su estructura ósea completa.

Una nueva teoría

Pero lo más importante de este descubrimiento, según el equipo de la Universidad de Michigan, es que este hallazgo supone un cambio en la teoría evolutiva de la especia humana, ya que el paso de la especie primitiva a los simios modernos ocurrió más temprano de lo que se creía.

"La antigua teoría, basada en la comparación de los primates vivos y que estimaba que la división había ocurrido hace 35 a 30 millones de años, está errada", dice Sanders al explicar una de las grandes conclusiones del estudio.

Esto, porque el Saadanius tiene una data aproximada de 28 a 25 millones de años de antigüedad, lo que llena el antiguo vacío evolutivo que había entre 30 y 22 millones de años atrás.

Condiciones de la evolución

El investigador también señala que es muy importante conocer la data de los restos, no sólo para poder armar un árbol evolutivo, sino que para poder entender en qué condiciones se produjo esta evolución.

"Es importante tener una fecha de divergencia lo más exacta posible, para así poder conocer cuál fue el clima, animales, plantas, geografía y competencia presente en la época que llevó a crear esta separación que eventualmente dio con el origen de nosotros".

La nueva pieza de este puzzle evolutivo también despejó las dudas sobre otras dos especies encontradas en Kenia con antelación: el Kamoyapithecus y el Proconsul. Al ser previamente los simios más antiguos encontrados a la fecha, se dudaba si pertenecían al grupo de los grandes primates o se trataba de especies de transición. "Ahora podemos señalar con certeza que se trata de verdaderos hominoides".

Mirando hacia atrás, también se comprueba que especímenes como el Aegyptopithecus, hallado en Egipto, son simplemente ancestros de esta nueva línea de catarrinos, por lo que nada tienen que ver con los primates que dieron origen al hombre.

Finalmente, William Sanders señala que si bien este hallazgo no reorganiza el árbol evolutivo de los primates, sí sirve para llenar un gran vacío de información que antes no existía dentro de la familia de los catarrinos.

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