Estados Unidos alista extradición de ex mirista que vive hace 27 años en Nueva York

<P>R Tribunal de Inmigración visó la deportación de Víctor Toro a Chile, "por el clima seguro del país". </P>




Víctor Toro Ramírez (68) fue exiliado en 1977. Después de ser torturado en el régimen militar, por su rol de miembro fundador del Movimiento de Izquierda Revolucionaria (MIR), se asiló en Cuba, luego en Nicaragua y, más tarde, en México.

En 1984 decidió cruzar ilegalmente la frontera hacia Texas, Estados Unidos. Dos años más tarde se radicó con su esposa y su hija en el sector sur del barrio del Bronx en Nueva York.

Han pasado 34 años sin pisar suelo chileno. Un paréntesis que pronto podría terminar, porque el ex mirista está a punto de iniciar un retorno al país que dejó, curiosamente, a los 34 años de edad: un tribunal de inmigración norteamericano falló en su contra, en primera instancia, en el marco de la causa para su deportación que comenzó en 2007.

Ese año, en medio de un viaje en tren a Buffalo (Nueva York), fue arrestado por no portar la documentación necesaria para acreditar su residencia legal en el país.

El caso ha despertado interés en Estados Unidos. Tanto así que ayer el influyente The New York Times publicó un extenso artículo sobre la vida de Víctor Toro en Estados Unidos y sobre el fallo del tribunal que visó su regreso a Chile.

Según explica su abogado, Carlos Moreno, si es expulsado, Víctor Toro podría sufrir duros efectos psicológicos y emocionales.

"En Chile no tiene a nadie. Su red de apoyo social está acá. No es una exageración decir que si Víctor tuviera que regresar, su vida corre peligro, porque una persona no sólo se arriesga si la están buscando para matarla, también si no tiene los medios, los soportes y el apoyo. Tiene 68 años y ya no es una persona joven", explica el abogado defensor desde EE.UU.

En el Tribunal Federal de Inmigración, la jueza Sarah Burr reconoció el estatus de perseguido político de Toro por las torturas que recibió en Chile, pero no impugnó su deportación a Chile, porque -según dijo- el país se presenta como un lugar seguro después de haberse restaurado la democracia en 1990.

Frente a ello, su defensa interpuso un recurso en el tribunal federal de Virginia, que será votado dentro de seis meses. Para ello, presentarán el testimonio de su médico, que asegura que la salud de Toro ha sido deteriorada por el juicio. También, dice su abogado, mostrarán su contribución por las minorías en Estados Unidos.

"Estamos luchando a diario, no creemos en la justicia norteamericana. Hemos presentado tres peticiones y todas han sido negadas (...). Tenemos algunos familiares bien adultos en Chile, pero sabemos que con la edad que tenemos no hay trabajo para nosotros allá. Toda la vida hemos sido personas trabajadoras", dice su esposa, Nieves Ayress, quien también fue torturada durante la dictadura militar.

Ella sí tiene residencia en Estados Unidos, también la hija y la nieta de ambos. Pero Toro nunca quiso acogerse al asilo legal, porque -según explica su abogado- lo haría siempre y cuando cambiaran las leyes de inmigración norteamericanas.

De La Vega a La Peña

Comprometido con la defensa de los inmigrantes ilegales, Toro en su centro cultural y político La Peña, -creado en 1986-, en El Bronx, ayuda a inmigrantes, indígenas, seropositivos y a diversas minorías. "Le tengo gran respeto y admiración. Es de un origen muy humilde, fue cargador en La Vega y por amistades en el partido fue adquiriendo mayor conciencia y preocupación política, así ha logrado superarse cultural e intelectualmente", recuerda, sobre Toro, Andrés Pascal Allende, fundador y ex secretario general del MIR.

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