Explosión en Texas genera devastación y extiende sicosis en Estados Unidos

<P>El estallido en una fábrica dejó al menos cinco muertos, además de 160 heridos.</P>




Sólo la lluvia en algo contribuyó ayer a apagar el incendio en la pequeña localidad de West, en el estado norteamericano de Texas, tras la gigantesca explosión en una fábrica de fertilizantes la noche del miércoles, que dejó al menos cinco muertos y más de 160 heridos. "Fue como una bomba atómica colocada en el jardín", dijo el alcalde del pueblo, Tommy Muska. Tan potente fue el estallido, que provocó un temblor de 2,1 grados. Y el impacto no sólo se sintió en Texas, sino que también en el resto del país, que sufre un estado de sicosis colectiva, casi comparable al efecto que provocaron los atentados del 11 de septiembre de 2001.

Las autoridades locales sostenían que lo más probable era que la detonación haya sido un accidente, pero de todos modos se inició una exhaustiva investigación para descartar la hipótesis de un atentado. Ello, porque la explosión ocurrió con el recuerdo vivo del atentado en el Maratón de Boston, que el lunes provocó la muerte de tres personas y 180 heridos. Ese ataque ha impactado al país, porque ocurrió en un evento deportivo histórico y porque dejó al descubierto lo vulnerable que aún es Estados Unidos, pese a todas las medidas de seguridad adoptadas luego de los atentados contra las Torres Gemelas.

Pero también porque lo de Boston y lo de Texas ha ocurrido en una semana muy sensible para el país: entre el 16 y el 20 de abril se han registrado las mayores matanzas en Estados Unidos en los últimos 15 años, con excepción del 11/9. Un 19 de abril un camión-bomba destruyó un edificio federal en Oklahoma City, provocando la muerte de nada menos que 168 personas, en el peor atentado en la historia del país, después de los ataques de septiembre de 2001. Su autor, Timothy McVeigh, habría querido vengar la muerte de los miembros de una secta davidiana que dos años antes protagonizó un suicidio colectivo en Waco, muy cerca de donde ocurrió la explosión del miércoles en Texas. Los hechos en Waco también ocurrieron un 19 de abril, aunque en 1993. El líder de la secta apocalíptica, David Koresh, instó al suicidio a sus seguidores en un rancho, y las fuerzas de seguridad debieron intervenir. Entre los fallecidos había 17 menores de 10 años.

Como si fuera poco, el 16 de abril de 2007, el estudiante surcoreano Cho Seung Hi mató a 32 personas en la Universidad Politécnica de Virginia, para luego suicidarse, en lo que ha sido la peor masacre en un centro educativo de EE.UU. Cho cometió su masacre en "homenaje" a los dos estudiantes que lideraron la matanza en la escuela secundaria de Columbine, ocurrida el 20 de abril de 1999. Todo esto mantenía con los nervios de punta a la sociedad estadounidense. Ayer, la policía debió evacuar parte del aeropuerto de Miami tras encontrar un paquete sospechoso, y el martes fue detenido un vuelo de US Airways, procedente de Filadelfia, en el aeropuerto internacional Logan de Boston.

"Una pesadilla"

"Esto es un verdadero escenario de pesadilla", dijo ayer el gobernador de Texas, Rick Perry, mientras que Barack Obama sólo ha recibido malas noticias en una semana "horribilis". Porque además, en medio de estos eventos, el Senado rechazó una mayor regulación en la compra de armas propuesta por el mandatario.

Las autoridades en Texas dijeron que al menos 75 casas quedaron dañadas y lo mismo ocurrió con varios negocios y un complejo de edificios. "Tenemos una gran cantidad de heridos", señaló D.L. Wilson, portavoz del Departamento de Seguridad Pública. Tanto Wilson como otros testigos han comparado la explosión con el atentado en Oklahoma City de 1995. De hecho, algunos expertos indicaron que la planta en West fabricaba materiales parecidos a los que usó Timothy McVeigh para elaborar la carga explosiva que demolió el edificio federal Murrah.

Según el Dallas Morning News, lo peor que podría haber ocurrido en la explosión en la planta de fertilizantes habría sido una dispersión de amoníaco, algo que había sido advertido años atrás por la Agencia de Protección del Medio Ambiente en un informe.

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