Festival Maquinaria cierra su versión más diversa con Calle 13 como protagonistas
<P>Ayer, Slash, Deftones y Jorge González también marcaron los peaks de asistencia. Llegaron un total de 25 mil personas. </P>
"Se la dedico a todos los gobiernos que no escuchan a la lucha estudiantil", dice Residente de Calle 13 antes de presentar su canción La Bala, y el público estalla en un grito: el grupo de Puerto Rico protagonizó el momento más alto de la segunda jornada del Festival Maquinaria, quizás también la única alusión contingente, frente a un público que inauguró el baile y los festejos en una versión marcada por el metal más duro. Un público que, además, en su mayoría se quedó a bailar con la frenética actuación de The Prodigy, el cierre del festival.
Fueron 25 mil personas, según cifras de la organización, las que llegaron hasta el Club de Campo Las Vizcachas. Sumado a los 30 mil de la primera jornada, la producción ya confirma una cuarta versión, en el mismo recinto. Y seguirán también con sus versiones internacionales en México y Argentina.
Una jornada más ecléctica, donde la mayoría del público con polera negra del primer día -marcado por el metal- fue desplazada por asistentes con gafas de borde fluorescente, y donde los números principales iban amarrados a la propuesta urbana de Calle 13 hasta el rock de Deftones. El público confirmó además la tónica de la primera jornada: mayoritariamente joven, sub 30, contra la asistencia más madura de las versiones de 2010 y 2011. Además, en su mayoría, sólo se decidió por los números protagónicos, por lo que la afluencia de gente, en ambas jornadas, llegó en el último tramo del día.
Ese desajuste en el arribo del público hizo que la reciente entrega del evento tuviera un evidente contraste con sus dos ediciones anteriores: en ambos casos el promedio fue de 45 mil personas diarias. Incluso en el primer día del año pasado -con Alice in Chains y Faith No More- se totalizaron 60 mil fans. Esta vez, el line-up sólo generó interés en nombres específicos, no en su globalidad. ¿Otro punto de análisis? Aunque en la semana Carabineros fijó en cerca de 20 mil fans la asistencia por día, la promoción 2x1 de última hora impulsada por los promotores logró repuntar las ventas.
Cumbia metalera
Ayer, todo partió con Villa Cariño, que entraron con más de media hora de retraso al escenario Pepsi con su "cumbia adolescente". El conjunto tuvo que tocar bajo los 28 grados que a esa hora caían sobre Las Vizcachas. En paralelo, Pánico ya alistaba su partida desde uno de los dos escenarios principales. La banda prendió al par de miles de asistentes con sus muy enérgicas rendiciones de Demasiada confusión, Transpíralo o la más nueva Algodón. A esa hora un camión cisterna con logo municipal combatía el calor tirando agua sobre los asistentes (apareció sólo en el segundo día), luchando además contra el mismo problema que se recuerda de la versión anterior del Club Hípico: el polvo y la tierra, que durante la actuación del grupo de punk gitano Gogol Bordello, derechamente tapaba la visión de la banda.
Los neoyorquinos completaron un show casi calcado a sus dos presentaciones anteriores, levantada por el carisma de su vocalista, Eugene Hutz, quien jugó a tirar vino con una botella en su entrepierna. En paralelo, el escenario Pepsi recibía la propuesta de Camila Moreno, reinventada desde el folk de su momento más popular, al sonido lleno de secuencias de su próximo álbum Panal. La cantante de Millones realizó una presentación potente, sobre un escenario que estuvo con el reloj extraviado. Ayer, para la salida de Los Tres, esa tarima sumaba más de una hora y media de retraso.
Eran pasadas las 18.00 horas y recién asomó el primer número con una convocatoria importante: el guitarrista Slash con su banda, que al segundo tema ya echaba mano de su pasado junto a Guns N'Roses, contagiando al público con la canción Nightrain. El siguiente número fuerte fue Deftones: la agrupación de Sacramento hizo una actuación poderosa, anclada en cortes como Digital Bath, Shove it y Be quiet and drive.
Justo al final de Deftones, entraba Jorge González al escenario Pepsi, al teclado, con una sonrisa en la boca para cantar Muevan las industrias. Su público creció de a poco -hasta unos 3.000 asistentes-, y ya en su segunda canció, La voz de los 80, coreaba: "¡Jorge, Jorge, Jorge!". A esa hora, en quizás el tope de horario más rudo de todo el festival, subía Calle 13 a uno de los dos escenarios principales, arrancando con Baile de los Pobres sólo con un invitado que se asomaba a un costado del escenario: Giorgio Jackson, invitado por la banda al Festival. Como extra, el dúo se juntó en camarines con el propio González
Carpa a medias
Según Carabineros, a nivel de seguridad, "el festival no tuvo ninguna incidencia mayor". Pero sí hubo uno que sufrieron los asistentes: la salida del Club de Campo, que el sábado, después de Kiss, fue muy problemática: 25 minutos cronometrados demoraba alguien en atravesar los cien metros que separaban el área de los escenarios y el camino San José de Maipo, a oscuras. Justo afuera del acceso general fue donde se provocó el mayor colapso vehicular. Los buses de acercamiento estaban ubicados más arriba del acceso general (hacia San José de Maipo) y hasta la una de la madrugada las máquinas todavía no partían rumbo a Plaza Italia.
De acuerdo a Carabineros, el problema de la evacuación era imposible de evitar dadas las dimensiones del camino de salida. Se debió, además, a una característica del público de esa primera jornada: "La mayoría del público sólo vino por Kiss, llegó antes de su show y se fue cuando terminó".
Por otro lado, en Maquinaria 2012 debutó la modalidad de camping. Más de un centenar de campistas vivieron de esa forma el festival, pernoctando la noche del sábado. Sobre los servicios de ese espacio, surgieron algunas quejas. Recién a las 14 horas dieron el agua. Hubo sólo un punto de electricidad y un minimarket señalado en el mapa del programa nunca se asomó. Los usuarios del camping alegaron también por entradas costosas que compraron y que estaban a mitad de precio en la última semana. Ayer, Transistor sacó un nuevo descuento para el concierto de Slayer y Mastodon en el Caupolicán: $20.000, contra los $40.000 que costaba hasta el sábado.
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