Hijos no reconocidos logran millonaria herencia de empresario
<P>Juzgado civil de Santiago declaró a dos hijos nacidos fuera del matrimonio como parte de los herederos de los bienes del empresario agrícola Rodolfo García Kohler, cuyo patrimonio alcanzaría los US$ 54 millones.</P>
Samuel García Sánchez (60) es un ex empleado público que vive en una casa de Angol y mensualmente recibe una pensión de jubilado. Junto a su hermano Ricardo (56) nacieron en un fundo cerca de Ercilla, tras una relación que su madre mantuvo por cinco años con el fallecido empresario Rodolfo García Kohler. Desde niños -dice-, ambos sabían que él era su padre, aunque no habían sido reconocidos.
Las vidas de Samuel y Ricardo dieron un radical giro hace un mes. Tras la muerte en enero del empresario agrícola -quien estaba casado y tenía dos hijos de ese matrimonio-, el 27° Juzgado Civil de Santiago resolvió hacerlos herederos (junto a la viuda y los otros dos hijos de apellido García Standen) de sus bienes, que borderarían los US$ 54 millones. La posesión efectiva dictada el 16 de abril se publicó el viernes en un diario nacional.
La fortuna de los hermanos Tomás, Eusebio y Rodolfo García Kohler proviene -entre otros- de negocios en molinos, que adquirieron desde los 50 para moler el trigo de sus fundos en el sur y abastecer sus panaderías en Puente Alto. Juntos formaron sociedades como Molinera Arauco, Productos Alimenticios Santa Ana S.A. y Agrícola y Forestal Canadá.
Según un escrito presentado por el abogado Rodrigo Lillo, representante de los dos hijos nacidos fuera del matrimonio, estas sociedades equivalen a cerca de US$ 200 millones, de los cuales el 27% correspondería al empresario fallecido. Los hermanos García Sánchez solicitaron al tribunal que se haga un inventario total de los bienes y se designe un administrador para repartir la herencia.
Samuel García recuerda que su padre estuvo hasta 1970 en el pueblo de Ercilla, ya que su familia era propietaria del fundo Pidenco. Después emigró a Santiago para participar en los negocios de la familia. Sin embargo, afirma: "El nunca manifestaba que tenía dinero, uno sólo veía el negocito que tenía. Nunca pedíamos, porque cuando crecimos comenzamos a trabajar y nos batíamos solos. Nunca recibimos ayuda económica ni ropa, puras promesas que no se materializaron".
La prueba clave
En 2006, Samuel García decidió solicitar un examen de ADN junto a su hermano: la prueba fue positiva y sólo ahí fueron reconocidos legalmente. Poco después el empresario enfermó gravemente producto de un infarto cerebral. Y una vez que falleció, decidieron reclamar sus derechos como herederos. "Siempre manifestaba que no poseía dinero y que le faltaban recursos. Se andaba quejando, como todo comerciante, y uno le creía. Lo que deja el papá debe ser repartido entre todos los hijos".
Los orígenes en Puente Alto
Uno de los negocios más antiguos de la familia García Kohler es la industria del pan. Pablo Kohler, tío materno del empresario, formó Panaderías Unidas de Puente Alto. Su madre, Ana Kohler Pagnard, vivió en la primera casa que se construyó en esa comuna, según consigna la Reseña Histórica del municipio.
En 1947, Ana Kohler compró el fundo Pidenco. Allí se conocieron Rodolfo García y el agricultor René Urban Pagnard, conocido por su larga disputa con comuneros mapuches por sus fundos próximos a Ercilla y los más de 60 ataques que ha recibido. Urban cuenta que "su mamá era prima hermana de mi mamá" y que tiene recuerdos de García desde que él tenía cinco años y el fallecido empresario era un adolescente.
"Era muy deportista, jugaba al fútbol y le gustaba el campo". Recuerda que antes de enfermar lo llamaba tres veces al año y hace dos le envió un libro sobre pueblos suizos y el árbol genealógico de la familia. "Era una excelente persona", resume. Los otros herederos del empresario no dieron su versión sobre el tema.
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