Jack Johnson: "Con mi último disco recordé la razón por la que hago música"

<P>El ex surfista profesional hará su primer concierto masivo en el país, tras una visita a las costas chilenas en 2004. </P>




Fue el mar de Pichilemu, y no la música, lo primero que unió al cantautor estadounidense Jack Johnson con Chile: en 2004, el músico probó las olas de esa playa de la Sexta Región, captando imágenes para la posteridad en su documental A brokedown melody. La visita pasó a la posteridad -en los videos en YouTube, pero también dentro del folclore local, que recibió al músico surfista más célebre del mundo casi en el total anonimato- y en la cabeza del hawaiano permanece vivo el sonido de la costa nacional.

"Amé Chile y el océano esa primera vez que estuve ahí", dice al teléfono desde Honolulu, su base de operaciones y último refugio antes de lanzarse a las turbulencias de una nueva gira mundial. En contraste con su imagen relajada, su música de atardeceres de cobre, Johnson es también una de las últimas fuerzas de la industria. Una que, escoltada por melodías amables y canciones acústicas, ha facturado por casi 20 millones de álbumes y acaparado los puestos principales en la cartelera de festivales globales. Ahora, el surfista se prepara para cambiar las palmeras por los aviones, a bordo de su último disco a la fecha, From here to now to you. La parada en Chile -la primera para un concierto formal- será el 5 de marzo en Movistar Arena.

Después de haber estado en Chile, ¿era importante para usted fijar un concierto masivo?

A veces siento que es mucho mejor visitar un país cuando no estoy actuando. Pero cuando tocas un show en vivo sientes cierta energía del público. Son todas diferentes energías alrededor del mundo, así que será entretenido poder compartir eso en Chile.

¿Qué experiencias recuerda de esa visita en 2004?

Hicimos surf con algunos amigos. Incluso, tuve la oportunidad de quedarme un par de semanas. En esas visitas, habitualmente lo único que haces es quedarte en la costa todo el tiempo. Así que viajamos en distintos spots, era hermoso. Hice buenas amistades y también un pequeño show, que registramos para A brokedown melody.

Ahora será algo radicalmente distinto: una gira mundial, en un escenario para 15 mil personas. ¿Cómo ha cambiado su forma de afrontar el escenario?

Es difícil para mí trazar un plan hasta que llego. Hay algunas canciones que tocamos todas las noches, pase lo que pase. Vemos cómo responde el público: si prenden con las más movidas o si están con ganas de algo más tranquilo-acústico y tendemos a favorecer cierta vibra. Pero será divertido, es lo que puedo garantizar. Somos el mismo grupo de amigos desde que viajábamos en una van con nuestros instrumentos acomodados en la parte trasera, cuando con suerte llenábamos un bar. Somos afortunados y nos divertimos: eso lo siente el público y se contagian.

¿Y bajo el escenario? ¿Habrá tiempo para surfear?

Claro, ojalá. Y con algo de suerte, viajar un poco por la ciudad. Estaré con mis hijos, así que acepto recomendaciones a ver qué se puede hacer con ellos.

Usted cantó con Manuel García para la banda sonora de una película sobre surf, El mar, mi alma. ¿Tiene pensado hacer algo en conjunto?

Fue una situación afortunada. Un amigo mío estaba haciendo una película sobre surf. Uno de sus socios es chileno y querían ir hacia allá a filmar. Ellos me presentaron el trabajo de Manuel: su música es hermosa y me encanta desde entonces. Entonces, me propusieron hacer una canción juntos. Fue una de esas cosas en que mandas tu parte, escuchas la otra, las juntas... Pero después tuvimos la oportunidad de conocernos: estábamos en París al mismo tiempo, yo tenía un show y él vino a verme, nos juntamos y conversamos sobre la próxima vez que fuera a Chile. Así que sí, definitivamente vamos a tocar algo de música juntos, en vivo por primera vez. Todavía no lo coordinamos, pero seguro resolveremos algo.

Su último disco, From here to now to you, luce de regreso esa vibra positiva de sus primeros trabajos. ¿Es algo deliberado, es lo que le interesa escribir?

Bueno, he vuelto a trabajar con Mario Caldato Jr. (productor de Beastie Boys). Principalmente, insiste en usar mis propias grabaciones en mi estudio en Hawai. Cuando recién empecé, tenía la idea de que había que ir a grabar a un estudio elegante, pero él me dijo que debería adecuar un garaje en Hawai a prueba de sonidos y grabar ahí. Hicimos eso desde On and on. Y es genial lo que pasó, también en In between dreams. Nos alejamos por un rato, sin otra razón más que las circunstancias. Eventualmente, sentimos que fue demasiado tiempo y que teníamos que volver al estudio. Así que este nuevo disco fue genial, recordé la razón por la que hago música: hay que sentirlo como fanático. Al hacer un disco, pasas demasiado tiempo en el estudio. Así que tienes que disfrutarlo, o te vuelves loco.

Comenta

Por favor, inicia sesión en La Tercera para acceder a los comentarios.