John Fogerty, líder histórico de Creedence Clearwater Revival:"Quería ser la voz más rockera que una banda pudiera imaginar"

<P>El cantante habla con <B>La Tercera</B> de su show el 15 de mayo en Movistar Arena, del legado de su conjunto y de los conflictos que lo mantuvieron por años fuera de las pistas.</P>




Ni las drogas ni los libros de misticismo oriental, ni los grandes festines hippies que cerraron los 60. En 1967, en el corazón del verano del amor y en plena ebullición sexual de la juventud estadounidense, John Fogerty (65) descubrió su destino final en la música en un escenario improbable: un campo de entrenamiento militar. Entre marchas y ejercicios bélicos a pleno sol. "Algo importante pasó en mi vida en ese año", introduce el cantante, al teléfono con La Tercera desde California, y con una voz fina y aguda que se contrapone a la garganta rotunda que lo convirtió en uno de los nombres capitales del cancionero norteamericano.

Luego sigue: "Estuve en el Ejército en la época de Vietnam y nos hacían marchar en unos gigantescos campos de concreto, con casi 100 grados Fahrenheit. Supongo que era para evitar que estuviéramos todo el día durmiendo. Entre tanta marcha empecé a pensar en música y compuse mi primera canción. Y advertí que era un tema sobre mi vida, así que cuando regresé a casa empecé a hacer música mucho más real".

Cuando volvió a casa, Fogerty reactivó su grupo, The Golliwogs -formada dos años antes- reunió a sus miembros y les habló fuerte, en el primer síntoma de su posterior liderazgo desequilibrante: les dijo que ya no deseaba hacer música que replicara a The Beatles y los sonidos en boga, tal como se los había exigido el sello Fantasy Records. Fue la cuna de Creedence Clearwater Revival. Los orígenes de una institución que entre 1968 y 1970 despacho seis álbumes, una lista abultadísima de hits, y que redefinió el rock norteamericano a través de su maridaje de blues, country, rock sureño y letras de conciencia social.

Una leyenda que con los años hizo propia y que lo tendrá por primera vez en Chile este 15 de mayo en Movistar Arena, con un show centrado en su banda madre. Se trata del debut en un país donde su obra alcanzó una popularidad desbordante y que se alza fácil entre lo más reconocible del catálogo clásico. "No tenía idea, he estado un poco desconectado el último tiempo. Pero supongo que, como en otros lugares donde voy por primera vez, me encontraré con gente que me dirá: 'John, he esperado 40 años para verte cantar Proud Mary", imagina el hombre admirado por Kurt Cobain y a quien Bruce Springsteen apodó alguna vez como el "Hank Williams de nuestro tiempo", en alusión al patriarca del country.

Entonces, al menos en los 70, ¿por qué la banda adquirió tanta trascendencia en tan poco tiempo? "Eso se debió a hacer música potente que fuera simple. Si complicas mucho el rock, la gente no entiende. Si tocas demasiadas notas y decoras las canciones con cosas por todos lados, la gente no te puede seguir. Quería hacer música que yo pudiera escuchar en el auto, así de directo, en un lugar donde siempre estás en el tráfico y manejando. Además, quería ser el cantante más rockero que una banda pudiera imaginar, con un poco de Little Richard y otro de Jerry Lee Lewis, una mezcla donde no tienes opción para aburrirte", responde.

Días duros

Pero el suceso alcanzado por el cuarteto con singles como Green river, Fortunate son, Down on the corner o Who'll stop the rain se evaporó tan rápido como llegó. Las luchas de ego y el caudillismo cada vez más acentuado de Fogerty precipitaron la disolución en 1972. A partir de esa temporada, los derechos de sus creaciones quedaron en manos de Fantasy Records, por lo que el cantante se negó durante 15 años de su vida solista a interpretar los temas de su grupo, para no alimentar los bolsillos del enemigo. Su decisión lo sumergió en batallas administrativas, en una enemistad casi perpetua con sus ex compañeros, en traiciones de distinto calibre y en un semirretiro que sólo en los 90 lo llevó a retomar su mejor herencia.

El hombre de Have you ever seen the rain? continúa: "Fui traicionado por el sello. Descubrí que no era el dueño de mis canciones y eso me rompió el corazón, me hizo sentir frustrado y decepcionado. No podía estar frente a un montón de gente haciendo temas de Creedence cuando por dentro no estaba feliz. Después de años y años de no ser feliz, conocí a mi esposa Julie y me cambió todo. Me empecé a sentir bien de nuevo".

La resurrección del guitarrista coincidió con la decisión de dos de sus ex camaradas, el bajista Stu Cook y el baterista Doug Clifford, de levantar Creedence Clearwater Revisited, pálida réplica que ya ha pasado siete veces por Chile, incluyendo el Festival de Viña del Mar. El vocalista zanja con moderación: "Primero tengo que decir que todos los que estuvimos en el grupo acordamos que nunca saldríamos de gira con nuestro nombre si faltaba una o dos personas, porque nos parecía muy barato. Por otro lado, ellos tienen su público y la gente va a verlos. Pero me hace sentir bien que los fans deseen disfrutar nuestras canciones".

Es que Fogerty hoy tiene otras preocupaciones y su vida solista ya sepultó sus episodios más traumáticos. En 2007 lanzó su trabajo Revival -nominado a los premios Grammy como Mejor Album Rock y elegido por la Rolling Stone como uno de los 50 mejores discos de esa temporada- y dos años después sorprendió con The Blue Ridge Rangers Rides Again. Pero las obsesiones del cantautor hoy parecen incluso más sencillas: "Siempre he querido ser un guitarrista bueno y eso toma mucha práctica. Tomar clases. Encontrar a alguien que sepa lo que tú no sabes. Mantenerse fresco y curioso. En eso estoy este año", culmina el músico, bajo un tono de estudiada modestia.

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