La avenida que transformó Providencia

<P>A fines de los 60 se comenzó a gestar la arteria con el nombre más controvertido de la ciudad. Detrás, hay una historia en la que participó, incluso, Pinochet. </P>




En los años 80, el centro de Providencia era uno de los sectores más exclusivos de Santiago. "A la hora de almuerzo esto era una locura, se llenaba de oficinistas. Más tarde, la gente joven hacía filas para tomar helados", recuerda Jacqueline Miranda, quien trabajaba como cajera del café Coppelia de Av. Providencia, que abrió en 1949.

Tres cuadras más abajo, estaba la galería comercial Drugstore. Se inauguró a fines de los 60, pero su auge se produjo en los 80. Ahí, los santiaguinos llegaban para tomar un café en La Tetera, de Pancho Toro, o vitrinear ropa en Javier o en la tienda de la diseñadora Paula Zobeck.

"El Drugstore era el lugar de reunión de la gente con onda. Aquí estaban todas las marcas exclusivas y siempre estaba lleno. Afuera, también había mucho movimiento. Las personas hacían fila para comprar camisas en la tienda de Mario Ramírez. Palta también era top, tenía la mejor ropa. Y muchos se ponían a escuchar música afuera de la disquería Carnaby Street, que traía discos importados", cuenta Zobeck.

Fueron casi dos décadas, entre los 70 y fines de los 80, en que Providencia se posicionó como el nuevo centro urbano de la ciudad.

Gran parte de esa consolidación como eje comercial se debió a un proyecto que tuvo su origen a fines de los años 60 y que fue la calle paralela que se planeó abrir a la tradicional avenida y que fue concebida bajo el nombre de Nueva Providencia. "Incentivó todo el boom comercial de esa zona, que se consolidó en los 80", afirma Elke Schlack, arquitecta de la Universidad Andrés Bello.

Pero el nombre inicial nunca vio la luz. En el año en que se inauguró, en 1980, la vía alternativa pasó a llamarse Av. 11 de Septiembre, la misma que hoy está nuevamente en la agenda, tras la propuesta de la candidata a alcaldesa de esa comuna Josefa Errázuriz, para restituirle su nombre original. En vez de Nueva Providencia, el edil de la época, Alfredo Alcaíno, decidió nombrarla con la fecha del Golpe de Estado de 1973.

El arquitecto Germán Bannen llegó en 1962 a trabajar al municipio de esa comuna. Partió en la Dirección de Obras y pronto se convirtió en asesor urbano. El encargo que recibió fue transformar el sector en una ciudad. "Para eso, hubo que construir un centro como primer paso, y lo natural era hacerlo en la Av. Providencia", asegura Bannen.

En ese entonces, a fines de los 60, esa avenida era esencialmente residencial. El comercio era incipiente y existían algunos locales y tiendas, como el Coppelia y Calpany. Sin embargo, la arteria se estaba saturando de tránsito vehicular. "En esos años, la expansión hacia la zona oriente era violenta, El Golf estaba creciendo mucho. Por eso, el tráfico ya no resistía", recuerda el arquitecto.

Para solucionar el problema, se planteó ensanchar la avenida. Sin embargo, esa alternativa se descartó, porque habría hecho poco amigable el cruce de los peatones. Entonces, se decidió crear una vía alternativa, paralela a Av. Providencia, la que debía cumplir con dos requisitos: que mantuviera el sentido poniente-oriente y que les hiciera sentir a los peatones que esa nueva calle seguía siendo la tradicional vía.

Para conseguir la distancia entre una y otra, Bannen y su equipo pusieron en práctica un método particular: "Recurrimos al ojo. Ibamos calculando dónde trazar la nueva calle sólo procurando -al ojo- no alejarnos mucho de Providencia. Esto, para que no quedara demasiado lejos y no diera la sensación de que era una nueva arteria", cuenta el arquitecto, quien resolvió dejar ambos ejes separados sólo por 75 metros.

Así fue como se zanjó dónde instalar Av. 11 de Septiembre, entre Miguel Claro y Los Leones. Es paralela a la "vieja Providencia", salvo en un tramo, entre Cirujano Guzmán y La Concepción, donde convergen. ¿La razón? Ahí están las torres de Carlos Antúnez, conjunto donde no había espacio para construir una nueva calle.

El proyecto que rediseñaría el centro de la comuna fue aprobado por el Ministerio de Vivienda en 1973. Pero Bannen creía férreamente que la extensión del Metro (inaugurado en 1975 entre San Pablo y Baquedano) debía pasar por el nuevo eje para seguir hacia el oriente de la capital.

Sin embargo, los planes del tren subterráneo eran muy distintos. La idea del MOP era continuar hacia el sector oriente por la Costanera, la Portada de Vitacura y Avenida Kennedy.

"Estábamos sin presupuesto y se tenía que buscar el trazado más barato, que era ese, porque ahí había menos que expropiar", relata Peter Himmel, uno de los primeros arquitectos de la empresa estatal.

"Esa fue la primera gran pelea que tuvimos: Providencia versus el MOP", agrega Bannen. Quien lideró el lobby para que el Metro fuera parte del centro de la comuna fue el alcalde Alcaíno.

Tras varios tira y afloja, sus gestiones dieron frutos: el edil convenció a Augusto Pinochet para crear una comisión técnica que revisara el trazado. "A fines de 1974, el gobierno dio la orden de que el Metro pasara por la nueva avenida. Fue una pelea de David contra Goliat", recuerda el urbanista.

Las obras partieron a mediados de los 70. La empresa estatal se encargó de hacer los hoyos para el tren subterráneo, y Providencia, de crear la nueva calle en superficie.

Se repartieron los costos de las expropiaciones. Fueron más de 140, algunas más complejas que otras. Una de las negociaciones más duras fue con el dueño de la Casa García, quien tenía su residencia en la actual esquina de Providencia con Pedro de Valdivia. Según Himmel, el empresario entabló varias demandas para evitar la expropiación "y al final se le pagó mucha plata".

En 1980 se inauguró el primer tramo de Av. 11 de Septiembre, entre La Concepción y Los Leones. "(El nombre de la calle) fue un homenaje del alcalde al gobierno militar, un gesto político. A mí no me gusta", afirma Bannen.

Cinco años después, estuvo listo el otro tramo, entre Miguel Claro y Cirujano Guzmán y, más tarde, el sector que bordea el canal San Carlos.

Entre ambas avenidas, y a lo largo de todo el nuevo eje, se crearon espacios destinados al comercio y los servicios, con tiendas, oficinas, bancos y centros comerciales, como el Paseo Las Palmas, el edificio Dos Providencias y la galería InterProvidencia, que, junto a los caracoles y a los pasajes interiores, le dieron esplendor a este nuevo centro urbano de Santiago.

Comenta

Por favor, inicia sesión en La Tercera para acceder a los comentarios.